En la pasada carrera en territorio británico hemos comprobado por primera vez real que Mercedes puede sufrir percances y con un resultado no del todo óptimo. Lo sucedido en Austria con la caja de cambios había sido un aviso, pero no repercutió negativamente en el desenlace final, no como pasó en Silverstone. Lewis Hamilton había cruzado la línea de meta in extremis, aunque había ganado a fin de cuentas. La peor parte se la había llevado Valtteri Bottas, ya que su pinchazo sí tuvo un efecto demoledor y pasó de la segunda posición prácticamente asegurada a quedar fuera de los puntos. Debido a este reciente percance, Toto Wolff siempre es prudente y nunca quiere que el equipo se confíe o se relaje porque en cualquier momento pueden tener un mal fin de semana, por lo que esta mentalidad siempre está presente. Por eso mismo, aunque el W11 sea superior al resto, la fiabilidad o las sorpresas están ahí para perjudicarles cuando menos se lo esperen. Aunque la ventaja siga creciendo, no debe surgir la tranquilidad en ningún momento.
Importante estar preparado para lo peor
"La primera carrera en Silverstone ha tenido un sabor agridulce, habíamos tenido un buen domingo durante 49 vueltas y luego todo cambió a falta de pocos minutos para el final. Valtteri había muy mala suerte porque había completado una vuelta entera con un neumático pinchado, lo que le había dejado fuera de los puntos. Lewis había tenido más fortuna y consiguió llevar su coche con tres ruedas hasta meta en el momento clave. La realidad es que hemos perdido 18 puntos con Valtteri y podíamos haber quedado fuera de los puntos con ambos coches. Ya habíamos dicho que los problemas de fiabilidad pueden costarte caro en una temporada más corta y el fin de semana anterior ha sido prueba de ello. También fue un buen recordatorio de que tener un monoplaza competitivo no te garantiza un resultado sólido. Siempre hemos tenido la mentalidad de ser espécticos, prepararnos para lo peor y que no hay nada asegurado en nuestro deporte. Estamos presionando máquinas complejas hasta sus límites en cada fin de semana y sería imprudente asumir que las cosas siempre saldrán como queremos".