Todo el mundo se está fijando en un equipo tras los test de Baréin: Aston Martin. El conjunto de Silverstone ha levantado un gran revuelo con su buen rendimiento durante las tres jornadas de pruebas, sin embargo, no es oro todo lo que reluce. Fernando Alonso ha puesto los pies en el suelo y ha asegurado que solo han realizado la mitad de las tareas que habían planificado, por lo que hay mucho camino por delante para alcanzar el objetivo que se han propuesto. La base es buena y el trabajo está prosperando, pero parece que la excelencia está aún lejos. Además, el hecho de que el 95% del coche sea nuevo complica la evolución de las nuevas piezas, puesto que el proceso es más lento. Escuchando las palabras del asturiano, parece complicado que Aston Martin pueda acercarse al Top 3 en Baréin.
No está a la altura de los favoritos
"Nosotros estamos contentos porque podemos trabajar en el coche. Ha ido bien los tres días, ha sido fácil de conducir y ya hemos comprobado que tiene una ventana de trabajo muy diferente a la del año pasado. Parece que es una buena base para futuros coches, pero nada más que eso. Hubo más fiabilidad que en años recientes. Tuvimos algún problema el primer día, pero bien. Lo que ocurre es que es un monoplaza tan nuevo en todo que para hacer el cambio de un muelle o lo que sea se tarda más de lo que esperamos. Por lo tanto, perdemos un poco de tiempo en el programa, ya que se necesita algo más de práctica. Teníamos una larga lista de cosas que completar y hemos hecho la mitad. Pero así son los test", apunta en palabras recogidas por laSexta.