La duodécima prueba de la temporada, disputada en el trazado de Paul Ricard, no estuvo exenta de accidentes, sanciones y malas decisiones. Sin embargo, una edición más, nos dio menos espectáculo del que esperamos de la categoría reina del automovilismo. La alta degradación que presenta el escenario francés obliga a los pilotos a pasarse media carrera gestionando gomas y rodando detrás de otros monoplazas, lo que hace que el Gran Premio sea somnoliento por momentos. En esta ocasión, tuvimos la opción de ver algo de movimiento de la mano de Carlos Sainz, que partiendo desde la penúltima plaza nos regaló 19 adelantamientos de todo tipo.
Menos mal que el español puso algo de pimienta a una cita que se decidió en la vuelta 18, cuando Charles Leclerc acabó contra las protecciones. A partir de ahí, solo el madrileño y la cierta ineptitud de Ferrari dieron espectáculo. Bueno, y Russell y Pérez en su lucha por el tercer puesto, pero tampoco fue algo antológico. Y a vosotros, ¿qué os pareció esta carrera?Sandra Molina: "El inicio del paseo hacia el título"
Si bien la inoperancia de Ferrari ya nos estaba mostrando el claro camino que la temporada 2022 estaba cogiendo, muchos no lo queríamos ver. Soñábamos con otro final de campeonato como el del año pasado, con emoción hasta el final, y a poder ser, hasta la última vuelta.
Sin embargo, el devenir de los acontecimientos en Le Castellet nos tenía guardado algo que no queríamos o con lo que no contábamos, al menos a los que queremos ver batalla. A los aficionados de Verstappen les habrá encantado, conociendo su dicha en celebraciones de este estilo, de forma general lo digo claro, no todo el mundo está cortado con la misma tijera.
Nos quedaremos sin saber qué pasó verdaderamente en el coche de Charles Leclerc, ¿fue fallo de piloto? ¿Fue fallo del coche? Rápido se tapó todo tirando las culpas al piloto, pero es lo que tienen las grandes familias, la mierda queda bajo la alfombra y lo demás es aparentar. Quizá con el mundial cerrado y el paso del tiempo se llegue a saber la verdad.
Y es que en Francia todo pintaba emocionante hasta ese momento. Y ya es raro decir en la misma oración Paul Ricard y emocionante, pero se puede decir sí. Charles y Max estaban a otro nivel y la victoria no estaba clara con los bailes de estrategias. Quizá Leclerc pudiera tenerla algo controlada, pero se esfumó y con ella el campeonato seguramente. Porque darle tanta distancia de puntos a Max Verstappen es prácticamente entregarle el trofeo. Y es que muy mal se le tendría que dar a Max esta segunda mitad de año para ser derrotado y no revalidar su corona. Pero tremendamente mal se le tendría que dar a Red Bull como marca, pues sacan ya más de 80 puntos de ventaja.
Desde ese accidente del monegasco el interés de la carrera pasó a la zona media y a la remontada de Sainz. El madrileño venía haciendo una gran carrera, con templanza en su avance y con efectividad. Sin pausa, pero sin prisa dirían algunos. Llegó a colocarse en posición de podio, superó en pista hasta a Sergio Pérez, el mexicano no pudo con el sopor de Paul Ricard, es algo normal, no se lo podemos echar en cara.
Es fácil juzgar desde fuera, con el momento pasado y la carrera terminada. Pero la última parada de Sainz no tenía que haber sucedido, Ferrari no está para amarrar un 5° puesto después de guerrear como el que más. Estaban en el podio y en la tabla había un salto por detrás de Russell de más de 20 segundos. Cuando vas a la guerra es necesario arriesgar, tras una remontada así no se puede amarrar un botín pequeño.
También se ha hablado mucho del error en la primera parada de Sainz, esa salida peligrosa cuando venía el Williams. En un principio se empezó a lanzar de todo contra Ferrari, será por la costumbre ya, obviamente. Pero en esta ocasión, la culpa fue de Sainz que salió con el semáforo rojo, merecido el castigo, las reglas son así.
Lo que no está tan bien de las reglas es que a veces los castigos no son equiparables. Lo vemos en el toque de la primera vuelta entre Ocon y Tsunoda. El galo arruinó la carrera del japonés hasta el punto de que Alpha Tauri retiró su monoplaza por los daños. Mientras que el de Alpine salió airoso y los 5 segundos no evitaron que peleara por los puntos y acabara sumando. Quizá debieran mirar esto para medir las acciones con un poco más de rigurosidad y no imponiendo un castigo estándar.
Como punto destacable del fin de semana queda Mercedes, no tendrán el coche a tono para pelear por objetivos importantes. Pero su fiabilidad es envidiable, a río revuelto nadie pesca mejor que los chicos de Mercedes. Ahí están sus resultados, sus podios, en esta ocasión doble, segundo y tercero. Una maravilla, cuidado no se anden muy despistados en Maranello porque el ridículo puede ser aún mayor si se les escapa también el segundo lugar en constructores.
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Un año más, el Gran Premio de Francia volvió a dejarnos luces y sombras. Carlos Sainz se erigió como protagonista de la cita con sus 19 adelantamientos y Charles Leclerc fue quien le puso pimienta a la carrera y, al mismo tiempo, le quitó la emoción en la parte alta de la tabla. Qué mala noticia para el espectáculo el 0 del monegasco y el triunfo de Max Verstappen. Me encanta el piloto de Red Bull, pero me encanta aún más que el título se decida en los últimos instantes, como ocurrió el año pasado, y todo apunta a que esta vez el campeón se va a coronar mucho antes. Los de Ferrari no paran de fallar y el neerlandés no comete un solo error. Es rápido, sólido y tremendamente efectivo. En estos momentos, que acabamos de pasar el ecuador de la campaña, solo una debacle le puede separar de su segundo Mundial. Ya lo dije en anteriores entradas, le considero el mejor piloto a día de hoy y, si hay alguien realmente difícil de arrebatarle el liderato, es él.
Siendo sincero, creo que Francia sentenció el Campeonato. Lástima que Leclerc cometiera ese fallo (si es que fue así, pues todavía no me queda muy claro). No sé si hubiera ganado, pero podría haber peleado hasta el final por la victoria. No entiendo cómo siendo tan rápido y consiguiendo tantas poles, tiene tan pocos puntos. Es inexplicable, y su mayor talón de Aquiles de un tiempo a esta parte. Y mucho ojo, porque si no lo corrige, no será fácil que llegue a coronarse en la competición en un futuro. Para triunfar en la Fórmula 1 se necesitan muchos ingredientes, y uno de ellos, sin duda, es la regularidad. Si fallas, estás muerto. Así que, Charles, amigo, o espabilas o lo vas a tener crudo tanto este año como los siguientes. La verdad, me está decepcionando un poco el rumbo que está tomando el número '16' en las últimas pruebas. Espero que se recupere por el bien del espectáculo.
Justo lo contrario me está ocurriendo con Carlos Sainz. Empezó la campaña de manera muy pobre y poco a poco va ganando confianza y acercándose a su mejor versión; esa que nos hizo tomarle por lo que es, un gran piloto. Este fin de semana tenía más ritmo que su compañero de garaje pero, ¡ay amigo!, no solo te arruinaron la carrera de Austria, sino también esta. Arrancó penúltimo, remontó de forma descomunal, le castigaron con una mala parada, una penalización de cinco segundos por unsafe release (aquí Carlos tuvo su parte de culpa) y una estrategia que, seguramente, no fue la correcta. Y aun así se cascó una quinta posición, se llevó el punto extra de la vuelta rápida y fue nombrado piloto del día. Toma ya. He sido crítico con el madrileño esta temporada, pero cuando hace las cosas bien, hay que reconocérselo. Ojo que no haga lo mismo que en 2021 y al final acabe el Campeonato por delante de Leclerc. No me extrañaría nada viendo la evolución de cada uno.
De los que no espero lo mismo es de dos escuderías como Alpine y McLaren. Han mejorado, sí, su rendimiento es ascendente, vale, pero a mí que no me vendan todo ese rollo. Llevan mucho tiempo con "El Plan", con que si van a ser muy competitivos, con que tal y cual, pero ni huelen a los de arriba. Y me refiero a ambos equipos, porque menudo año más lamentable de los de papaya. Aunque estos por lo menos han dado un paso importante que les ha salvado del desastre que muchos preveían, incluido yo, después de presenciar aquella lamentable primera actuación. Nos acostumbraremos a lo de siempre, a verles pelear por ser los mejores del resto, pues está claro que los otros tres están en otra liga. Quizá en 2030 alguno de estos dos pueda dar algo más y recordarnos por qué un día fueron tan grandes en la categoría reina del automovilismo.