Max Verstappen ha completado en 2019 la mejor temporada de su carrera deportiva gracia a sus tres victorias y nueve podios, lo cual le ha valido para alzarse con el tercer puesto en la General. Sin embargo, el piloto neerlandés no está del todo satisfecho con los resultados, ya que su principal objetivo es luchar por el título. Algo que ha resultado inviable durante este año y que podría seguir siendo una odisea de cara a 2020. El de Hasselt ya advirtió que, si bien tenía en mente alcanzar la corona junto a Red Bull, no dudaría en contactar con otros equipos si el rendimiento en los próximos meses no es el esperado. En caso de que así ocurriera, no se descartaría una posible incorporación al equipo Ferrari. No obstante, el propio piloto no cree que sea buena idea juntar a dos "pesos pesados" en un mismo garaje, ya que podrían saltar las chispas y, por tanto, acabar perjudicando al equipo.
Es por ello por lo que el de Hasselt ve poco probable acabar a las órdenes de los hombres de Maranello, sobre todo teniendo en cuenta que Charles Lecelrc es una de las promesas de futuro de la competición: "Tengo una buena relación con Leclerc, aunque es un rival duro, pero es parte del juego. Lo cierto es que él no tiene influencia en el hecho de que pueda tener un asiento en Ferrari. De toda formas, no creo que eso suceda: nunca deberías tener dos posibles números uno juntos en un mismo garaje. Además, Leclerc no es tonto, ¿no?", ha señalado en palabras para el canal de televisión holandés Ziggo Sport.
Se equivocó
Por otra parte, el número '33' de la escudería de Milton Keynes se reitera de nuevo en su arrepentimiento respecto a las acusaciones que llevó a cabo en Austin sobre los italianos, pues apuntó a una posible ilegalidad en el motor del SF90: "No quiero hablar demasiado acerca de mis declaraciones. Tendría que haber esperado uno o dos minutos más antes de hacer esa entrevista", ha expresado para concluir.
