"Nunca reacciona bien cuando actúa bajo presión", "Creo que debe cambiar algo en el aspecto psicológico", "Es un hombre acabado. Hace mucho tiempo que no ha hecho nada bueno". Estas son algunas de las lindezas que Sebastian Vettel ha tenido que escuchar a lo largo de las últimas semanas en boca de personalidades como Gerhard Berger, Damon Hill o Jason Watt. Todo un tetracampeón del mundo viendo cómo se le crucifica públicamente por estar atravesando una mala racha. Extensa, sí, pero una mala racha. Algo natural en cualquier ser humano, porque sí, señoras y señores, los seres humanos somos imperfectos. De Sebastian se pueden criticar muchas actuaciones en las últimas campañas, pero lo que se ha hecho con él es machacarle sin piedad, y eso es intolerable. Él ya ha demostrado, cosa que muchos otros no han hecho y se les ha colocado en un pedestal. Pero lo peor es que ni siquiera se le ha brindado la oportunidad de adaptarse a su nuevo asiento en Aston Martin. Fue duramente vapuleado en las primeras carreras del presente año y algunos le estaban jubilando antes de tiempo, sin embargo, Seb ha respondido como mejor sabe hacer, tirando de talento y haciendo que los que le acribillaban se hayan tenido que esconder en la cueva.
No necesita mucho para brillar con luz propia
El alemán ya dio un notable paso adelante en Mónaco, si bien ayer en Bakú encontró su verdadero punto de inflexión. Magistral segundo puesto. Que sí, que los dos grandes favoritos desaparecieron del Top 3, pero había que estar ahí, y él lo hizo. Decían que estaba acabado. Pues bien, solo llevamos seis carreras y ya triplica en puntos a su compañero de garaje (28 frente a los 9 de Lance Stroll), ese que, según muchos, le estaba dando un repaso. Claro que sí. Es muy fácil convertir en diana a alguien popular que no está rindiendo al cien por cien, porque claro, eso genera visitas y 'likes' en las redes sociales. Lástima que en las dos últimas carreras os haya salido el tiro por la culata. Solo espero que esos hombres que se están llevando el 'hate' de la gran mayoría esta temporada, como son el propio germano, Ricciardo o Alonso, pilotos que han demostrado de sobra su talento, continúen cerrando bocas y dejando en evidencia a aquellos que dicen saber de la competición y solo se mueven por la envidia y sus propios complejos. Dejen de ensuciar el nombre de "viejas glorias" y dedíquense a purificar el suyo, que falta les hace.