El piloto alemán regresa a la F1 en el lugar de su compatriota y tiene muy claro que el tiempo de Mick se había acabado. No hay penas para Nico Hülkenberg, o al menos esa es la sensación que deja, él también pasó por esa situación de quedarse sin asiento de un año para otro. El automovilismo, como muchas otras cosas en la vida, es un mundo de tiburones y no hay tiempo para mostrar sentimientos. Además, Nico no ha tenido reparo en decir que no tiene ninguna relación con Mick y que no han hablado desde que Haas anunciara la marcha del 47 y la llegada del 27.
Las cosas claras y sin tiritas
"Mick y yo no hemos hablado entre nosotros desde el anuncio de Haas, aunque nunca habíamos intercambiado algunas ideas. Es un piloto de una generación diferente y no hemos tenido una relación real como la que tiene con Sebastian, por ejemplo. La historia es la que es. Si yo no lo hubiese reemplazado, habría sido otro piloto. En la Fórmula 1 todo se trata del rendimiento, si convences y rindes, vas a tener un trabajo y tendrás ofertas".
"Si el rendimiento no está ahí, todo se acaba muy rápido. Se siente bien estar de vuelta, ya he empezado a entrenar con el volumen y la intensidad de antes. Los últimos años han sido mucho más relajados. Si no pilotas un Fórmula 1 en meses, las fuerzas G, que tienen un gran efecto en tu cuerpo, se sienten como algo especial. Puedes entrenar como un campeón del mundo, pero sufrirás, tienes que mantenerte realista y saber que dependes del coche".