Monza nos ha regalado este fin de semana una parrilla invertida, grandes remontadas, la casi confirmación de un nuevo campeón y el ridículo de la cúpula de la categoría reina del automovilismo. Todo apuntaba a que adelantar en el escenario italiano sería complicado, pero los nuevos monoplazas se pueden seguir de cerca y eso ha servido para brindarnos espectáculo en uno de los trazados más míticos de la competición. La Pole de Charles Leclerc en la jornada del sábado no impidió el quinto triunfo consecutivo de Max Verstappen, que se distancia 116 puntos en la General y pone prácticamente punto final a la batalla por el título, si es que alguna vez ha existido. George Russell completó el podio.
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En la jornada de sábado pudimos disfrutar de una buena clasificación, en la que los ritmos se veían bastante parejos entre los favoritos a la pole. Solo faltó Pérez como candidato para dar más emoción a la pelea por la primera posición, pues vimos a Carlos Sainz, a Charles Leclerc y a Max Verstappen luchando bastante parejos en todas las sesiones. Mercedes no estuvo ahí a una vuelta, pero no era tampoco un trazado favorable para ellos, por lo que tampoco los esperábamos.
De la emoción del sábado pasamos a la realidad del domingo, el ritmo de Red Bull en carrera y su degradación de neumáticos es inalcanzable para Ferrari. Se vio que Carlos tenía ritmo para superar al grueso de la parrilla, pero las cosas se complicaron al llegar a los puestos de cabeza, Russell se le escapaba. En cuanto a Leclerc y Verstappen, Ferrari se decantó por parar, era lanzar una moneda al aire, no hay mucho que reprochar a los estrategas de Maranello en esta ocasión. Sin embargo, me gustaría recalcar que dado que tenían datos del desgaste de sus gomas y su ritmo, podían haber obligado a Max y Red Bull a exprimir sus gomas parando antes que ellos o que fuera su rival quien tuviera que hacer dos paradas.
No había posibilidad real de pelearle la victoria a Verstappen luchando de igual a igual, entonces mejor obligarles a modificar su estrategia y no cambiar la tuya. Luego llegó el sopor, con la desigualdad entre los favoritos, la acción se centraba en la zona media. Ahí los coches se seguían de cerca y todo parecía más en juego. Hasta que vimos pararse a Ricciardo, la reciente maldición de Monza, como así lo han bautizado, aparecía. Daniel, vencedor del año pasado, no iba a terminar la carrera, su coche dijo basta y casi ni pudo apartarlo del asfalto.
Entonces la lentitud se apoderó de Dirección de Carrera, al mando parecíamos tener una reunión de perezosos tratando de hacer su trabajo. Se tardó en decidir que saliera el Safety Car, los comisarios no podían mover el monoplaza, la grúa tardó en acudir, con todo listo para retomar la carrera no se veía la orden de que los coches se desdoblaran y se llegó al final sin competir.
De verdad, una decisión nefasta, no hay unas pautas claras cuando las cosas suceden a pocas vueltas del final. Nadie quiere ver carreras que acaban con todos detrás del coche de seguridad. ¿Tan difícil sería usar la bandera roja en estos casos? Muchos dirán que esa bandera roja solo debe usarse si no existe un peligro en pista. ¿No es peligroso meter una grúa a pista con prisas mientras los pilotos se van alterando al ver que no hay reinicio? Se pone bandera roja, se para a los coches, se elimina el peligro y se reinicia la carrera con las vueltas que falten, que pase lo que tenga que pasar, pero que pase en pista, compitiendo. Que cada cual se cocine el resultado a su suerte, pero en igualdad de condiciones. Sin otorgar a nadie ninguna ventaja, pues no es grato ver a nadie ganar así, se llame como se llame o tenga la nacionalidad que tenga.
Pero el chiste es que estas cosas no solo pasaron en F1, Dirección de Carrera debió quedar exhausta poniendo orden a la parrilla tras las penalizaciones, otra cosa que no se entiende. Pues el domingo cometieron errores desde primera hora de la mañana, la carrera de F3 se paró con bandera roja para reparar las protecciones y nunca más se retomó, habiendo tiempo de sobra para ponerla en marcha de nuevo. El título se decidió con los pilotos pendientes de televisores y móviles a la espera de Dirección de Carrera, no dejaron luchar en pista. Sanciones repartidas al aire, para unos sí y para otros no, también en F2.
Ahora bien, si aplicamos esto a Abu Dabi, resulta que aquí fue merecido vencedor Max por el ritmo durante la carrera, Charles no podía alcanzarle. En Abu Dabi Hamilton tenía la carrera bajo control, Max no llegaba. Lo que ayer era blanco hoy es negro, nadie da cordura a las reglas. Monza se queda con un sábado de incertidumbre con una clasificación poco clara por la incoherencia de la aplicación de las penalizaciones y un domingo en el que la carrera es robada acabando con Safety Car, no me refiero a robo de la victoria, sino a acabar dignamente, con los pilotos compitiendo.
Creí haber "aprendido" en Abu Dabi 2021 que una carrera nunca puede acabar con SC en pista. Ahora resulta que si... Entonces, ¿lo correcto fue entonces? ¿es ahora? ¿El título quedó bien entregado tras lo sucedido o visto lo de Monza ya no...?
Inconsistencia de dirección de carrera una y otra vez que se zanja con abucheos a los pilotos. Ninguno de los pilotos nada tiene que ver. Por fin se silenció a los directores de equipo que no hacen otra cosa que meter mierda y barrer a su favor, omitiendo la realidad y la justicia en casi todas las ocasiones. Pero esto solo va a generar que las gradas se llenen de gente fanática y polarizada, que desaparezca el espíritu deportivo. Y yo lo he vivido en gradas, gente de diferentes pilotos que se felicitan tras la carrera, con amistad por amar la F1 y sin odios ni abusos a nadie y a ningún piloto... ¿Dónde nos van a llevar estas Direcciones de Carrera que parecen no haber visto una carrera en su vida?
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La magia de Monza ha regresado un año más a la categoría reina del automovilismo. Antes de comenzar el análisis, destacar lo espectacular que es esta cita, tanto por el circuito como por el maravilloso ambiente que se respira durante los tres días de competición. Este sí que es un Gran Premio imprescindible en el calendario, y no otros coñazos que nos meten a la fuerza solo por tener un nombre "histórico". Otra vez hay que hablar de la victoria de Max Verstappen. Es cierto que pudo respirar tranquilo tras la no relanzada de la carrera, de la que luego hablaré, pero es un merecidísimo ganador. Volvió a ser el más rápido sobre el asfalto y demostró que no hay otro igual en la parrilla llevando a cabo remontadas. El neerlandés cada vez tarda menos en llegar hasta la primera posición. Para la próxima carrera debería arrancar con una vuelta perdida, a ver si así al menos le cuesta algo más, porque vaya paseo se está dando por los circuitos últimamente. No encuentra rival, y si por un casual lo encuentra, otros factores se encargan de apartarlo de su camino. Su segundo título está a la vuelta de la esquina y es cuestión de semanas que lo consiga.
Pero no todo son festejos y vítores en Red Bull, pues Sergio Pérez se sigue apagando cual bombilla defectuosa. Vale, remontó, pero solo hay que ver cómo Carlos Sainz, que salía cinco puestos por detrás, le adelantó sin problemas en los primeros metros. He defendido hasta la muerte a Checo, sin embargo, es más que palpable que no está cómodo en el RB18 y que este año lo va a tener realmente complicado para brindar un rendimiento óptimo. El que sí destacó este domingo, como acabo de mencionar, fue Sainz. Tuvo el podio a tiro, pero un cuarto puesto sigue siendo un resultado sobresaliente. En la vuelta 14 ya ocupaba este lugar. Algo realmente increíble, pues Monza no es uno de los más fáciles para adelantar. Al otro lado del garaje, el sabor de boca no fue tan bueno para Charles Leclerc. En esta ocasión no culparé al equipo Ferrari, ya que pienso que fuera cual fuera la estrategia, el monegasco no habría ganado. Lástima que después de hacer ocho Poles este año no esté más cerca en el Mundial. Es un pilotazo, pero factores externos y errores propios han arruinado sus opciones a la corona.
De quien no sé ya qué decir es de George Russell. Otro podio más para él. Da igual que el coche vaya mejor o peor, que salga o no el Safety Car, que haya más o menos abandonos; el británico siempre está ahí y ha demostrado con creces que ha venido para quedarse. Sus actuaciones no son flor de un día y no me cabe duda de que en un futuro próximo luchará por ser campeón del mundo. Mientras tanto, deberá conformarse con ser el hombre más regular de toda la parrilla, lo cual no es moco de pavo. Buena actuación también la de Lewis Hamilton, remontando desde atrás y maximizando el potencial de su W12 en un circuito que no era del todo favorable para el monoplaza germano. Continúa por detrás de su compañero en la General, pero sus sensaciones no tienen nada que ver en comparación al inicio de temporada. Veremos cómo se desarrolla todo, si bien el heptacampeón del mundo intentará lo imposible por cerrar el 2022 con al menos una victoria, y teniendo en cuenta la facilidad de los hombres de Brackley para extraer resultados de la nada, no me extrañaría que lo consiguiera.
Por detrás, no me quiero olvidar de Nyck de Vries. Gran fin de semana para él y premio merecido al ser nombrado "Piloto del día". Esto no ha sido una cita más para él, ha sido la cita de su vida, porque estoy convencido de que su gran actuación en el escenario italiano marcará un antes y un después en su futuro próximo en la competición. Menos positivo ha sido este GP para los hombres de Alpine, que lo tenían todo para conseguir un buen resultado y se han diluido sin explicación alguna. Mal resultado con fallo mecánico incluido y a trabajar para hacer borrón y cuenta nueva antes del siguiente reto. Y ahora sí, no me quiero despedir sin maldecir el lamentable trabajo por parte de la FIA. Vergonzoso finalizar una carrera detrás del Safety Car, primero, cuando la pista estaba limpia, y segundo, permitiendo que las vueltas siguieran transcurriendo con una grúa en la pista. No diré que echo de menos a Masi porque su labor fue realmente pésima e insultante para los amantes de este deporte, pero lo de esta Directiva no se queda atrás. Dimisión ya de todos estos incompetentes, por favor. Dicho esto, hasta la próxima, Monza.