La campaña 2020 ha sido un paso hacia atrás enorme para la escudería de Hinwil, ya que estuvieron lejos de lo óptimo tras un 2019 decente. Solo hubo cuatro Grandes Premios en el que sus pilotos puntuaron, lo que fue suficiente para terminar en octava posición en el Campeonato de Constructores. Es verdad que terminaron igual que el año anterior, pero la diferencia de 49 puntos ha sido más que destacable. Aunque su irregularidad fuera la protagonista de este año, no tuvieron nada que hacer para luchar contra el resto de equipos de la zona media. Kimi Räikkönen reconoce que las sensaciones no fueron buenas incluso antes de que comenzara la temporada, los resultados en los test de Barcelona habían sido suficientes para descubrir que estaban lejos.
Mucho por mejorar para 2021
"Está claro que no era lo que esperábamos antes de la temporada. Después de los test, no estábamos donde queríamos estar, hubo muchos motivos por los que no fuimos tan rápidos y fue decepcionante. En 2019 hicimos un trabajo decente, aunque seguimos sin estar donde esperábamos. Obviamente, las expectativas eran más altas, pero pronto nos dimos cuenta que no estábamos ahí. Hay mucho trabajo por delante de cara al próximo año para estar en una posición mejor. Algunos años son más difíciles por diversas causas y el coche marca una diferencia enorme en este deporte. En cada temporada hay resultados decepcionantes, buenos y mixtos, esto forma parte del juego", concluye el finlandés en declaraciones recogidas de F1i.