La carrera del Gran Premio de Gran Bretaña no solo se hacía esperar por ser una de las citas más icónicas de la temporada, también por ser la primera en mucho tiempo en poder recibir a los aficionados casi de forma normal, algo que junto a lo visto en Austria nos empezó a llevar a ambientes de carreras que por desgracia ya echábamos de menos. Pero aunque eso pudiera parecer motivo de sobra como para empezar a disfrutar de la décima cita del calendario, también es importante tener en cuenta que por primera vez en la historia de la Fórmula 1 la llamada clasificación al sprint. Para muchos una mini carrera, pero debiendo ser llamada clasificación. Muchos buenos ingredientes justo en un momento en el que las cosas empezaban a distanciarse en la parte alta de la tabla, no así en la zona central, pues es justo en esta parte donde la lucha se estaba volviendo más ajustada.
Sandra Molina: "Mucha polémica, pero eso no fue todo"
El fin de semana en tierras británicas dio para mucho, ya el viernes llegaba cargado de acción con la clasificación esa misma tarde. Pocos en sus apuestas habrían elegido a Lewis Hamilton en lugar de Max Verstappen, pues esa era la realidad a la que nos habíamos acostumbrado últimamente. Al menos para mí el Gran Premio comenzaba a lucir con un brillo diferente, pues empezaba a pensar que igual las cosas estaban más igualadas en esta ocasión. Todo se perfilaba de forma brillante para la ronda del domingo, nada mejor que empezar el experimento de la clasificación al sprint, o carrera corta, como sea que quieran llamarla, que intuyendo que podría haber batalla entre los líderes.
Y, efectivamente, la tarde del sábado no defraudó. Pero no tanto por batallas, pues lo que vimos fue una mala salida de Lewis Hamilton y un buen ataque de Verstappen. Después de eso nada más en el horizonte, pues el botín de puntos no era tan suculento como para poner en riesgo el coche teniendo la carrera real por delante. Por detrás también vimos algunas batallas, pero lo mejor se lo debemos a pilotos como Fernando Alonso, el asturiano arriesgó saliendo con blandas y dio un auténtico espectáculo. Pero en cuanto a la parte delantera no fue más que eso, nada más allá como decir que nadie pintó la cara a nadie. Los grandes perdedores del sábado podemos decir que fueron Sergio Pérez tras su salida de pista y también, en parte, Carlos Sainz tras el toque con George Russell.
En cuanto al domingo, todo arrancó tal y como a los grandes aficionados les gusta, tenemos ante nosotros la lucha por el título entre dos grandes pilotos, uno que ya es un gran campeón del mundo y otro que quiere convertirse en campeón. Ninguno aflojó y ese fue el resultado, se veía venir y es comprensible, ambos pelean por algo muy grande, pero deben empezar a usar la cabeza y mantenerla fría cuando se encuentren sobre la pista. Sanciones y culpas a un lado, por fortuna Verstappen salió ileso, lo más lógico hubiera sido haber visto a los dos pilotos fuera de carrera. Y con sanción o sin ella el que hubiera quedado en pista tenía coche de sobra para acaba ganando la prueba. Pensemos en positivo, lo mejor para el deporte es poder ver luchas con respeto y que gane el mejor cuando todo acabe.
Cristian Rodríguez: "Un choque de trenes que tenía que llegar tarde o temprano"
El Gran Premio de Gran Bretaña 2021 de Fórmula 1 prometía emociones fuertes, y vaya si las ha tenido. Empecemos por el nuevo formato. Yo era de los que se mostraba reacio a la clasificación al sprint, pues todo apuntaba a una procesión de coches acumulando kilómetros durante diecisiete vueltas, pero nada más lejos de la realidad. Hubo emoción, adelantamientos e incluso algún incidente que acabó en penalización, como el de Russell y Sainz. Bajo mi punto de vista, justo, por cierto. Es verdad que el Top 4 solo nos regaló algo de espectáculo en la salida con el adelantamiento de Verstappen a Hamilton, si bien estamos ante un experimento que de seguro se perfeccionará de cara a un futuro. Yo propondría permitir puntuar a más coches y dar un mayor número de puntos al vencedor. Tome nota, señor Masi. Pero vayamos al epicentro del fin de semana, la carrera del domingo, donde estalló la guerra. No se habla de otra cosa en las calles, el paddock y los medios de comunicación. Max y Lewis, o lo que es lo mismo, los dos candidatos al título, nos regalaron una breve e intensa batalla que terminó con el de Red Bull en el hospital y con el siete veces campeón del mundo recortando veinticinco puntos en el Campeonato. Vayamos a la maniobra. Para empezar, considero que, pese a que ambos tienen parte de culpa, es Hamilton quien se lleva la palma, ya que es el que llega algo por detrás a Copse y quien embiste al '33', que en cierto modo cierra en demasía la trazada. En un principio pensé que la mejor sanción para el de Mercedes era la de cinco segundos, aunque luego recordé el toque entre Norris y Pérez en Austria, que se castigó con esta penalización, y lo vi insuficiente. Dicho esto, me parecen correctos los diez segundos de sanción teniendo en cuenta las palabras del propio Masi: lo que se tiene en cuenta no es la consecuencia del accidente, sino la maniobra en sí. Si lo determinante fuera lo primero, yo desde luego habría sido mucho menos permisivo con el británico.
También hay cosas que decir de sus compañeros de garaje. Valtteri Bottas, como casi siempre este año, muy descafeinado. No fue capaz de replicar el ritmo de Lewis y ni siquiera siguió la estela de Leclerc. Es más, de no ser por el error en el pit stop de Norris, estoy convencido de que no se habría subido al podio. El finlandés ya nos ha demostrado sus pocas capacidades para llevar a cabo adelantamientos cuando sigue de cerca a otro monoplaza. No fue el día de los segundos pilotos en Silverstone, ya que Pérez falló el sábado y poco pudo hacer en la carrera principal. Destrozó los neumáticos duros en su primer stint, se quedó atascado en el segundo y tuvo que hacer otra parada para quitarle el punto de la vuelta rápida a Hamilton. Mal fin de semana en general para el mexicano, que empieza a darnos una de cal y otra de arena, y eso no es lo que necesita Red Bull, sobre todo ahora que el Mundial se ha comprimido más que nunca. A los que sí tengo que alabar este fin de semana es a los hombres de Ferrari y de McLaren. Muy bien los italianos, de los que esperaba bastante menos teniendo en cuenta las exigencias de este trazado con las gomas. Increíble el trabajo que han hecho los de Maranello desde aquella debacle en Francia. Sobresaliente Leclerc, con su mejor actuación del año junto a la de Mónaco, así como Sainz, aunque sigo esperando un Gran Premio perfecto para él. Entre su vuelta en Q3, que no fue óptima, el toque con Russell en la clasificación al sprint y la paupérrima parada en boxes durante la carrera, me parece increíble que cruzara la línea de meta en sexto lugar. En el garaje rival, poco puedo decir que no haya dicho ya de Norris, siempre sólido, rápido y resolutivo. Muy bien también Ricciardo, mejor posición de la temporada y muy buena defensa sobre un Sainz que llegaba con gomas más nuevas y mejor ritmo. Este es el Daniel que todos queremos ver. Por último, no puedo cerrar este párrafo sin mencionar a Fernando Alonso, que volvió a deleitarnos con su magia, sobre todo el sábado, y George Russell, imponente con su pase a Q3. Ya lo dije, lleva mucho tiempo llamando a la puerta de Mercedes y todo apunta a que esta vez sí hay alguien al otro lado para abrir.
Martín Yuguero: "Un fin de semana que ha dado mucho de qué hablar"
El pasado Gran Premio de Gran Bretaña ha tenido dos sucesos que han sido los más destacados. La introducción de la carrera al sprint había cambiado la planificación habitual a la que estamos acostumbrados en cada cita, ya que había desaparecido una sesión de entrenamientos y había un orden extraño. Contar con una práctica antes de afrontar la clasificación parecía una idea interesante, lo que provocaba que los equipos tuvieran que aprovechar el tiempo disponible y siendo conscientes de que no estarían al nivel óptimo de preparación para las sesiones posteriores. Lo curioso había sido tener los Libres 2 después de la clasificación, personalmente, podía haber habido Libres 1 y el resto de sesiones importantes de manera consecutiva. La nueva sesión introducida en ese GP había generado mucha expectación, una carrera más corta, con libre elección de neumáticos y los pilotos podían ir al máximo a diferencia de la del domingo. Hubo un buen espectáculo, la primera lucha entre Verstappen y Hamilton en la primera vuelta, la remontada de libro de Fernando Alonso, su posterior defensa de coches más rápidos, el trompo de Pérez y buenas luchas en la zona media. Cualquier error tenía un impacto enorme de cara a la carrera del domingo y era emocionante poner en la balanza si valía la pena arriesgar o conformarse.
Lo que se podría barajar es la posibilidad de incluir más posiciones para fomentar que los equipos que tienen menos puntos puedan ser más agresivos o incluso pueda interesar a alguno de la zona media. Un sexto o séptimo puesto no cambia demasiado, a menos que se pusiera un incentivo atractivo. La primera toma de contacto ha sido positiva, la F1 sigue dando pasos para fomentar el espectáculo y las sensaciones han sido buenas en términos generales. Este formato se volverá a presenciar en más ocasiones a lo largo de esta temporada, lo que podría ser interesante comprobar si tendrá más presencia a partir de 2022. Todavía hay puntos por retocar para que los pilotos intenten ir al límite, pero, como inicio, ha sido alentador.
Otro de los puntos candentes de esta cita había sido la batalla entre Verstappen y Hamilton. Después de que el neerlandés no hubiese tenido a ningún Mercedes que supusiera una amenaza en Austria, los alemanes esperaban recuperar la competitividad en Silverstone. La diferencia había disminuido entre ambos candidatos al título hasta el punto de que el heptacampeón lograse la primera posición en la clasificación. Este resultado no era tan importante como lograr la pole en un Gran Premio con el formato tradicional, ya que la carrera al sprint era un nuevo desafío al que enfrentarse antes de la sesión del domingo. Esa patinada en las ruedas traseras del W12 había provocado que Hamilton regalase el liderato a su máximo rival, intentó solucionarlo curvas más tarde, pero no hubo nada que hacer hasta la bandera a cuadros. La alegría de uno contrastaba con el enfado del otro, aunque no todo estaba sentenciado, aún faltaba la sesión definitiva.
La batalla entre ambos era lo que todos queríamos y así fue. Ninguno había cedido en ninguna curva, lucha cuerpo a cuerpo, ninguno estaba dispuesto a ser derrotado hasta que el tiempo se detuvo una vez llegaron a Copse. Verstappen no se lo puso fácil al británico, apenas le dejó espacio entre su RB16B y el muro metros atrás, lo suficiente para que la pelea continuara, pero el final estaba a punto de llegar. En el vértice de esta curva, el Mercedes impactó contra la rueda trasera derecha del Red Bull, catapultándole hacia el muro lo que generó una polémica enorme. ¿Penalización? ¿Incidente de carrera? ¿La sanción tenía que haberse sido mayor? Al final, 10 segundos que no impidieron al británico alzarse con la victoria en su casa. Cada uno tiene un punto de vista sobre este incidente, lo principal era que Max estaba bien, y la lucha ha sido emocionante entre dos de los mejores de la parrilla, pero ese desenlace no era el deseado por nadie. Una batalla que ha sido ganada/perdida, aunque la guerra no está decidida ni mucho menos.