El Mundial de 1982 fue una rápida sucesión de acontecimientos que marcaría el aspecto general de la F-1 para la década de los ochenta, y la victoria inesperada de un piloto por el que pocos apostaban.
En los equipos, Renault y ahora también Ferrari, contaban con unos motores turbo capaces no solo de ganar carreras aisladas, sino también de aguantar. Williams y McLaren seguían fieles a Corworth, contando con nuevos pilotos en sus filas: El finlandés Keke Rosberg en sustitución de Alan Jones y nada menos que Niki Lauda efectuado su retorno a la F-1 montado en un McLaren al lado de John Watson. Parece ser que Niki se pasó un pelo de listo montando su negocio de aviación y la compañía nacional autríaca le cogió por donde mas duele. Ahora andaba flojo de dinero, pero eso no quiere decir que no fuera a ganar...
En los Brabham campeones, apostaban por los cambios; Ricardo Patrese acompañaría a Nelson Piquet en la tarea de adaptar los nuevos propulsores BMW turbo a los chasis BT50 diseñados por el siempre eficiente, Gordon Murray. No obstante aún disputarían algunas carreras con los viejos BT49 con el Ford.
La FIA y la FOCA parecían que habían hecho las paces, cuando un nuevo conflicto ocasionado, en esta ocasión por las licencias de los pilotos, puso a todas las estrellas de la F-1 en contra los organismos rectores. Lauda y Pironi fueron los instigadores de la huelga que amenazó la disputa de la primera carrera en Suráfrica. Balestre y Ecclestone prometieron negociar, pero tras la carrera les dieron largas demostrando una vez mas que la unidad de los pilotos era dificil de conseguir.
Prost, beneficiado por la potencia de su turbo a 1600 metros de altura sobre el nivel del mar, machacó a todos sus rivales, incluidos los otros pilotos con este tipo de motores, y eso que a mitad de carrera hubo de cambiar una rueda pinchada.
En la segunda prueba en Brasil, se volvió a liar la de San Quintin con la exclusión de los dos primeros clasificados; el Brabham de Piquet y el Williams de Rosberg al no respetar el peso mínimo. Sus respectivos directores de equipo apelaron diciendo que se debía al hecho de utilizar depósitos de agua para refrigerar los frenos, y que estos al concluir la carrera, estaban vacios, con lo que no permitían alcanzar el citado peso reglamentario.Vano esfuerzo pues el de Piquet, que casi se desmaya en el podium de Rio. Carlos Reutemann, por su parte dejaba un tanto frustrado la competición, harto de los que querían manipular el deporte. Curiosamente se dedicó desde entonces a la política siendo elegido gobernador de Santa Fe y rumoreandose desde entonces su presidencia de la República Argentina.
De Cesaris lideró la primera parte del GP de Long Beach pero, manteniendo sus costumbres, se accidentó con un rezagado para dejar via libre a Niki Lauda, ganando su primera carrera desde 1978. Rosberg fue segundo y Patrese tercero gracias a la descalificació de Villeneuve a causa de las excesivas dimensiones de su alerón trasero. Todo el mundo quería ser mas vivo que los demás con el volátil reglamento y cuando no lo conseguían, montaban boicots como el de los equipos afines a la FOCA (Brabham, Williams, McLaren, Ligier) durante el GP de San Marino, después del fracaso del recurso por las descalificaciones de Brasil.
En Imola, Ferrari y Renault no tuvieron problemas en dominar una carrera en la que solo habían 14 monoplazas, quedando los coches rojos como candidatos al triunfo despues de las averías de los bólidos de Prost y Arnoux. Villeneuve debía haberse llevado la victoria, pero su compañero de filas, Didier Pironi, insistió en arrebatarsela pese a las llamadas telefónicas del mismo Enzo Ferrari al box para llamar al orden sus dos pupilos que peleaban como chiquillos.
Gilles argumentaba y con razón, que cuando Scheckter corría, el aceptó el grado de segundo piloto del equipo. Ahora pedía el mismo trato respecto a Didier, pero el frances no dudó en "robarle" la victoria por sorpresa en la última frenada de la Tosa. Gilles alucinó. No podía creer que le traicionara de esa forma. Su cara totalmente amargada en el podio sale en infinidad de libros. No se volverian a hablar nunca.
En los entrenos del siguiente GP, el de Bélgica en Zolder, Villeneuve se lanzó con mas ganas que nunca, mas que a conseguir la pole, a superar a Pironi. Encontraba la muerte al embestir el March de Jochen Mass. Tal vez iba demasiado rápido, como siempre...
Perdido el gran héroe de la F-1 y convertido en otra leyenda, el campeonato continuó con una victoria sin celebración de Watson en Zolder. En Mónaco se vivió un autentico final de ruleta rusa, con Prost, accidentado a tres vueltas del final cuando ya tenía el triunfo en su bolsillo, de Césaris sin gasolina, Pironi con problemas eléctricos y Patrese que entró vencedor sin ni siquiera saberlo.
Watson volvió a repetir triunfo en el GP disputado en el nuevo trazado urbano de Detroit, permitiendose además el lujo de adelantar en una sola vuelta a Lauda, Cheever y Pironi. Piquet obtuvo en Canada, su único triunfo del año, carrera marcada por el accidente mortal del italiano Ricardo Paletti después de estrellar su fragil Osella contra la parte posterior del Ferrari de Pironi, calado en la salida. El propio Pironi, se sobrepuso como buen profesional, colocandose lider del mundial después de su victoria trabajada en Holanda. Lauda, Pironi y Patrick Tambay (sustituto este último de Villeneuve en Ferrari), respiraron aliviados en el podium del GP británico en Brands Hacht después de que Dereck Warwick con su modesto Toleman-Hart hubiera roto su mecánica tras amenazar con adelantar desde el fondo de la parrilla a todo el mundo.
Paul Ricard vivió un podium enteramente francés, aunque su segundo clasificado, Alain Prost hubiera deseado intercambiar con su compañero de filas, René Arnoux la victoria que este no le quiso ceder para mantener sus ambiciones con respecto al título de pilotos. El "divorcio" entre Arnoux y Prost estaba servido.
En Alemania, Hockenheim vivió otro momento triste con el accidente de Didier Pironi durante los entrenamientos oficiales. El agua que había encharcado toda la pista no dejaba ver nada a gran velocidad y el piloto de Ferrari y líder del mundial, se empotraba contra el Renault de Prost, rompiendose las piernas y poniendo punto final a su carrera deportiva en la F-1. Mirandolo con la perspectiva del tiempo, parece como si su final solo podiera ser trágico, matandose en una carrera de lanchas fueraborda en la Isla de Wight en 1987.
Tambay daba al menos una alegría a Ferrari ganando la carrera alemana, prueba previa al emocionante final que se vivió en Austria, resuelto a favor del Lotus de Elio de Angelis. Rosberg y su Williams que iba arañando puntitos una prueba sí, otra no, le presionó hasta el final de "foto-finish". El GP de Suiza (disputado en Dijon a causa de la prohibición de carreras automovilísticas en el estado helvético), sirvió como puente de lanzamiento para el título de Keke Rosberg, venciendo limpia y claramente sobre el Renault de Prost. La única victoria de Keke en toda la temporada!
Monza vivió otra emotiva jornada. Para Arnoux esta vez, recién fichado por Ferrari para 1983 al vencer sobre los dos Ferrari de Tambay y Andretti, que volvía momentaneamente a la F-1 después de dejar el "bluff" de Alfa Romeo.
A modo de curiosidad, Velocidades punta en Monza 1982:
Andretti/Ferrari: 312,6 (Ferrari turboalimentado)
Piquet/Brabham: 312.3 (BMW turboalimentado)
Patrese/Brabham: 306,7 (BMW turboalimentado)
Tambay/Ferrari: 302,6 (Renault turboalimentado)
Prost/Renault: 301,3 (Renault turbolaimentado)
Arnoux/Renault: 297,3 (Renault turboalimentado)
Fabi/Toleman: 283,8 (Hart turboalimentado)
Rosberg/Williams 280,3
Warwick/Toleman 279,7 (Hart turboalimentado)
Alboreto/Tyrrell 279,7
Watson/McLaren 278,0
Giacomelli/Alfa Romeo 277,4
Lauda/McLaren 276,9
Mansell/Lotus 276,3
Daly/Williams 276,3
De Angelis/Lotus 276,3
Cheever/Ligier 275,8
De Cesaris/Alfa Romeo 274,6
Laffite/Ligier 274,1
Guerrero/Ensingn 273,6
Henton/Tyrrell 272,5
En fin, no notais como una cierta superioridad de los turbo...?
En Las Vegas, a Watson (unico contrincante que le quedaba en la tabla de puntos a Rosberg) de nada le servía un segundo puesto tras el sorprendente Tyrrell de Michele Alboreto, ya que Keke se aseguraba con la quinta plaza, un título que ni él se esperaba.
Aunque tuvieran un cochazo y ganaran el campeonato de constructores, la tragedia hizo polvo a Ferrari y sus tifosi.