El relato de Lewis Hamilton y sus vivencias durante la infancia pueden ser de ayuda y ejemplo de motivación para muchos pequeños. Y es que el siete veces campeón del mundo británico no se avergüenza y cuenta sus experiencias de la infancia, sus miedos, todo lo que vivió y le llevó a ser quien es hoy. Porque, a veces, sentirse integrado o no es resultado de diferentes factores que no se alcanzan a comprender en según qué edades. Por lo que poder escuchar relatos de otras personas tendría que ser posible siempre y Lewis ha optado por continuar hablando, por continuar la lucha.
Habrá que esperar para ver qué sucede cuando arranque la temporada y la norma de la FIA se ponga en marcha. Por el momento, estas han sido las palabras de Lewis una vez más. Un punto de vista personal y que tras varios años en lo más alto, el británico decidió compartir.Los motivos de su reivindicación constante y apoyo a la igualdad de oportunidades
"Probablemente, para mí, la época de la escuela fue la más traumatizante y difícil de mi vida. Sufría acoso desde que tenía seis años, y creo que en esos tiempos era uno de los tres niños de color que había en el colegio. Niños que eran mayores y más fuertes que yo me hacían bullying todo el tiempo, y cuando estábamos en el patio para elegir los equipos de fútbol siempre me escogían el último, o incluso ni siquiera me elegían, y eso que era mejor que muchos".
"Ese acoso constante, como cuando me tiraban plátanos, o personas que utilizaban la palabra 'n' [referencia al término peyorativo en inglés], hace que sientas que no encajas, y eso era difícil. Cuando ibas a la clase de historia, veías que no había personas de color en los libros y en lo que nos enseñaban, entonces pensaba que dónde estaban las personas que eran como yo. En mi colegio seríamos solo como seis o siete niños negros de unos 1200, y tres de nosotros estábamos yendo a ver al director constantemente, particularmente yo".
"No me encontraba bien con todo eso, y no supe que era disléxico hasta los 16 años, pero afortunadamente pude tener un profesor que cuidaba de mí y me ayudaba a descubrir más sobre mí, sobre cómo podía mejorar mi educación. Sin embargo, fue complicado, porque competía cada fin de semana, cuando me iba los jueves por la noche para viajar por el país en las carreras, cuando volvía, todos los niños hacían cosas normales los fines de semana, y yo decía que estaba corriendo, a lo que me respondían que ellos ya lo habían hecho antes en los parques, pero no pensaban que realmente tenía un objetivo, quizá lo tomaban como una broma".
"Siento que el sistema estaba en mi contra, pero estoy muy agradecido con ese proceso porque me ha hecho ser la persona que soy ahora, aunque pasaban muchas cosas de las que me sorprendía, notaba que no podía ir a casa y hablarles a mis padres de que me habían acosado en el colegio. No quería hacer pensar a mi padre que no era lo suficientemente fuerte, y si quería llorar, me contenía las lágrimas y me iba a un lugar retirado a expresar mis emociones".
"No fue hasta que empecé realmente a competir cuando podía llevar eso a mi estilo de pilotaje, cuando me ponía el casco, y Superman era mi personaje favorito, me encantaba cómo la gente lo quería por hacer las cosas correctas, fue algo que me inspiró; pero, de nuevo, no había superhéroes de color. Mis superpoderes aparecían cuando pilotaba, cuando peleaba contra esos niños y podía hacer lo mismo sin parecer que no pudiera hacerlo, y eso era lo que amaba".