Sakhir dio el pistoletazo de salida este fin de semana a la que promete ser una de las temporadas más emocionantes e imprevisibles de las últimas décadas. Los Ferrari se hicieron notar (por fin) y pusieron contra las cuerdas a unos hombres de Red Bull mermados tras marcharse de la primera prueba con el casillero en blanco. En medio de esta batalla, los Mercedes pescaron en río revuelto y minimizaron daños en su máxima expresión. Están lejos, pero pese a ello supieron estar en el sitio adecuado para alzarse con un botín que puede resultar crucial al final de la campaña. Diversos protagonistas durante este primer fin de semana, algunos realmente positivos, como los chicos de Alfa Romeo y Haas, y otros que nos dejaron con el semblante torcido por su nefasto rendimiento, como el equipo McLaren, hundido al final de la tabla y con muchos "parches" que solucionar para evitar una hecatombe en este 2022. Mucho que paliar también en el garaje rival, pues Alpine no rindió tan bien como se esperaba y volvió a ser un contendiente más de la zona media, por lo que, o mucho ha evolucionado el resto, o algo no termina de funcionar. Los de Enstone tendrán que buscar soluciones rápido si no quieren vivir otra temporada de transición que nos haga perder la poca paciencia que nos queda con ellos.
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Si la temporada 2021 os tuvo pegados al borde del asiento carrera tras carrera hasta la última vuelta del año, 2022 no ha empezado de forma diferente. Durante los test fuimos viendo detalles ínfimos de lo que era real, pero no podíamos hacernos bien a la idea y los entrenamientos libres de Baréin tampoco lo dejaban todo tan claro. El sábado durante la clasificación fue cuando el tablero se abrió y cada equipo mostró sus verdaderas armas. Red Bull y Ferrari se auparon a lo más alto de forma brillante, dejando a la vista de forma muy clara las carencias de Mercede que no han podido dar a tiempo con la clave. Pero lo harán y ojalá que pronto, porque cuantos más invitados tengamos en la fiesta de cada fin de semana en la batalla por el campeonato mejor será la temporada.
Ferrari ha empezado muy bien este 2022, sus dos pilotos y el coche estuvieron a la altura de las exigencias que Red Bull imponía para batallar por la pole y la victoria. Vimos a un Charles Leclerc firme y que no le tembló el pulso en ningún momento para defender su primera posición ante el feroz Verstappen y sus ataques desde la cercanía y la lejanía. A Carlos Sainz le costó un poco más seguir el ritmo para intentar poner en jaque al de Red Bull. Las Pirelli obligaron a pasar por boxes unas cuantas veces y eso aumentó la tensión y la posibilidad de pelea, algo que gusta.
Las vueltas finales fueron todo un homenaje a la emoción, el Safety Car, la relanzada, el Red Bull de Verstappen en apuros, el trompo de Checo y los problemas de su coche. No podía haber más ingredientes en menos vueltas. En esta ocasión la debacle fue para Red Bull que se marcha de Baréin con dos roscos en el casillero pese a tener uno de los mejores monoplazas. Pero esto es muy largo y no ha hecho más que empezar, sabíamos que los problemas de fiabilidad podían aparecer para algunos en esta primera prueba y así fue. Pero hay mucho tiempo por delante para enmendar y reconducirse.
Mención especial a Haas y a Kevin Magnussen, un fin de semana espectacular para firmar un regreso brillante. Las notas negativas van para Alpine, es cierto que ambos acabaron en el Top 10, pero 3 pilotos abandonaron y eso influyó de forma directa en el resultado de los galos. La fortuna no sonríe a diario y esto no es lo que esperábamos de 'El Plan', un tanto decepcionante. Como también decepcionaron McLaren y Aston Martin, los del coche papaya firmaron buenas temporadas estas temporadas atrás, Barcelona parecía dar buenos indicios y de pronto se ven relegados al fondo de la parrilla. Algo similar pasa con Aston Martin, esperábamos un pasito más hacia adelante, pero parece que el paso lo han dado hacia atrás. Veremos si todo esto ha sido un momento puntual en Baréin o se repite el próximo fin de semana. Lo que podemos tener claro es que las cosas han cambiado y que pelea vamos a tener.
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La temporada 2022 de Fórmula 1 ya está aquí, y ha llegado pisando fuerte. El Gran Premio de Baréin nos regaló emoción, espectáculo y alguna que otra sorpresa, aunque no todas fueron agradables. La gran novedad fueron los contendientes a la victoria, en este caso con Max Verstappen repitiendo en la batalla frente a un Charles Leclerc que se sumaba a la parte alta para pelearle el escalón más alto del podio. Lo ocurrido en el trazado de Sakhir este domingo entre los dos pilotos solo fue un aperitivo, pero vaya aperitivo. Rememorando sus duelos de hace varias campañas, el monegasco y el neerlandés nos regalaron un intenso cuerpo a cuerpo durante tres vueltas que acabó decantándose del lado del número '16' de Ferrari, quien estuvo impecable durante la lucha. No tanto el de Hasselt, que cometió el error de atacar en las tres ocasiones al final de la recta, dejándole el rebufo a su rival en la siguiente zona de DRS y, por ende, perdiendo el liderato de la carrera a la llegada de la Curva 4. La impulsividad volvió a convertirse en su punto flaco. No obstante, es lo único que se le puede achacar, pues su actuación durante el fin de semana fue realmente buena. Lástima el problema en su monoplaza, el cual le hizo pagar un precio demasiado caro: primer cero del año y a remontar ya desde el segundo Gran Premio. Pero esto tiene algo bueno para los espectadores, y es que si bien en esta cita veíamos cierta cautela en las peleas, el de Red Bull deberá mostrar desde la segunda prueba su lado más competitivo si no quiere seguir cediendo terreno en la General. Esto se pone interesante.
Un escalón por detrás nos encontramos a Carlos Sainz, que estuvo a punto de dar la sorpresa en Qualy, pero que se desmoronó en carrera con un ritmo muy inferior al de sus oponentes. No se encontró cómodo el español a los mandos del F1-75 y no fue capaz de mostrar un ritmo a la altura de los dos titanes, por lo que deberá seguir trabajando sin descanso para demostrar que cuenta con las cualidades necesarias para ser campeón del mundo. Solo llevamos una prueba y la balanza puede cambiar rápidamente, pero no puede dormirse en los laureles si no quiere convertirse en el escudero de Leclerc. Sabe que el margen de error es muy pequeño, por eso fue tan crítico consigo mismo al bajarse del coche, pero la actitud, la garra y la velocidad se demuestran en pista, y para eso es necesaria la constancia, la disciplina y el talento; tres ingredientes que, bajo mi punto de vista, sí tiene el natural de Madrid, de modo que es cuestión de tiempo que se adentre en la lucha. El que aún parece algo lejos, pero sabe cómo exprimir hasta el último mililitro de jugo de su coche, es Lewis Hamilton. Hizo todo lo que podía: arrancar bien, rodar con consistencia y mantenerse alerta a expensas de algún fallo o problema de sus rivales. Algo que acabaría teniendo premio con su primer podio del año. Buen trabajo del británico minimizando daños, al igual que su compañero de garaje, George Russell, que salvó su floja actuación del sábado con una carrera sólida y sin fisuras. Ojo con los Mercedes, que muy pronto estarán listos para asaltar el primer puesto.
En medio de estas buenas sensaciones de los de Brackley se encuentra Sergio Pérez, que dio todo lo que tenía, aunque a día de hoy eso no sea suficiente para luchar de tú a tú con los más grandes, y se mantuvo con opciones de podio hasta el final. Bueno, hasta que su bólido dijo basta. Cuidado con la fiabilidad de los motores Honda, que vieron cómo 3 de sus 4 coches terminaban fuera de juego. En un año en el que todo está tan apretado, estos imprevistos pueden costar un Mundial. Por ahora, les ha hecho perder 44 y 27 puntos respecto a sus grandes oponentes. Los que no están en esta batalla, por ahora, son los Alpine. Mucho ruido y pocas nueces. Está claro que su particular pelea en estos momentos está más cerca de Alfa Romeo y de Haas (maravilloso Kevin Magnussen, por cierto), que de los tres de arriba. El Plan tiene fisuras importantes que, de no cerrar rápidamente, dejará en evidencia un año más a los de Enstone, acostumbrados a prometer más de lo que luego dan. Pero esta vez no hay excusas. Les han adelantado equipos que el año pasado estaban por detrás y su rendimiento está lejos de lo requerido para luchar por cosas importantes. Aun así, hay quienes están mucho peor, como los hombres de McLaren, hundidos durante el fin de semana con unos problemas de frenos que siguen sin paliarse y un Daniel Ricciardo a medio hacer tras perderse los test de pretemporada de Baréin. Pese a ello, confío ciegamente en los de Woking y sé que darán un enorme paso adelante en las próximas carreras. No me cabe duda. Bienvenidos a la nueva Fórmula 1, donde los dominantes ya no lo son tanto y donde las escuderías hundidas han resurgido de sus cenizas. No puedo esperar para ver cómo sigue esta historia en Jeddah.