Uno de los pilotos mejor valorados de la parrilla y, por ende, que más requerimientos recibe por parte de los aficionados y los medios de comunicación, es Fernando Alonso. El asturiano vivió una época dorada en 2005 y 2006 y completó otras tres temporadas altamente competitivas en las que se alzó con dos subcampeonatos, sin embargo, desde su salto a McLaren, comenzó una etapa para el olvido en la que nunca estuvo en disposición de pelear por cosas importantes. Esto le llevó a una retirada temporal, hasta que esta temporada decidió regresar bajo el mando de Alpine. Alonso ha recibido una gran presión en los últimos meses, pues se le exigía el 100% de sus capacidades desde el principio cuando realmente necesitaba un periodo de adaptación. Es tal la confianza depositada en él que por el mero hecho de rendir de un modo similar a su compañero o sufrir más de lo esperado en algún GP, se le ha criticado duramente. El doble campeón del mundo ha admitido que a día de hoy no está en el mejor estado de forma de su carrera, si bien asevera encontrarse a un nivel sobresaliente, por lo que confía que en 2022, con la llegada de la nueva normativa, pueda dar ese impulso que le permita destacar como todos esperan.
Se le pide demasiado
"Siempre tengo que cumplir, ya que la gente espera ese poco más de mí. Cuando hago lo que hace mi compañero de equipo, en general suele verse como una decepción. Esto crea altas expectativas. No obstante, estoy contento con el regreso. El reto fue grande para adaptarme mental y físicamente a estos coches. Después de dos años, el cuello ya no está acostumbrado al estrés, y ya no tengo 20 años. Yo diría que soy tan bueno como en 2018 o un poco peor. No estoy 100% satisfecho con mi rendimiento, sobre todo los sábados. Aún me resulta difícil comprender dónde está el máximo de rendimiento del neumático. Si haces una preparación diferente en la salida o te encuentras con tráfico, las ruedas se comportan de manera diferente cuando empujas y comienzas la vuelta. Todavía no lo entiendo del todo. Yo diría que estoy al 95%. Salvo por eso, todo bien".
"Parte del 95% es el tiempo que estuve alejado del deporte. Me faltan dos años en los que los neumáticos han evolucionado. En segundo lugar, hay una falta de confianza en lo que respecta a la dirección. Después de Bakú está mejor, si bien no es algo en lo que formé parte del proyecto de desarrollo desde el principio, por lo que me tuve que adaptar un poco. Espero que sea mejor el año que viene. Los monoplazas también serán muy diferentes de conducir. Tal vez toda la parrilla necesite realinear su estilo de pilotaje, y ojalá pueda aprovecharlo".