El piloto alemán tuvo en Mugello la gran oportunidad de pilotar el coche con el que su padre fue campeón en 2004, el Ferrari de aquella temporada de su séptimo título. El último título de Michael Schumacher, no es la primera vez que los de Maranello dejan que el hijo de su gran campeón ruede con el monoplaza con el que su padre dominó el mundial. Está claro que es un momento único para el equipo y para toda la afición de este deporte ver rodar de nuevo a un coche legendario como lo es el Ferrari F2004. También es un honor para Mick y así lo ha contado tras un fin de semana que le será difícil de olvidar con esa gran experiencia. Las palabras del joven alemán se deshace en elogios con todo esto hacia el equipo rojo, sabe que fue un momento especial volver a sentir ese monoplaza rojo con el que su padre ganaba hace dieciséis años por todo el mundo, haciendo sentir legendario al imperio rojo.
Encantado con la experiencia de Mugello
"Obviamente, el pilotar el Ferrari F2004 el pasado domingo fue muy especial para mí. Es un gran coche y en mi opinión es uno de los mejores de la historia de la Fórmula 1. Pilotar ese coche en un circuito como Mugello donde el F2004 había dado tantas vueltas antes lo ha hecho más especial. Fue simplemente increíble. El sonido, la carga aerodinámica, la dirección... simplemente increíble. Fue muy especial para todas las partes involucradas, y creo que también para los mecánicos que en su día trabajaron con mi padre, hace 16 años. Fue un gran momento para mí y estoy muy agradecido a Ferrari por esta oportunidad".