Ferrari no ha tenido un arranque precisamente halagüeño esta temporada. Después de un 2022 lleno de altibajos, pero donde eran competitivos, los italianos se han encontrado con un monoplaza al que le falta rendimiento, lo cual queda reflejado en la actual posición de los de rojo en el Mundial de Constructores. Pero no es el lugar lo que preocupa a Carlos Sainz, sino la sideral diferencia respecto al líder, Red Bull. Si bien a una vuelta no están tan lejos de los de Milton Keynes, el ritmo de carrera de Ferrari es muy inferior, lo que hace imposible adentrarse en la pelea por la victoria y, por ende, por el título.
Mucho por mejorar
"Ha sido más duro que cualquier otro año. Las expectativas eran otras. Sentí que 2022 fue un poco como un regreso a la cima para Ferrari, y siento que todos esperábamos al menos pelear a un nivel similar en este. No solo yo, sino todo el equipo tenía esa esperanza, esa expectativa. Y, de repente, encontrarse a más de medio segundo por detrás del Red Bull fue difícil de manejar. No es un coche fácil. Por ahora, estamos luchando un poco con la imprevisibilidad, con un monoplaza muy complicado, lo que hace que las vueltas de clasificación, el ritmo de carrera, el desgaste de los neumáticos, el viento... sean muy, muy difíciles de predecir y muy difícil de adaptarse a ello", ha señalado en palabras publicadas por el medio The Race.
"No me duele tanto ser cuartos en Constructores o quinto o sexto en Pilotos, me duele más la diferencia con Red Bull. Si ahora estuviéramos cuartos en Constructores, pero sabiendo que todos los fines de semana tenemos la oportunidad de hacer la Pole y ganar, sería más fácil de aceptar. Red Bull ha resultado ser muy rápido este año y nos ha pillado por sorpresa, y ya no solo a nosotros, pues creo que Mercedes y Aston Martin nunca esperarían la brecha que tienen. No ha sido un comienzo fácil, pero siento que si incluso el coche es más difícil que el año pasado, entiendo mejor esa dificultad y puedo configurar y conducirlo a mi manera", concluye el madrileño.
