El apellido Schumacher regresa este año a la Fórmula 1 de la mano de Mick, lo cual añadirá un aliciente más a una temporada que promete ser muy intensa. El joven piloto de Vufflens-le-Château llega a la categoría reina del automovilismo tras hacerse con la corona en el Mundial de Fórmula 2, pero es consciente de que el complicado periodo de adaptación, así como el débil rendimiento del monoplaza de Haas, no serán escollos fáciles de superar. No obstante, se muestra motivado y asegura que un buen objetivo sería alcanzar los puntos de manera asidua. Además, no se priva de soñar y hace alusión a que una carrera disparatada podría llevarles a subir al podio, si bien sabe esto son palabras mayores, sobre todo teniendo en cuenta dónde se encontraba el año pasado el VF-20, perdido en la parte baja de la parrilla.
Objetivos altos
"Debemos ser conscientes de cuál es el potencial del coche. Tenemos que ser honestos con nosotros mismos y llevar a cabo nuestro trabajo. Como es obvio, lo mejor sería sumar puntos, y si hay algunas carreras locas como el año pasado, quizá podamos pescar algún podio. Eso sería soñar, pero se nos está permitido soñar. No obstante, antes que nada hay que ser realistas. Tengo grandes esperanzas en mí mismo y quiero integrarme rápido en el equipo, sentirme cómodo junto a ellos y que ellos se sientan cómodos conmigo. Si podemos lograrlo, los resultados acabarán llegando. Será un año de transición para todos nosotros. Si surge la opción y tenemos suerte, lo vamos a dar todo para obtener buenos resultados. Haas no es la escudería más grande, pero son muy directos con sus pilotos. Hemos estado en contacto y hemos hablado acerca de los objetivos. Creo que un poco de aire fresco le vendrá muy bien al equipo, por lo que confío en que eso les motive y nos permita avanzar juntos. Estoy contento de estar aquí, ya que es un buen lugar para crecer como piloto", ha afirmado en una entrevista concedida al medio alemán Auto Motor und Sport.