No hay edad fijada para nada en la vida, solo para nacer quizá, y en ocasiones tampoco. Puede que muchos se hayan acostumbrado a ver que los pilotos debutan en la categoría reina del automovilismo sin haber alcanzado aún las veinte primaveras. Pero ese no es el caso de Nyck, aún habiendo ganado tuvo que esperar bastante a que llegara su momento. Momento que le llega con 28 años, un estreno más que esperado y que demuestra que en la vida cada uno tiene su propio camino. Sin comparaciones y sin frustraciones derivadas de las mismas. La aventura de Nyck en la F1 arranca ahora y será él mismo quien la escriba con mucha más experiencia que si hubiera llegado años atrás.
No hay edad fijada para nada en la vida
"Aquí no te puedes librar de alguna que otra hora en el gimnasio y de correr un poco. No soy un blando, realmente no me importa el trabajo duro. Pero a veces pensaba: 'esto es como el siguiente nivel'. No entro con 21 años, ya tengo un poco más de experiencia en la vida. He experimentado más cosas en la vida y he hecho muchas cosas. Eso le va a ayudar, piensa. Todas esas aventuras me han enseñado a ver más el 'panorama general'. He aprendido a intuir dónde poner el foco y las prioridades. Tienes tan poco tiempo en la pista que tienes que ser muy pragmático contigo mismo a la hora de decidir qué es lo más importante y qué necesitas para ir más rápido."