El piloto australiano ha explicado cómo está viviendo esta temporada plagada de restricciones para mantenerse a salvo en tiempos de pandemia. Todo se ha reducido a pequeñas burbujas, las libertades habituales se han perdido, los aficionados han desaparecido de las gradas. Ricciardo comenta cómo es la vida de un piloto que viaja a cada Gran Premio sabiendo que no estará allí el aliento extra de los aficionados, esos mismos que corean sus nombres, que portan sus camisetas, gorras y banderas con orgullo cada fin de semana. El australiano afirma que saludar a esos aficionados le hace sentirse orgulloso de ser piloto, pero ahora lo han perdido y es cuando más lo está valorando. Es obvio que ver imágenes como el podio de Monza con todos los Tifosi a sus pies pone piel de gallina a cualquiera, ferrarista, o no. Parece que al de Renault un podio este año no le haría especial ilusión, solo espera poder volver a la normalidad cuanto antes.
Ricciardo siente que ha vuelto al colegio, pues viaja para ir del hotel al circuito y del circuito al hotel, cada día la misma rutina. Sin saludar a la gente, sin poder salir a comer en algún sitio tradicional del lugar, sin mezclarse con la gente para conocer cada ciudad, sin saludar a sus aficionados, hacerse fotos y un largo etcétera. Lo compara con el colegio, aquellos días en que solo podía salir cuando el timbre sonaba, una extraña situación que hace que este año sea extraño y quiera volver a los días en que podía disfrutar de todos estos pequeños detalles.
Ricciardo echa de menos a los aficionados y se dirige a ellos
"Os echamos de menos. Hay muchos momentos en cada fin de semana en el que notamos vuestra ausencia. Ir cada mañana al circuito y ver las gradas vacías no te da esa energía que nos llegaba cuando nos veíamos. No creo que conseguir un podio este año sea algo especial ni memorable por la falta de atmósfera que hay. Los podios no se ven ni se sienten bien, especialmente por vuestra ausencia".
Ricciardo se siente de nuevo como en el colegio
"Este año iremos a circuitos a los que no estamos acostumbrados, pero yo lo que realmente disfruto es el viaje. Hay muchas ciudades y países que no hemos podido visitar este año, por ejemplo una gran ciudad como Barcelona. Tan solo podemos ir del circuito al hotel y del hotel al circuito. Parte de mi amor por la Fórmula 1 viene de comer comida local, hablar con la gente de cada ciudad, o escuchar música de allí en directo. Lo echo mucho de menos. Ahora mismo todos estamos en nuestras burbujas, y no podemos hablar con el resto de pilotos, ni tan siquiera con integrantes de otros equipos. Todo es algo extraño, ya que tienes que disfrutar de las personas y socializar con ellas en el paddock, y no podemos hacer nada de eso. Es algo similar a estar en la escuela para mí, ya que tan solo podemos salir cuando suena el timbre".
Nunca echas algo de menos hasta que lo pierdes
"Hay varias Drivers' Parade que son increíbles, está muy bien ver a los aficionados aplaudirte desde tan cerca, son momentos en los que te sientes orgulloso de ser piloto. Los aficionados pueden cambiar el color de una carrera, ya lo hemos visto en Austria y en Bélgica con Max, y en Italia con Charles. Para ellos, haber conseguido victorias allí con todo el apoyo de la afición seguro que habrá sido impresionante. Nunca echas algo de menos hasta que lo pierdes. Por lo que todo lo que hayamos perdido este año tendrá más valor para nosotros cuando lo tengamos de vuelta. Al menos podemos correr, que es mejor que nada, pero tengo muchas ganas de que todo vuelva a ser como antes. Seguro que todos vosotros pensáis igual que yo".
