Después de que la FIA y la FOCA, se reunieran para buscar una solución al conflicto creado el año anterior, una nueva normativa salió del denominado "pacto de la concordia". Las faldillas que propiciaban el efecto suelo, fueron reducidas a una altura mínima de 6 Cm respecto a la pista. Esto, que había sido solicitado por los pilotos para reducir la velocidad en el paso por curva y aumentar la seguridad, había puesto en pie de guerra a la FOCA, y los equipos que la apoyaban, hasta que Renault, Ferrari y Alfa Romeo se pusieron públicamente del lado de la FIA. Automáticamente, otras formaciones como McLaren o Lotus, se unieron para reforzar el campeonato "legal" de la FIA ya que querian competir contra marcas de prestigio.
Las federaciones organizadoras de las pruebas, apoyaron también a Balestre y Ecclestone, tuvo que ceder en su primer intento de dirigir la F-1. Ya tendría otras oportunidades de conseguirlo...
En el aspecto deportivo Jones y Reutemann compartian en el equipo Williams-Ford el rol de favoritos junto con el Brabham de Nelson Piquet. Ferrari sería incapaz de repetir un año tan nefasto como 1980 e hicieron debutar su primer modelo turboalimentado, el 126 CK que no obstante aún no estaba a nivel para luchar por aspiraciones muy altas.
El mundial abría sus puertas en Long Beach donde Ricardo Patrese brilló con fuerza durante 24 vueltas despues de marcar la unica pole del equipo Arrows en toda su historia.¿Fuerte eh? Reutemann tomó el liderato pero un despiste al doblar un rezagado, permitió el adelantamiento de Jones que marcó el doblete de Williams por delante del argentino y el Brabham de Piquet. En Brasil, todo se encendió hasta alcanzar una temperatura extrema: Reutemann ganó en Rio de Janeiro bajo un gran aguacero sin respetar las ordenes de equipo que Williams le enviaba desde boxes, recordándole el contrato según el cual debía ceder el primer puesto a su compañero y líder del mundial, Alan Jones.
Por otra parte mientras a Colin Chapman le prohibían su nuevo Lotus 88 construido con doble chasis para adaparse a las ondulaciones de la pista, existían númerosas evidencias de que las faldillas de los Brabham no respetaban la áltura mínima. La posibles irregularidades del equipo de Ecclestone sacaba de quicio a Frank Williams, que veía impotente como en Argentina, no solo Piquet, sinó que también el otro Brabham del novato Hector Rebaque superaba pasmosamente a sus pilotos.
En Imola, todo se calmó un poco tras el triunfo de Piquet sobre los Ferrari de Pironi y Villeneuve, menos hábiles a la hora de realizar los cambios de neumáticos en otra carrera marcada por la lluvia.
En Bélgica, Reutemann vivía sin alegría una victoria que propiciaron los sendos accidentes de Jones, cuando lideraba, y de Piquet. Digo sin alegría porque en una de las tandas de entrenos previas, Carlos había atropellado a un mecánico de Osella en los boxes, rompiendole el craneo y falleciendo el lunes posterior a la carrera. Por si fuera poco otro accidente gravísimo aunque no mortal, tenía como protagonista a otro mecánico, esta vez de Arrows en la salida de la carrera, cuando intentaba poner el marcha el motor del coche de Patrese. Su compañero de equipo, Sigfried Stohr arrancó con todo el pelotón para empotrarse en el trasero del Arrows calado de su compañero... con el mecánico intercalado entre los dos... Sigfried fue el primero en bajarse del cockpit, histérico y horrorizado con el cuadro dibujado delante suyo: Un mecánico destrozado y envuelto en espasmos entre los dos monoplazas. Millones de personas vieron aquello en directo por TV. Queda decir que afortunadamente el mecánico se recuperó en pocas semanas.
En Mónaco y España, Gilles Villeneuve hizo un parentesis de utopia en el mundo del motor y la tecnología, adelantando Alan Jones a cuatro vueltas del final en el principado y conteniendo los ataques de Reutemann, Laffite, De Angelis y Watson durante una emocionante prueba en el Jarama, donde venció a sus cuatro oponentes separados entre sí por ¡menos de un segundo! No tenía el mejor coche pero las manos de Gilles continuaban siendo las mejores.
En Dijon, el heroe local Alain Prost, ganaba su primera carrera de F-1 a los mandos de su potente Renault, en una prueba cortada una vez mas por la insistente lluvia.
En Gran Bretaña, John Watson superaba por milímetros un accidente de Villeneuve y Andrea de Cesaris (De Crasharis para la prensa inglesa por su record absoluto de Alfa Romeos destrozados en toda la temporada), para remontar y conseguir para McLaren la primera victoria de la historia con un chasis hecho integramente de fibra de carbono. Reutemann y Laffite le acompañaron en el podium, coleccionando valiosos puntos. Piquet también necesitaba puntos, y los obtubo con su sensacional triunfo en Alemania tras remontar adelantando a Laffite, Jones y Prost.
De poco le sirvió a Villeneuve su arrancada de Austria, en la que superó a la primera fila, propiedad de Renault. Se pasó de frenada al final de recta y Laffite quedó como unico piloto capaz de superar a Arnoux y vencer aprovechando el abandono de Prost.
Prost se desquitaba quince dias mas tarde en Holanda tras mantener un fuerte duelo con Jones. Si Reutemann estaba fallando demasiado a la hora de arañar puntitos, Piquet remontaba en la clasificación con un segundo puesto en Zandvoort, un sexto en Monza, un quinto en Canada...
Prost volvía a ganar en Monza al tiempo que Laffite mantenía sus opciones al título con su victoria en Montreal. Sin embargo, eran Piquet y Reutemann los que se jugaban realmente el título en la carrera final disputada en el aparcamiento de casino Caesars Palace de Las Vegas. Si habeís leido bien, el mundial de F-1 se decidía en un trazado semi-urbano montado con prisas en un gran parking.
A Jones, después de lo ocurrido en las primeras carreras del año, ni se le pasó por la cabeza ayudar a Reutemann el la lucha por el título, por lo que se concentró en ganar arrasando, en la que debía ser en principio su última carrera de Grand Prix. Esto ya desbarató desde un principio las escasas opciones de Laffite con su Ligier.
Piquet que tenía delante a Reutemann al comenzar la carrera, no tardó en superarle aprovechando los problemas que estaba sufriendo el argentino. Piquet se concentró desde entonces en mantener la quinta posición necesaria para ganar el mundial si Reutemann no puntuaba. Reutemann no solo no puntuó sino que su caja de cambios le dejó sin cuarta velocidad por lo que acabó siendo doblado por Jones, que sin duda disfrutaría de este hecho.
Al final a Piquet que entraba en quinta plaza como nuevo campeón mundial, le tenían que reanimar, exhausto en el fondo de su BT49.