En el año 2015, McLaren y Honda recuperaban un binomio finalizado a principios de la década de los noventa, y lo hacían con el objetivo de repetir el éxito de aquella etapa, pero lo cierto es que los británicos y los nipones fracasaron en el intento. Aquella temporada resultó ser una pesadilla para ambas marcas, y es que el MP4-30 acumuló un total de doce abandonos en la campaña, en la cual la escudería de Woking solo fue capaz de sumar 27 puntos. Ese fue el primer año de Fernando Alonso tras su marcha de Ferrari. El español acabó perdiendo la paciencia y en el Gran Premio de Japón exclamó por la radio: "¡Esto es un motor de GP2!". Palabras que, si bien eran en clave privada, ya que las mantuvo con su ingeniero, acabaron haciéndose públicas, generando con ello una gran controversia. Ahora, casi cuatro años y medio después, el bicampeón de la Fórmula 1 lamenta haber criticado tan duramente el motor japonés, aunque vuelve a insistir en el pírrico rendimiento del mismo. De igual forma, reconoce el gran paso adelante que han dado en los últimos meses, donde fueron capaces de lograr tres triunfos de la mano de Red Bull.
Una comunicación interna que no debió salir a la luz
"Aquello lo dije por frustración, pero quizás no debí haberlo dicho. No obstante, no lo dije para las televisiones o en una rueda de prensa, sino que simplemente estaba hablando con mi ingeniero en una conversación privada. Se suponía que no iba a ser pública, pero lo cierto es que el motor era muy malo. El primer año en Jerez, en cuatro días únicamente completamos siete vueltas. Ahora Honda gana una carrera y recibo muchos mensajes en los que leo 'Victorias con el motor de GP2, debe de ser un día triste para ti'. Estoy muy contento, pero la unidad de potencia que tenía en el coche no era la misma que ganó este año en Brasil", ha comentado en palabras para la revista F1 Racing.
