De un tiempo a esta parte, en la Fórmula 1 siempre ha estado presente el debate de cuánta importancia tiene el monoplaza para ser candidato a ganar el título. Un claro ejemplo de ello es que desde la llegada de la era híbrida ningún piloto que no formara parte de Mercedes ha sido capaz de alcanzar la corona. Esto deja con menos posibilidades a grandes talentos como Max Verstappen o Charles Leclerc. Precisamente acerca de este último ha hablado el presidente de la FIA, Jean Todt, quien no ha dudado en aseverar que el monegasco merece proclamarse campeón del mundo después de su excelso trabajo en sus dos primeros años en la categoría, aunque reconoce que para ello necesita que Ferrari le brinde un coche ganador, pues cree que el potencial del bólido supone el 80% del éxito o el fracaso en este deporte. Unas palabras que secundan las opiniones de aquellos que consideran que el talento del piloto queda en un segundo plano, como se ha visto reflejado tantas veces en la competición a lo largo de las últimas décadas.
De hecho, son muchos los casos en los que pilotos con dilatada experiencia no han podido pelear por triunfos debido a la falta de rendimiento de su coche: "Charles Leclerc tiene que asegurarse de que cuenta con un coche y un equipo que le permita ganar carreras. Le deseo que se convierta en campeón del mundo, puesto que se lo merece, pero todo dependerá de su monoplaza. Sinceramente, creo que ganar el Mundial depende al 80% del coche y un 20% del talento del piloto. Por ahora, Charles tiene el 20%", ha expresado en palabras para La Gazette de Monaco.
Un futuro con menos emisiones de carbono
Todt también ha querido hacer hincapié en el anuncio que realizó la máxima categoría del automovilismo hace poco más de dos meses, y en el cual se comprometía a eliminar su huella de carbono en el año 2030. El francés ha ido un paso más allá y ha asegurado que el objetivo es emplear los biocombustibles en un periodo de tiempo inferior a los próximos cinco años: "Las carreras de motor son un espectáculo y al mismo tiempo un laboratorio. Estamos desarrollando tecnologías nuevas y combustibles nuevos de manera más rápida. La Fórmula 1 se ha comprometido a eliminar su huella de carbono en 2030, pero confío en que seamos más ambiciosos. Tener combustibles que no dejen huella de carbono desde la temporada 2023-2024 sería una evolución", ha expresado el de Pierrefort a modo de conclusión.
