El domingo, la carrera empezó unos 50 minutos más tarde de lo esperado. La salida fue un caos por la falta de adherencia de todos los coches, pero Stewart llegó a la primera curva tercero, tras Graham Hill y Chris Amon. Para no tener que pasarse toda la carrera recibiendo el espray de agua de los de delante, nuestro protagonista superó a Amon en la primera vuelta, en Adenauer. “Estaba realmente asustado, en esos momentos”, asegura Stewart. Aun así, el escocés estaba centrado en atrapar a Hill, algo que logró antes de llegar a la larguísima recta posterior del trazado. En pocos minutos, Jackie había abierto una brecha de 8 segundos sobre Hill.
Graham Hill ganó el mundial de 1968
“A partir de entonces, ‘solo’ era cuestión de pilotar lo más rápido posible, porque con el espray que despedía el coche no se veía nada por los retrovisores”, continúa Stewart. “Tras dos vueltas tenía 34 segundos de ventaja, pese a derrapar sin parar y tragarme charcos de agua que aparecían vuelta sí, vuelta también”. Pero lo peor estaba por llegar. “A falta de tres vueltas, empezó a diluviar. A un kilómetro de ‘Karussel’ iba en tercera por una ese y, de repente, perdí el control del coche por un torrente de agua que cruzaba la pista. El motor se caló, derrapaba sin control y me dirigía hacia un comisario que no tenía protección alguna en caso de accidente. Intentó ir hacia un lado, luego hacia el otro y, finalmente, se quedó paralizado enfrente de mí. Poco antes de llevármelo por delante, las ruedas se cogieron un poco al asfalto y rectifiqué la trayectoria como pude. Un rato después, a Hill le pasó lo mismo que a mí, pero el comisario ya se había ido a un punto más seguro”.
Finalmente, Jackie Stewart ganó con cuatro minutos de ventaja sobre Hill. “Siempre había querido ganar en Nürburgring y hacerlo con ese diluvio fue muy satisfactorio, pero en cuanto bajé del coche, me alegré de que la carrera se hubiese acabado. El coche funcionó a la perfección, pese a algún problemilla con el acelerador, a mitad de carrera. Sinceramente, cada vez que pasaba por meta, pensaba que la carrera se iba a detener, pero al final el GP se disputó en su totalidad. Y eso me hace pensar que todos los que participamos hicimos un esfuerzo sobrehumano, ya que pese a todos los incidentes que sufrimos, ninguno tuvo un percance serio. Increíble, teniendo en cuenta las circunstancias”.
El gran Jackie Stewart, en la actualidad
Y más increíble si se sabe que el vencedor del GP lo hizo con una muñeca enyesada, lesionada tras un accidente que tuvo semanas antes.
Stewart y toda su generación los tenían bien puestos.