El piloto australiano ha tenido unas primeras carreras positivas en las que ha ganado en dos ocasiones y ha logrado resultados decente, aunque también ha tenido dos abandonos en Baréin y Azerbaiyán. Sin embargo, en el último tercio de campeonato, Daniel Ricciardo ha sufrido innumerables abandonos por fiabilidad lo que no le permitieron optar a más podios, o incluso victorias, como sí hizo Max Verstappen. A partir del parón veraniego, Daniel dejó de preocuparse de sus estadísticas para centrarse en las carreras y pensar en que no fuera a retirarse por alguna avería mecánica.
La falta de fiabilidad fue su enemiga
"Pienso que, probablemente en el descanso de mitad de temporada, llegué al punto que no me importaban las estadísticas. Quizá terminé con menos puntos este año, pero ¿qué importa? Simplemente hice todo lo que pude y si funcionaba, bien y si no, la vida continúa. He tenido muchas cosas en mi cabeza y no necesitaba llenarme más de expectativas. Si hice el mejor trabajo posible quizá podía superarlo y, si no pudiera, viviré para luchar otro día".
"Cuando piensas que gané dos de las seis primeras carreras, las otras cuatro fue un drama. En Melbourne tuve una penalización, en Baréin mi carrera se acabó después de una vuelta, en China gané, en Bakú sucedió lo que todos sabemos, en Barcelona tuve un trompo detrás del Safety Car y en Mónaco gané. Con lo bien que comencé en las seis primeras carreras, para que el resto de año fuera una locura".