El Gran Premio de Turquía era la primera oportunidad real para que Lewis Hamilton se alzara con el título a falta de tres carreras para el final de la temporada. A decir verdad las posibilidades de que Valtteri Bottas lo impidiera eran realmente bajas porque tenía todo en su contra. Por si no fuera poco, su fin de semana había sido un verdadero calvario comenzando desde el viernes y llegando a su máximo esplendor el domingo. En el día de la carrera había trompeado en la primera curva, cayendo al final del pelotón y, con el delicado estado de la pista, era imposible que remontara desde atrás, por lo que todas sus opciones para evitar que su compañero se convirtiera en campeón desaparecían. Con el mundial decidido de manera oficial, Valtteri afronta las últimas carreras sin ninguna presión en las que espera recuperar su mejor versión y terminar el año de la mejor manera posible. Lo máximo a lo que puede aspirar ahora es conservar su segunda posición en el Campeonato, aunque Max Verstappen está a 27 puntos de él.
No hay ninguna carga para el final de año
"Intenté empujar todo lo que pude en la carrera porque no había nada que perder para mí. Cuando había caído al final, seguí empujando, pero cometí varios errores y todo se volvió más complicado. La carrera de Turquía puede ser la más difícil que he tenido en Fórmula 1. Para las últimas carreras, no hay presión, así que veremos si hay alguna diferencia. Estoy emocionado por esas carreras en términos de conseguir un buen resultado y lo estoy más por el próximo año", había concluido Bottas en palabras recogidas en la página de la F1.