El día 21 de octubre de 2022 se convirtió en uno de los mas importantes en la carrera deportiva de Álex Palou, y es que el español se subía por primera vez a un F1 en una sesión oficial de Gran Premio. Una experiencia única de la que solo puede extraer cosas positivas. Como bien afirma en su columna para SoyMotor, todo fue mejor de lo esperado, ya que no pensaba que fuera a adaptarse tan bien al monoplaza, en este caso el McLaren de Daniel Ricciardo. Hay que tener en cuenta que, desconociendo cargas de gasolina y otros parámetros, el de San Antonio Vilamajor fue capaz de quedarse a solo dos décimas de Lando Norris en igualdad de gomas. Lamentablemente, no pudimos verle rodar con los neumáticos blandos.
El equipo de Woking admitió sentirse muy satisfecho con su trabajo y reconoció la gran labor realizada durante las vueltas que pudo completar en el trazado estadounidense. Sin lugar a dudas, una gran señal de cara a un futuro, aunque este es un tema que Palou ve realmente complicado, pues los asientos son muy limitados en la categoría reina del automovilismo y las oportunidades, escasas. Es por ello que se siente un privilegiado. De igual modo, afirma que en un principio no participará en ninguna de las sesiones de Libres de los tres GP que restan de esta temporada, por lo que todo apunta a que tendremos que esperar a 2023 para volver a verle en la competición.Con la llegada de Piastri a la escudería papaya, se conforma una de las alineaciones más jóvenes de la parrilla, de modo que la opción de ver a Palou como piloto oficial de Fórmula 1 se torna realmente compleja, al menos a corto plazo. No obstante, el barcelonés está centrado ene estos momentos en las 500 Millas de Indianápolis y la IndyCar. Ahí seguirá formándose como piloto y, quién sabe, si construyendo su futuro en la máxima categoría del automovilismo.
El camino será largo
"No me esperaba participar en unos entrenamientos libres de Fórmula 1 y me hace especialmente feliz que haya sido en Austin, porque llevo tres años viviendo aquí en Estados Unidos. Creo que fue realmente bien y estoy muy contento. Rodar en Montmeló ya fue toda una experiencia, pero empecé a intuirlo tan solo cuando salió un segundo test en Austria. Ese entrenamiento no estaba previsto de entrada, y ahí ya piensas que si te han vuelto a llamar es porque has hecho un buen trabajo. También es genial que todo esto haya ocurrido justo ahora, porque la temporada de IndyCar terminó a mediados de septiembre y yo aún arrastro el pico de forma de cuando estás en competición".
"Lo que más me sorprendió es lo que fui capaz de hacer. Me quedé con la sensación de que era capaz de hacer todo lo que el equipo me pedía. Más que las cosas que vi en el paddock, las reuniones con mil ingenieros o la atención de la prensa, me sorprendió subirme al coche y rodar como rodé con un coche al que no me había subido antes y que solo conocía de estar medio día en el simulador del equipo. Estaba muy tranquilo y preparado, y todo salió bastante bien. Llevo 20 años viendo la Fórmula 1 por televisión y quieras que no te haces una idea de cómo es. Yo además la conocía de refilón porque en su momento corrí en GP3 y GP2, por lo que ya sabía qué implica estar en un paddock".
"Todo eso quizá era previsible, pero lo que me sorprendió fue que no me pareciese un gran cambio. Es obvio que es muy diferente a la IndyCar y a todo lo que he hecho en el pasado, pero igualmente no me parecía tan distinto a lo que yo conocía. Creo que esa sensación se debe a que estaba bien preparado. La Fórmula 1 siguen siendo carreras de coches, pero con mucha más gente a tu alrededor. Eso te permite ser mucho más detallista en cada cosa. No me costó trabajar con tantos ingenieros, todo lo contrario. Es mucho más fácil cuando las responsabilidades están compartimentadas, cuando cada ingeniero tiene una función y se asegura de que te explica todo lo que te tiene que decir".
Rindió a un gran nivel
"Lo más importante obviamente era cumplir en la pista, y yo me quedé con la sensación de que lo hice bien. Básicamente tenía que recoger información para el equipo, hacer lo que el ingeniero me pedía y procurar no costarle tiempo a los mecánicos, además de aprovechar al máximo el poco tiempo que tenía. Me sentí preparado en todo momento y creo que hice todo lo que podría haber hecho. Me sentí muy cómodo en el coche. Es algo que no puedes saber del todo hasta que te subes al monoplaza, porque puedes prepararte y pensar que estás listo, pero de la teoría a la práctica hay una diferencia. Quién sabe, quizá llegas ahí y de repente estás tan nervioso que no puedes rendir, o ves algo que no habías previsto y resulta que no estabas tan preparado como creías. Yo por suerte me noté muy tranquilo. Creo que se notó por la radio".
"Es bonito leer algunas cosas que el equipo ha dicho de mí estos últimos días y me alegro de que hayamos dejado una buena impresión. Siempre he sabido que la Fórmula 1 es fantástica. Si he dicho tantas veces que no estaba en mi horizonte es porque soy un firme defensor de que tienes que tener unas expectativas realistas y no pensar en algo a lo que sabes que no puedes llegar. No me esperaba esta oportunidad. Me ha venido muy bien para aprender cosas nuevas y seguir confiando y empujando. La Fórmula 1 me gusta mucho, es el nivel más alto, pero hay que ser realistas. Ahora mismo no hay asientos".
"Quiero ganar las 500 Millas y la IndyCar, y luego no sabemos qué puede pasar. A corto plazo sabemos que nada, porque está todo lleno. Seguiremos como siempre, trabajando con una oportunidad y todo lo que hemos aprendido, que me servirá de mucho. Ya veremos qué puede ocurrir más adelante. Yo ahora mismo ya me estoy preparando a tope para la temporada 2023. Me encantaría correr las 24 Horas de Daytona en enero, aunque de momento no tengo nada seguro. De hecho, no tengo previsto ningún test hasta febrero, así que será una pretemporada un poco extraña si no cambia algo. Aprovecharé para descansar un poco y recargar pilas, que no hay mal que por bien no venga".