El Gran Premio de Azerbaiyán 2022 nos dejó más sombras que luces con un equipo Red Bull que aprovechó la debacle de su rival directo para sumar con facilidad un nuevo doblete y dejar patente en Bakú que son los oponentes a batir este año. Ni Charles Leclerc ni Carlos Sainz pudieron cruzar la bandera a cuadros este domingo, cediendo con ello mucho terreno en ambos Campeonatos y dejando en evidencia que los hombres del "Cavallino Rampante" aún tienen muchas cosas que mejorar antes de intentar luchar por un título. Al lado contrario, la escudería Mercedes dio una lección de cómo conseguir un gran resultado con herramientas muy limitadas. Podio de George Russell y cuarto puesto de Lewis Hamilton. Muy bien ambos pilotos. Por detrás, a destacar Fernando Alonso, que sumó la tercera carrera consecutiva puntuando y poco a poco va dejando atrás la mala suerte y los problemas de rendimiento de su A522.
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La cita callejera en las acogedoras calles de Bakú se ha vuelto una carrera con gran atractivo en la cartelera de la Fórmula 1. Días atrás podíamos ver cómo todos alrededor del Gran Circo, y dentro de él, esperaban con ansia esta prueba en la que todo tiene cabida y todo puede pasar. Y así pasó, pero lo que nadie esperaba es que la Scuderia de Maranello iba a dispararse en ambos pies. La fiabilidad del coche rojo disipó cualquier atisbo de emoción en la parte delantera. Y para terminar de matar el domingo, en plena hora de siesta veraniega..., llegó Red Bull y sus 'nuestros pilotos pueden luchar por el Mundial, no hay primer y segundo piloto'.
Por arte de magia las ruedas de Checo se vinieron abajo, cuando rodaba en solitario y a un ritmo controlado, no se fue a la escapada dañando sus gomas. Max iba tras Leclerc, pero se acercó a su compañero y desde el muro de las bebidas energéticas la orden fue clara para el mexicano, 'NO LUCHES'. Pues bien, el cuento, o más bien pesadilla para la emoción no acabó ahí, Sergio Pérez entró para cambiar sus gomas y Red Bull falló en la parada. Sí, Red Bull, el equipo maravilla en estos menesteres, el KO fue completo para Sergio Pérez y la estocada le vino desde su propia casa. No es algo que no supiéramos, pues Red Bull tiene muy claro que solo les vale que gane uno y ese uno se llama Max Verstappen. Pero fastidia que una y otra vez nos traten de tontos, más cuando estamos viendo que hay un piloto que está rindiendo mejor, pero su propio equipo lo está anulando. Luego vendrán las polémicas de si se le da o se le quita valor a las cosas. Pero es que, sinceramente, no me extraña. Sabemos bien cómo funciona la Fórmula 1, pero en carreras donde tu rival se desapareció por completo y el rosco era bordado en oro, no se explica esta manipulación.
Red Bull nunca dejó de ser ese equipo que tritura pilotos en pro de cumplir su único objetivo, da igual quien caiga, nadie puede dar la vuelta a los planes. Una lástima para el aficionado y el espectador, pues el domingo podíamos haber visto pelear por la victoria a dos pilotos que están a un gran nivel, la única premisa del equipo debía haber sido no poner en peligro el doblete. Pero es lo que tenemos. Volviendo a Ferrari, no sé si es bueno que Canadá sea ya este mismo fin de semana o no, pues la racha que vienen cosechando no es nada halagüeña. Desde Australia vienen sumando menos puntos que su rival, esa fue la tercera carrera del campeonato y ya se celebraron ocho. Además, cuando no falla la estrategia, fallan en la parada y si nada falla, lo que falla es la fiabilidad o la configuración del monoplaza. No se puede ir así a ninguna batalla. Llevamos muchos años viendo cómo Ferrari empezaba las temporadas como favorito y se desinflaba a mitad del año para acabar pidiendo el final antes de hora. Ojalá cambie la cosa, porque de tener un mundial emocionante esto puede pasar a ser un paseo de Max Verstappen y Red Bull, que trabajaron para ello y sería merecido, pero lo que queremos es ver batalla y emoción. Obviando la clasificación de pilotos y centrándonos en la de equipos, los austriacos se marchan en solitario y no parece haber rebufo para Ferrari. La casa de Milton Keynes lidera con 279 puntos, Ferrari es segunda con 199 y Mercedes tercera con 161. Sí, van a tener que empezar a mirar los retrovisores más que otra cosa en Maranello. 80 es la diferencia con el líder 38 con los plateados del rebote.
A Mercedes hay que hacer mención especial, pues a pesar de los problemas más que visibles ahí están, pescando en río revuelto. Y podrán abrir el debate de que Russell está mejor, de que Hamilton es un llorón con los botes... Lo que quieran, súbanse al Mercedes y después hablan, yo no voy a faltar a nadie. Este año Mercedes debe trabajar como equipo, sin guerrillas internas absurdas y eso es lo que están haciendo a la perfección.
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Siento rabia y pena a partes iguales por tener que decir esto, pero qué aburrimiento el Gran Premio de Azerbaiyán. Esto no marcha, la temporada 2022 de Fórmula 1 cada vez pinta peor, y es que ni con más de 2 kilómetros de recta era fácil adelantar. ¿Qué están haciendo con la categoría reina del automovilismo? Yo sabía que esto año iba a ser inferior al 2021, cuando de verdad vivimos una gran campaña, aun así, no me esperaba un bajón tan grande con el nuevo reglamento. Y todo esto se recrudece todavía más con Ferrari siendo Ferrari. Si los italianos, que son los únicos que pueden hacerle sombra a Red Bull ahora mismo, fallan, pues nos queda lo del domingo, una carrera soporífera en la que nadie puede amenazar el liderazgo de los de Milton Keynes ni aunque se produjeran 25 Coches de Seguridad.
Porque sí, muy mal los hombres de rojo, que volvieron a desaprovechar una Pole, y esta vez lo hicieron de la peor manera posible, con doble abandono provocado por problemas de fiabilidad. La pesadilla de cualquier equipo. Cuando no es por un fallo de estrategia, es por un fallo técnico, pero al final siempre pasa algo para que el trabajo de todo el fin de semana se diluya como un azucarillo. Pese a perder el primer puesto en la salida, Charles Leclerc lo estaba haciendo bien y, de hecho, todo se estaba tornando muy positivo para el espectáculo tras recuperar el primer lugar, pero entonces todo se torció con su motor expulsando humo y adiós a lo único bueno que nos quedaba en la prueba. Qué pena da que una escudería como la italiana, que sabe que cualquier mínimo fallo puede decidir un Mundial, siga estando tan blandita y continúe demostrando tantos signos de flaqueza.
Pero hablemos de Carlos Sainz. ¿Qué narices está pasando con el español? Se ha acostumbrado a ser el más rápido en el primer intento de la Q3, pero luego llega la hora de la verdad y patina de manera salvaje. Y luego en carrera, desaparecido durante las 8 vueltas que duró en pista. Según él, estaba dejando espacio para cuidar neumáticos. ¿5 segundos de espacio? Permítame que lo dude. Dejo en cuarentena sus declaraciones porque, siendo sincero, no creo que su falta de ritmo fuera intencionada. Sea como fuere, el desastre de Ferrari dejó en bandeja el doblete a los hombres de Red Bull, de nuevo con sus dos pilotos rindiendo a un gran nivel. No voy a entrar en las órdenes de equipo porque me falta información de lo ocurrido el otro día. Eso sí, Checo Pérez no tenía, ni de lejos, el ritmo de su compañero de garaje, por lo que la victoria de Max Verstappen me parece justa.
Aunque el neerlandés no fue el único triunfador del domingo. Menuda actuación, una vez más, de George Russell. El británico sigue demostrando que es un pilotazo, y yo que me alegro. Cuidado con los Mercedes cuando solucionen los problemas del porpoising. Sé que tarde o temprano acabarán llegando y nos darán el espectáculo que tanto anhelamos. La pregunta es si Lewis Hamilton estará ahí para luchar cuerpo a cuerpo con su compañero de garaje o, por el contrario, habrá sucumbido a la patente superioridad de su compatriota. Al número '44' le ha salido un rival de altura y está obligado a mostrar sí o sí su mejor nivel si no quiere convertirse en el epicentro de las críticas, o mejor dicho, seguir siéndolo, porque se le está dando mucha caña, tanto por su irregular rendimiento como por su comportamiento ante según qué situaciones.
Por detrás, buen trabajo de 3 hombres: Pierre Gasly, Sebastian Vettel y Fernando Alonso. Por ahora no están viviendo una buena temporada, pero en esta ocasión sí se mostraron fuertes y nos brindaron un gran espectáculo. Esperemos que de ahora en adelante sigan ganando enteros y recuperen su mejor versión, porque son muy necesarios, y más en una campaña en la que la emoción comienza a brillar por su ausencia. Ahora viajamos sin descanso a Canadá, otro escenario que presumiblemente puede ser tedioso, pero que esperemos nos sorprenda positivamente. Solo pido que Ferrari se ponga las pilas, Mercedes dé ese salto cualitativo que todos estamos esperando y la actual temporada se parezca algo más a la de 2021, que nos puso los pelos de punta con las espectaculares batallas al frente de la tabla y nos brindó uno de los mejores espectáculos que se recuerda en las últimas décadas.