La ansiada cita en el nuevo trazado del Gran Premio de Miami, emplazado en Florida, ya tuvo su momento en la Fórmula 1. Con gran expectación se esperaba la cita estadounidense, el Gran Circo continúa en su propósito de conquistar los Estados Unidos y no se escatimó en nada para celebrar el aterrizaje de la familia de la Fórmula 1 en el trazado de Miami. El equipo de F1 al Día ofrece sus puntos de vista tras la carrera.
Sandra Molina: "Miami, mucho show y pocas nueces"
El pasado fin de semana vivimos el primer Gran Premio de Miami, la Fórmula 1 y la propia organización de la cita se encargaron de darle todo el bombo y platillo que la ocasión merecía. La propia pista se engalanó a todo lujo para acoger al Gran Circo, la jornada de viernes daba comienzo para conocer los rincones que el diseño de la pista de Florida guardaba para los pilotos. Poco a poco fuimos descubriendo cómo se las gastaba esta nueva pista y el poco agarre que ponía en entredicho la confianza de los pilotos. Lo visto el viernes nos hacía pensar que el resto del fin de semana iba a ser accidentado y con alguna complicación.
Sin embargo, cuando los entrenamientos finalizaron y las sesiones importantes dieron comienzo todos rindieron a la altura de las exigencias de la pista. Aunque la verdad, desde mi humilde opinión, es que no hubo sorpresas en la clasificación, Ferrari y Red Bull bastante parejos en la lucha por la pole. Y la zona media tan ajustada como siempre, lo que planeó una carrera ubicada con posiciones similares a las que acostumbramos a ver.
De esa forma acabó por llegar el domingo y la ansiada carrera en Miami. Cuando los semáforos se apagaron Max Verstappen no dudó en atacar desde los primeros metros. Y, a decir verdad, poco más sucedió después en esa carrera. El desgaste de las ruedas de Charles Leclerc sirvió su cabeza en bandeja de plata al de Red Bull. Después de ese suceso las paradas no alteraron nada, un poco de actividad en la zona media, en la pelea por los últimos puntos. Toques en esa zona acabaron provocando un coche de seguridad. Eso reagrupo a todos los pilotos que aún se mantenían en pista. Pero, aunque, Sergio Pérez se apuró para cambiar sus gomas y presionar a Carlos Sainz, Checo hizo hasta lo imposible por alcanzar el podio.
De esa forma acabó por llegar el domingo y la ansiada carrera en Miami. Cuando los semáforos se apagaron Max Verstappen no dudó en atacar desde los primeros metros. Y, a decir verdad, poco más sucedió después en esa carrera. El desgaste de las ruedas de Charles Leclerc sirvió su cabeza en bandeja de plata al de Red Bull. Después de ese suceso las paradas no alteraron nada, un poco de actividad en la zona media, en la pelea por los últimos puntos. Toques en esa zona acabaron provocando un coche de seguridad. Eso reagrupo a todos los pilotos que aún se mantenían en pista. Pero, aunque, Sergio Pérez se apuró para cambiar sus gomas y presionar a Carlos Sainz, Checo hizo hasta lo imposible por alcanzar el podio.
Sin embargo, nada de eso y todo quedó en un sueño inalcanzable. Como también lo fue para Leclerc echar un pulso serio con Verstappen por la victoria. Así mismo se llegó al final de la prueba, una carrera que se esperaba con muchas ganas y que se quedó bastante insulsa para mi gusto. Se las prometían muy felices, pero la carrera tuvo poco de emocionante. Y, aunque el show trató de hacer el resto y poner sobre el Gran Circo el más puro estilo americano.
Además, el gran calor que hacía en el lugar dejó a los pilotos exhaustos tras completar todas las vueltas pactadas al trazado. Hacía mucho tiempo que no veía a los pilotos en ese estado al término de la carrera, bien pareciera que les había faltado el agua durante la misma. Esto debe ser algo a tener en cuenta para próximos eventos en el lugar, pues los toques que vimos en las vueltas finales más parecieron despistes poco habituales y puede que fueran fruto del cansancio acumulado.
De regreso al show que vimos merodeando por todos los rincones del trazado, debo decir que no me gustó en absoluto. De haber tenido una carrera con algo de epicidad esto podría haber quedado relegado a un segundo plano. Pero no fue así, y puedo llegar a entender que la categoría pueda querer o pretender conquistar nuevos terrenos como son ahora los Estados Unidos. Pero considero que la Fórmula 1 creó su propia grandeza a lo largo de los muchos años de historia que carga a sus espaldas. Se hizo grande por todo el mundo, no creo que necesite acoger otros estilos.
Aclarando en todo momento que no hay nada en contra de los modos de celebrar, pero cada categoría es grande por su esencia y la afición puede ser capaz de amar diferentes competiciones por su grandeza. Sin ninguna necesidad de mezclar, esperemos que los delirios de grandeza y conquista no acaben afectando en demasía a la Fórmula 1. Sin más que hablar de lo poco que nos dejó Miami en lo deportivo, la batalla sigue y poco queda para alcanzar la siguiente carrera. Aunque se generen diferentes opiniones sobre lo visto en Miami, para bien o para mal. Eso ya quedó atrás y por delante tenemos un gran campeonato muy igualado.
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Miami se estrenó este pasado fin de semana en el calendario de la Fórmula 1, y lo hizo prometiendo espectáculo por doquier, pero lo que no nos vimos venir es que ese espectáculo al que se referían tenía el epicentro fuera de la pista, porque lo que fue sobre el asfalto, vimos más bien poco. Mucho ruido y pocas nueces, vaya. Qué decepción de Gran Premio, especialmente en la jornada del domingo, donde la carrera se convirtió en una procesión en la que, salvo al principio, no pasó prácticamente nada. Las 3 zonas de DRS nos hicieron creer que veríamos un sinfín de adelantamientos, sin embargo, pronto nos dimos cuenta de que estaban más ahí de relleno que de otra cosa, pues adelantar era cuanto menos una odisea. O tenías un monoplaza con velocidad punta muy alta, o estabas perdido. Pero una vez expuesta mi queja, vamos a ahondar en los entresijos del fin de semana.
Y es que sí, otra vez Max Verstappen demostró que cuando acaba una carrera, la acaba a lo grande. 3 de 3 para el neerlandés, quien cuenta sus carreras completadas por victorias. Sabíamos que el traspiés de los dos abandonos solo serviría para hacerle aún más fuerte. Vaya si lo ha hecho. Qué gran actuación hizo este domingo, noqueando primero a Carlos Sainz en la salida y poco después superando sin contemplaciones a su rival directo en el Mundial, Charles Leclerc. La bestia ha despertado y no tiene pinta de parar aquí. Qué bueno es y qué bien va el RB18. Cuidado con Red Bull, que cada vez se hace más fuerte y podría dejar atrás a Ferrari si los italianos no despiertan. Esta vez ni siquiera la gran actuación de Leclerc fue suficiente para frenar al número '33'. El gran sábado de los hombres de rojo se vio deslucido por el descomunal talento del de Hasselt.
Por su parte, Sainz y Pérez nos regalaron un bonito duelo que, si bien no se reflejó en pista, pues solo se encontraron una vez en el tramo final, cuando el mexicano montó gomas medias nuevas, dejó estela de lo que puede venir más adelante. El español sigue sin encontrarse cómodo con el coche; lástima, porque el Campeonato se le escapa y cada vez tiene más cara de piloto número dos. Ojalá remonte el vuelo, pero lo cierto es que Leclerc está siendo superior a él y por ahora no hay visos de que la situación vaya a cambiar. Tampoco la del '11' de Red Bull, que a pesar de haber mejorado notablemente su rendimiento respecto al año pasado, sigue estando un paso por detrás de su compañero de garaje. Está siendo rápido, pero no lo suficiente, por lo que todo apunta a que su batalla durante la temporada será con el madrileño.
Los que cada vez parecen más entonados son los Mercedes. Mejor ritmo este fin de semana y unas sensaciones algo más positivas que en anteriores Grandes Premios. A destacar la gran remontada de George Russell, que pese a arrancar duodécimo fue capaz de batir a Lewis Hamilton, de nuevo a la estela del '63', quien le sigue mojando la oreja. El heptacampeón empieza a ponerse nervioso. Personalmente, me está decepcionando. Es ahora cuando tiene que demostrar que es tan bueno como indica su palmarés. Veremos cómo evoluciona todo, no obstante, por ahora está irreconocible. ¿Le está pudiendo la presión de su joven compañero?
El que no tuvo su día fue Fernando Alonso. Muy buena salida, contrarrestada por una lamentable parada en boxes que le dejó a expensas de un Alpine que no corre lo suficiente. Por si fuera poco, dos sanciones que le sacaron de los puntos y le dejan hundido en la General, donde actualmente ocupa el decimoséptimo puesto. Los de Enstone encontraron consuelo en la gran remontada de Esteban Ocon, pero siguen lejos de las expectativas creadas y no parecen encontrar el camino óptimo para lograr un buen equilibrio entre qualy y carrera, pues siguen siendo competitivos a una vuelta, pero bastante lentos en las tandas largas. Por último, hacer mención a los McLaren, muy desaparecidos este fin de semana. Esperaba mucho más de ellos, especialmente de Lando Norris, que después de su último podio apuntaba maneras para esta cita, aunque nada más lejos de la realidad. La temporada, en términos generales, me está decepcionando, si bien confío en que las tornas cambien conforme los equipos vayan presentando actualizaciones.