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Y MIKA NUNCA GANO UN GRAN PREMIO

Y MIKA NUNCA GANO UN GRAN PREMIO

roadrunner

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25/02/2011 22:12

En el Gran Premio de Alemania de 1999 celebrado en el circuito de Hockenheim hubo un gran ausente: Michael Schumacher, quien pocas semanas antes se había accidentado en Silverstone rompiéndose una pierna y causando baja durante seis Grandes Premios.

El alemán y Ferrari llevaban cuatro temporadas de tremendo esfuerzo y dedicación para devolver el esplendor a la marca, y ese año parecía propicio para conseguir por fin el ansiado título que Ferrari no detentaba desde hacía dieciséis años. El accidente de Silverstone frustró la ocasión.

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Mika Salo, sustituto de Michael Schumacher en 1999


Sin embargo Eddie Irvine, con el otro Ferrari, ganó dos semanas después de Silverstone en Austria, presentando su candidatura al título como relevo natural de Schumacher. Jean Todt decidió que el otro Ferrari no sería para el probador de la casa, Luca Badoer, sino que fichó a un piloto que estaba sin volante en aquellos momentos: un finlandés llamado Mika Salo.

Salo hizo un triste papel en Austria mientras Irvine ganaba, pero una semana después, en Alemania, calificó en cuarta posición, un puesto por delante de su compañero. Los Ferrari estaban un poco lejos de la cabeza ya que estaban detrás de los dos McLaren de Mika Häkkinen y David Coulthard, y del sorprendente Jordan de Heinz Harald Frentzen.

En carrera Salo salió como un tiro y se colocó segundo detrás de Häkkinen. Cuando a media carrera el Mclaren paró a repostar, la manguera tardó en entrar y el finlandés perdió unos segundos decisivos. Ello dejó a los dos Ferrari en cabeza, pues Irvine había superado a Frentzen y Coulthard. Salo dio una sola vuelta como líder, momento en que recibió la temida comunicación por radio, en la que le pedían el cambio de posiciones con su compañero.

Durante unos segundos dudó porque la tentación era muy grande, pero antes de la entrada del estadio se hizo a un lado para dejar pasar a Irvine, cediéndole un liderato que más tarde valdría la victoria, respetando las órdenes de equipo y los intereses de Ferrari. Él no lo sabía, pero su gran oportunidad de ganar un gran premio acababa de esfumarse.

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Eddie Irvine abraza a Mika Salo a la llegada del Gran Premio


Pocas vueltas después seguía en segunda posición, teniendo que rodar por debajo de sus posibilidades, pues Irvine iba lento. Tanto, que acabó por pedir por radio que apremiaran al irlandés para que fuera más deprisa, pues Frentzen se estaba acercando demasiado. Salo sabía que podría ir más rápido de ser él el líder, pero las ordenes eran inamovibles. Sólo podía esperar una rotura de Irvine que no llegó, a pesar de que el irlandés rodaba lento porque tenía la temperatura del aceite demasiado alta, aunque no tuvo mayores problemas para llegar a la meta y ganar la carrera.

A finales de temporada Salo perdió su asiento por el regreso de Schumacher, que lo primero que hizo fue dominar el GP de Malasia y cederle la victoria a Irvine, también por ordenes de equipo. Lo hizo aún más descaradamente, pues le indicó con la mano el momento en que debía pasarle, para que no hubiera la menor duda.

Ninguno de los dos cambios de posiciones de Ferrari, que adulteraron el resultado lógico de dos grandes premios, suscitaron la menor polémica ni protesta por parte de McLaren o Jordan, los dos equipos cuyos pilotos, Häkkinen y Frentzen, estaban con el irlandés en liza por el campeonato. Porque en aquellos años se daban órdenes de equipo (como ahora) que los equipos y la FIA aceptaban siempre (no como ahora).

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Mika Salo, ejemplo de respeto a las ordenes de equipo

A pesar de tantos regalos, Irvine no fue campeón del mundo, no volvió a ganar un gran premio en su vida, y de los cuatro que adornan su palmarés, dos fueron conseguidos gracias a las ordenes de equipo.

Michael Schumacher consiguió que Ferrari ganara el título de constructores y que Irvine perdiera el de pilotos a manos de Häkkinen, para ser él quien al año siguiente ganara el ansiado título para Ferrari, iniciando una racha de cinco coronas consecutivas a las que puso punto final Fernando Alonso con su Renault.

Y en cuanto a Salo, Irvine le regaló el trofeo de ganador del gran premio de Alemania, consiguió subir al podium al acabar tercero en Monza, Luca de Motezemolo le regaló un Ferrari de turismo en agradecimiento a su renuncia a ganar el gran premio de Alemania, y Jean Todt intercedió por él ante Sauber para asegurarle un volante para el año siguiente.

Pero por aceptar y respetar las ordenes y los intereses de su equipo, Mika Salo nunca ganó un Gran Premio.

Fuente: Bloc de Carlos Castellá

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Archi

Archi

26/02/2011 20:16

Pues seguro que no contento con esto,alguno algo tendrá que decir respecto a Hockheim 2010.

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emmixx

emmixx

02/03/2011 00:23

bien ahi.
y la verdad, me hubiera gustado q mika se llevara ese triunfo, realmente se lo merecia...
y si vamos al caso, no hubiese sido nada agradable q irvine sea campeon ese año, teniendo en cuenta toda la pasta que cobraba el kaiser, no podia salir campeon, desp. de 19 años de sequia, el 2do. piloto...
y Mika nunca mas tuvo otra chance... pobre tipo...

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emmixx

emmixx

02/03/2011 00:26

y cabe destacar, que en el 2000, el escudero del kaiser no fue ni eddie irvine, ni mika salo...
ferrari le dio las gracias al fines contratando a rubinho...

#3

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