-Su mujer y sus hijos le acompañaban en un viaje para adoptar un perro
-Realizó adelantamientos increíbles y giraba a toda velocidad', asegura el conductor
BERLÍN.- Dirigirse al aeropuerto con el tiempo justo para embarcarse es una experiencia angustiosa para cualquiera menos para la familia Schumacher. Ni su mujer ni sus hijos se agobian en tal situación, ni siquiera montados en un taxi. Michael pidió permiso al conductor, agarró el volante y aceleró.
El taxista Tuncer Yilmaz declaró al diario bávaro 'Abendzeitung' que el siete veces campeón del mundo de Fórmula Uno le sugirió cambiar de asiento. "De pronto, me encontré en el lugar del copiloto. Fue increíble", comentó Yilmaz. "Realizó adelantamientos increíbles y tomaba las curvas a toda velocidad".
Una experiencia alucinante y rentable para Yilmaz, quien aseguró haber recibido una suculenta propina por el viaje.
La información ha sido confirmada a la agencia deportiva alemana SID por la portavoz de la familia Schumacher, Sabine Kehm. Según sus palabras, se dirigían al aeródromo de Cobourg para adoptar un perro en una localidad cercana.