Daniel Ricciardo admite que el estresante proceso de traspaso que lo llevó a dejar la escudería Red Bull para unirse al equipo francés Renault en 2019 puede haber afectado su su rendimiento durante ciertas carreras de la temporada recientemente finalizada. Éstas son unas declaraciones sorprendentes, que se suman a una serie de honestas palabras por parte de algunos pilotos que están dejando ver sus debilidades de cara a una nueva temporada. Ricciardo sorprendió a la comunidad de F1 en agosto de este año cuando anunció su decisión de mudarse a Renault, después de haber pasado varios meses evaluando sus opciones en el último año de su contrato con Red Bull. La relación con el equipo parece no haber sufrido ninguna crisis importante, más allá de la continua y evidente tensión, que por otra parte no deja de ser inteligible, entre dos pilotos de alto nivel que compiten por los mismos objetivos y que, al mismo tiempo, no parecen poder compartir éxito ni triunfos. De hecho, una de las críticas veladas de Daniel Ricciardo durante su época como compañero de Max Verstappen es el haber vivido un papel secundario en ciertas ocasiones de cara a la organización deportiva, decisión injusta según su parecer.
Durante los meses previos a las vacaciones de verano de agosto de 2018, el nivel de las actuaciones de Ricciardo en Red Bull disminuía paulatinamente después de un brillante comienzo de temporada en el que el piloto australiano ganó en China y Mónaco. Eso coincidió con un momento en el que, al parecer, estaba manteniendo conversaciones con directivas de Mercedes, McLaren y Renault, mientras también discutía los términos de un nuevo acuerdo con sus jefes de Red Bull. La opinión generalizada del mundo del motor esperaba que continuara en Red Bull hasta que inesperadamente se efectuó el anuncio de su mudanza a Renault en la semana posterior al Gran Premio de Hungría. Aunque insiste en que fue capaz de apagar todo el ruido exterior cada vez que se subía al auto para una carrera, él cree que la tensión de tomar esa decisión tuvo más impacto en él de lo que inicialmente había esperado."En un principio, aposté que sería capaz de llevarlo con la mente fría. Mi opinión era que yo podía, no sé, caerme de camino al coche, desgarrarme el brazo, y al subir y ponerme delante del volante ya lo habría olvidado y podría concentrarme perfectamente en mi trabajo. Yo creo que lo que más me ha afectado ha sido cometer el error de, una vez lejos de los circuitos, lejos del coche, no poder dormir ocho horas por tener mil temas sobre los que sopesar información y preparar decisiones importantes. Esa debe haber sido la clave, sobre todo por el efecto acumulado. Realmente, yo creo que soy más fuerte que todo eso y siempre que subo al coche suelo estar muy cómodo y concentrado, estoy encendido, pero tal vez todo este episodio me quitó un poco de mí sin que yo lo supiera."
Una temporada gris
"Seguro que hubo noches en las que no dormí como debería haberlo hecho porque tenía muchas cosas en mente. Entonces eso se acumula y probablemente no fui tan fuerte como lo he sido antes", decía Ricciardo. La frustrante pérdida de forma continuó después de las vacaciones de verano, ya que Ricciardo sufrió la mayor parte de los problemas de fiabilidad de Red Bull. No regresó al podio después de su victoria en Monte Carlo, a pesar de varias oportunidades de oro: se retiró mientras corría con fuerza en Austin, mientras que también sufrió una falla en el coche durante el Gran Premio de México, donde había obtenido la pole position. Preguntado sobre si 2018 fue la temporada más difícil de su carrera, dijo: "Sí. Al cien por ciento. Incluso si ignoras los resultados, había muchas cosas a mi alrededor, mucho ruido. Altibajos. Algunos de los DNF fueron una locura, pero también puedo hablar de Mónaco y cosas así, así que ha sido una temporada extraña. Definitivamente fue una temporada tan intensa, ésta que he experimentado, tanto antes como después de la decisión que tomamos de cara al año que viene", explicaba Daniel Ricciardo.