El inicio de esta temporada ha sido alentador y un paso adelante considerable en comparación al año pasado donde estaban realmente lejos de sus principales adversarios. La sorpresa ha sido mayúscula en las sesiones del Gran Premio de Austria y Hungría donde George Russell ha conseguido que salieran las primeras sonrisas dentro de Williams gracias a sus resultados. La oscuridad y las sombras se han ido disipando con el paso de estas carreras, lo que es positivo verles recuperar el terreno perdido y remontar el vuelo tras dos temporadas en las que eran incapaces de levantarse del suelo. El ritmo que muestran en las clasificaciones es realmente competitivo y el piloto británico es el que ha puesto su FW43 cerca del Top 10. En cambio, en carrera aún hay trabajo que hacer porque el monoplaza no puede estar detrás de otro coche porque pierde mucha carga aerodinámica lo que provoca que pierda estabilidad. Aunque haya un punto positivo y el otro negativo a día de hoy, la diferencia con 2019 es notable y ahora tienen las herramientas para escalar posiciones.
Ahora sí que están en el camino correcto, según Claire
"Hay muchas emociones como te puedes imaginar porque lo hemos pasado muy mal en los últimos dos años y ha sido realmente doloroso. Las emociones están pasando muy rápido en este momento. Nos hicimos la promesa de que mejoraríamos el rendimiento en este año y estoy tan contenta de que lo hayamos conseguido, lo que es muy importante para nosotros. El entusiasmo y la adrenalina han vuelto. Estar ahí viendo los coches salir y saber que pueden hacer algo, eso lo habías olvidado después de dos años. Ahora siento que podemos levantar la cabeza porque es difícil cuando estás abajo".
"Sabiendo los problemas que habíamos tenido el año pasado, la aerodinámica no estaba donde queríamos que estuviera; los aerodinamistas han trabajo duro en la fábrica para que el equilibrio del coche fuera mejor, hubiese más estabilidad y pienso que lo han conseguido. Está claro que tenemos más trabajo que hacer. Hay algunos problemas mecánicos que necesitamos corregir relacionados con los frenos y la refrigeración, nada es perfecto por el momento, aunque hemos avanzado en áreas clave. Todo esto ha contribuido para tener un coche más estable y los pilotos tienen más confianza en él", finalizó la directora adjunta del equipo, emocionada por haber visto una mejora importante respecto a 2019, lo que les ha dado alas para empezar a luchar contra el resto de rivales.
Russell desvela las debilidades del FW43
Por último, la joven estrella de Williams ya ha identificado qué es lo que pasa con el ritmo de clasificación y carrera durante un fin de semana. En tandas cortas, al no estar persiguiendo a nadie, el coche es rápido y su comportamiento es óptimo. Sin embargo, en tandas largas pasa todo lo contrario y la inestabilidad es total y supone un desafío el intentar adelantar a otros coches. Debido a este serio inconveniente, los de Grove pierden la ventaja de los sábados y sus resultados quedan lejos de lo deseado.
"De las tres carreras que hemos tenido, en dos hemos tenido una buena clasificación, aunque las carreras fueron muy pobres. Esto no había sido así el año pasado, ya que el ritmo de carrera era mejor que el de clasificación. Nuestro coche es muy sensible siguiendo a otros coches, perdemos mucha carga aerodinámica, por lo que se convierte muy difícil controlarlo y es bastante impredecible. El coche es competitivo y es sencillo de pilotar en un formato de clasificación, pero no en carrera. cuando estoy en aire limpio en carrera, nuestro ritmo es bueno o en los entrenamientos con alta carga de combustible. Aun así, nuestro objetivo realista es competir contra los Alfa Romeo y los Haas", concluyó el piloto de Williams en declaraciones recogidas en la página oficial de la Fórmula 1.