El año llega a su fin y, por tanto, es hora de hacer balance y analizar las cosas buenas y malas que han sucedido a lo largo del 2018. Es lo que ha hecho el ya expiloto de Red Bull, Daniel Ricciardo, quien, antes de subirse de manera oficial al nuevo monoplaza de Renault, ha querido echar la vista atrás una última vez para cerrar la etapa con su antiguo equipo. El australiano, que logró dos triunfos en la recién concluida temporada (China y Mónaco), se muestra satisfecho con su rendimiento a los mandos del RB14, pero no duda en admitir que los números finales no reflejan su buen papel en la campaña. Recordemos que Ricciardo finalizó en la sexta posición del Campeonato de Pilotos con 170 puntos, 79 menos que su compañero de garaje, Max Verstappen (249 puntos), que a pesar de lograr el mismo número de triunfos que él, se subió al podio hasta en nueve ocasiones más.
En referencia a estos datos, el australiano no ha querido desmerecer la gran actuación en 2018 del número '33' de Red Bull, a quien considera un rival cada vez más complicado de batir en pista, tanto por su creciente madurez como por su agresivo pero al mismo tiempo eficiente estilo de conducción, el cual ha vuelto a generar una gran controversia entre aficionados, medios de comunicación y pilotos. No hay que olvidar que el neerlandés comenzó el año de una forma muy irregular debido a varios incidentes acompañados de mucha polémica, lo que le condenó a perder una gran cuantía de puntos respecto a sus rivales más directos en las primeras carreras. De no haber sucedido así, sin lugar a dudas hubiera copado la tercera plaza en el Mundial por delante de Kimi Räikkönen, que solo le aventajó en 2 puntos al término de la temporada.
Satisfecho con su rendimiento en 2018
"Estoy contento con la forma en la que he rendido este año, pero en cierto modo siento que los puntos obtenidos y mi posición final en la clasificación no muestran la realidad de lo ocurrido a lo largo de la temporada. Diciendo esto no pretendo quitarle el mérito a Max, ya que está mejorando cada campaña y es un piloto de un gran nivel. No hay duda de que es extremadamente rápido y que, por ende, no es alguien fácil de derrotar. Sin embargo, incluso en aquellos días en los que logró vencerme, me sentí bien con mi rendimiento, y la mayor parte del tiempo entendí por qué", ha comentado el australiano en unas declaraciones concedidas a Motorsport.
"En algunas ocasiones no me quedó otra que quitarme el sombrero y admitir que había sido una vuelta muy buena, pero ha habido otras veces donde tuve que afrontar algunos problemas y hacer frente a algunas pequeñas cosas que no me permitieron completar una buena actuación. A pesar de todo ello, estoy contento con el año que he llevado a cabo. De hecho, me siento más feliz de lo que muestran las propias estadísticas", ha añadido el piloto de Perth para finalizar.
