El domingo fue un día histórico para Carlos Sainz en la Fórmula 1, pues logró su primer podio vestido de rojo y además igualó su mejor resultado en la historia de la categoría reina del automovilismo, el segundo lugar que ya alcanzó en Monza 2010. Pese a ello, el número '55' no quedó del todo satisfecho, pues era consciente de que tenía potencial para hacer la Pole -un error en el sector 3 le privó de lograrla- y, por consiguiente, luchar por la posterior victoria. Un pensamiento inconformista que ha conquistado a Ferrari y que celebra su propio padre, el bicampeón del mundo de Rally, Carlos Sainz, quien cree que la ambición que muestra su descendiente es un síntoma positivo, aunque está convencido de que sabrá valorar mejor su gran segundo puesto en Mónaco cuando analice con frialdad el resultado, y es que Sainz ya solo se encuentra a dos puntos de su compañero de garaje en la General.
Orgulloso de él
"Ya he pasado a ser 'el padre de', lo cual es un orgullo para mí. La actitud de Carlos es positiva. El hecho de que quiera más significa que es ambicioso. Los deportistas tienen que ser ambiciosos. Es probable que después de esa sensación agridulce, como él la describió, con el tiempo, se dará cuenta de que llegar a la quinta carrera con Ferrari sin casi test y estar continuamente peleando de tú a tú con Leclerc, uno de los grandes talentos ahora mismo, y acabar en un podio... Si eso se lo hubiesen dicho antes...". Hay muchas cosas positivas que extraer, puede que haga una lectura positiva con el tiempo, pero yo destaco la actitud positiva. La Fórmula 1 es siempre una evaluación continua. Cada dos semanas tienes un examen final en el que hay que ir a por nota", ha comentado en la presentación de su nuevo documental, 'Carlos Sainz: vivir para competir'.
