Aunque el Gran Premio de Mónaco sea especial para Charles Leclerc porque es su carrera de casa, este circuito está maldito para él. Desde que llegó a Fórmula 1, nunca había alcanzado la Q3 y nunca vio la bandera a cuadros. Una de esas 'maldiciones' se ha roto en el pasado fin de semana, no solo había llegado para la lucha por las diez primeras posiciones de la parrilla, sino que se había alzado con la pole position. Parecía que todo iba viento en popa para Ferrari, uno de sus pilotos partía líder, mientras que otro estaba situado en cuarta posición. Lógicamente, había alegría dentro del garaje italiano, pero también había preocupación con la caja de cambios debido al accidente de Leclerc en Q3. Después de las comprobaciones realizadas, todo parecía perfecto. En el día de la carrera, surgió un problema con el eje de transmisión, siendo el causante de que no pudiera participar.
Con esta odisea, Jacques Villeneuve no siente lástima por lo que le ha sucedido hace unos días. En las dos últimas ediciones en el circuito urbano, el piloto de Ferrari había abandonado por fallos propios, uno por un pinchazo en 2019 y el último por ese accidente en clasificación. El canadiense vuelve a la carga y es contundente en sus palabras 'no podemos estar tristes por él', ya que ha sido por errores de pilotaje a fin de cuentas.El desencadenante de todo ha sido por el error de Leclerc, según afirma Villeneuve
"Se tiene que culpar a sí mismo, ha golpeado contra el muro el sábado, así que no podemos estar tristes por él. También había tomado el riesgo de que el coche funcionara, comenzaba desde la pole y con una gran oportunidad para ganar. Esto es Mónaco por lo que tienes que echar la lotería. Si hubiese sustituido la caja de cambios o se hubiese reparado el coche, hubiera salido desde el pit, quizá hubiera valido la pena. Lo sorprendente no era que la caja de cambios fallara, sino que el eje de transmisión izquierdo fallara, pero fue debido a la colisión", ha afirmado el canadiense en palabras recogidas de RTBF.