Pilotar para un equipo de primer nivel en la Fórmula 1 no es tarea fácil, y menos aún cuando todavía no cuentas con una gran experiencia en la categoría. Esto es a lo que tendrá que hacer frente Pierre Gasly durante 2019, pues la inesperada salida de Daniel Ricciardo a finales de la pasada campaña precipitó su ascenso al primer equipo. Ahora, tras una notable temporada junto a Toro Rosso, deberá lidiar con un monoplaza que, a priori, se encuentra entre los tres mejores de la parrilla. El francés ha comentado que las primeras vibraciones con el equipo y el nuevo RB15 han sido positivas, lo cual supone un importante punto de partida de cara a sus objetivos en esta campaña. Asimismo, ha destacado que puede ser importante a la hora de ayudar en el desarrollo del trabajo junto a Honda, pues ya ha coincidido anteriormente con los nipones hasta en dos ocasiones.
"La primera sensación ha sido buena. El coche en sí mismo, el motor, el conjunto...; todo parece funcionar bien, al menos durante estos primeros días. Todavía es pronto para sacar alguna conclusión al respecto, pero para ser el principio nos sentimos bastante satisfechos. De todas formas, aún queda mucho por probar. El motor es nuevo, pero creo que puedo comunicar bien lo que aprendí en mis dos años anteriores con Honda, tanto en la Super Fórmula como en la Fórmula 1, ya que conozco bien la forma en la que trabajan los japoneses, cómo se comunican con el equipo... y gracias a ello podré aportar esa experiencia a Red Bull durante este año", ha comentado en una entrevista concedida al diario Marca.Equipo nuevo, vida nueva
Por otro lado, el número '10' ha comparado a Red Bull con su antiguo equipo, Toro Rosso, asegurando que en el garaje de los austriacos se respira una mayor frialdad a la hora de trabajar, mientras que los italianos transmitían una mayor emoción. Entretanto, al ser preguntado por la presión de subirse a un coche candidato a los triunfos, explica que, si bien se siente algo intimidado por la situación, su trabajo seguirá siendo el mismo que llevaba a cabo en 2018, por lo que no lo considera algo a tener en cuenta o que le pueda repercutir a o largo del año. También ha querido comentar la evolución de los monoplazas respecto a la pasada campaña, en los cuales los cambios en el alerón delantero parecen haber repercutido en el rendimiento. Algo que no quedará patente hasta que se inicie la competición.
"En Red Bull hay más gente, y eso se nota en la fábrica y también en la entrada, que está llena de trofeos. Toro Rosso es un poco más italiano, más emocional, mientras que en Red Bull son más fríos, con menos espacio para la emoción. Es cierto que ahora noto más presión que en 2018, aunque en el fondo mi trabajo es el mismo: acelerar y frenar lo mejor posible, de modo que tengo que centrarme en eso, en prepararme bien, entrenar, pasar tiempo en la fábrica, darle información a los ingenieros y llegar lo mejor preparado posible al inicio de la temporada. En lo que respecta al monoplaza de este año, parece diferente por los cambios en el alerón delantero. Estamos aún en el proceso de entender cómo afectan estos cambios. Hay que recordar que no buscamos rendimiento en los test; es más la fiabilidad, que todo funcione correctamente, hacer kilómetros... Llevamos a cabo muchas pruebas más para los ingenieros que para nosotros. Se trata de conseguir datos más que tiempos", ha proseguido el galo.
Verstappen, un maestro para él
De igual forma, explica que afronta con optimismo esta temporada a pesar de que los tiempos no hayan sido tan competitivos como esperaban en los test y todo parezca indicar que están más cerca de la zona media de la parrilla que de los dos mejores primeros, que continúan siendo, un año más, Mercedes y Ferrari: "Siempre soy un tío optimista. Hay que serlo, ya que, como he comentado anteriormente, aún es pronto para sacar conclusiones. Tenemos que trabajar como equipo, entender bien el coche y ver cómo podemos sacarle todo el potencial. El rendimiento real lo veremos en la qualy de Melbourne. Mi objetivo para esta temporada es seguir creciendo como piloto. Es solo mi segundo año, por lo que tengo mucho que aprender, y estoy en el mejor lugar posible para hacerlo: un equipo campeón del mundo y además con Max a mi lado, que es una de las grandes fuerzas de la Fórmula 1 y uno de los pilotos con más talento. Estoy emocionado por estar aquí y trataré de dar el máximo para el equipo. Igualmente, creo que si el coche es suficientemente rápido, podremos optar a todo. Ojalá pueda ser pronto, ya que es para lo que estamos trabajando", expresa.
Por último, Gasly se ha mostrado muy emocionado de compartir garaje con Max Verstappen, uno de los pilotos mejor (y al mismo tiempo peor) valorados de la parrilla, pues ambos mantienen una gran relación desde que coincidieran hace nueve años en en la categoría KF3 del Karting internacional. Veremos si este "buen rollo" se traslada al equipo o la competitividad termina haciendo mella en ellos, pues el neerlandés hará todo lo posible para no verse superado por un piloto que apenas cuenta con un año y medio de experiencia en la Fórmula 1: "Max y yo nos llevamos bien. Nos conocemos desde 2010, pues competimos juntos en karting, donde tuvimos buenas batallas. Aprendimos el uno del otro en esa época y ahora nos respetamos y tenemos una buena amistad, lo cual es una ventaja para el equipo. Podemos trabajar juntos a la perfección. Por ahora, no hemos coincidido mucho en el garaje. Nos vimos por primera vez cuando dieron inicio los test, aunque supongo que cuando comience la temporada podré ver cómo afronta el fin de semana, la clasificación, la carrera...; cuando estuve de piloto reserva de Red Bull le conocí tanto a él como a Vettel y a Ricciardo. Para mí fue una buena experiencia ver sus fortalezas", ha añadido a modo de conclusión.