La Involución de Ferrari

Ferrari es el equipo con más historia y mejores estadísticas en todos los sentidos. El que cualquier aficionado catalogaría como 'el mejor equipo'. Entonces, ¿por qué Ferrari no hace honor a su nombre? ¿Cómo ha llegado al punto de verse ensobrecida por un equipo privado? Son preguntas que tienen muchas respuestas pero, posiblemente, un inicio muy concreto.



La llamada ?era Todt?, llegó a su fin en 2006, cuando el francés pasó de la jefatura de la Scuderia a la dirección ejecutiva del imperio presidido por Luca di Montezemolo. Su marcha definitiva de la marca se produjo el 19 de marzo de 2008, cuando Stefano Domenicali ya llevaba varios meses al frente del equipo.



Aunque el francés, artífice de la reconstrucción de la Scuderia en los años 90, estuvo ligado a la marca en los primeros días de Domenicali, lo cierto es que la descomposición de Ferrari empezó en ese mencionado 2006, cuando Todt tuvo que empezar a pensar en mucho más que hacer ganar a Ferrari. Accidentalmente o no, se desencadenaron los siguientes movimientos, algunos decisivos.





Ross Brawn se marchó a final de año, reclamando un año sabático para poder volver como máximo responsable en sustitución de Todt. Pero el elegido fue Stefano y eso hizo que Ross no quisiera regresar. Fue sustituido por Luca Baldiserri.



Rory Byrne, uno de los ingenieros más talentosos de las últimas décadas, contaba con 62 años cuando, al final de esa aciaga temporada, comunicó que no seguiría en el puesto, cansado ya de la F1 y con ganas de retirarse a vivir a Malasia. No era un cualquiera Rory, ni mucho menos. Era el creador de los Ferrari desde 1997, el inicio de la época más gloriosa de la Scuderia. En cierto modo, se puede decir que era el único capaz de pararle los pies a Adrian Newey. O, al menos, de planteárselo siquiera. Su sustituto fue Aldo Costa, aunque Rory permaneció como consultor ocasional hasta 2008.





Paolo Martinelli entró en Ferrari en 1979, tras graduarse en la Universidad en Ingeniería Mecánica. En 1993 se convirtió en Director Técnico, gestionando personalmente el departamento de motores. Él fue quien decidió abandonar los V12 a favor de los V10. La famosa frase de Enzo Ferrari acerca de la aerodinámica y los motores cobraba mucho sentido cuando se trataba de sus propulsores. Se marchó en 2006. Su sustituto fue Gilles Simon.



Michael Schumacher anunció su retirada de la competición en el Gran Premio de Italia de 2006, aduciendo haber perdido la pasión por competir y, especialmente, por seguir desempeñando el pesado trabajo de desarrollar y probar el coche constantemente. Su sustituto fue Kimi Raikkonen.





Así, la temporada 2007 fue la del primer éxito de la nueva hornada, con Kimi consiguiendo el título en el último Gran Premio de ese año. Al año siguiente, Felipe Massa estuvo a punto de repetir, perdiendo el título en el último suspiro ante Lewis Hamilton. Luego llegó la revolución reglamentaria y el radical vuelco conceptual en los monoplazas, ahora dominados por los dobles difusores, los slicks y la aerodinámica eficiente, no la omnipresente. Concepto, no detalles.



En términos deportivos, ahí murió definitivamente Ferrari. Aunque, en mi modesta opinión, el germen empezó a alimentarse en 2007, cuando gracias al título de Kimi, Domenicali y compañía creyeron que lo estaban haciendo bien. Creyeron que no había pasado nada y que los que se marcharon eran prescindibles. Lo único que había ocurrido es que la inercia del trabajo de Todt-Brawn-Byrne-Martinelli había durado tanto tiempo como el concepto de diseño en la F1. Aquel cambio de normativa en 2009 terminó, de golpe, con la inercia ganadora. Una inercia alimentada por el erróneo pensamiento de que el título de Kimi fue mérito de Ferrari, y no un regalo de McLaren. Cuando se les preguntaba, contestaban: ?eh, mirad, ¡¡Kimi es campeón!!?. Una inercia alimentada por el erróneo pensamiento de que el título de constructores de 2008 era obra de un trabajo bien hecho y no como consecuencia de la debilidad derivada de la salida de Fernando Alonso y la llegada de un piloto comparsa: Heikki Kovalainen.





¿Qué es lo único que Ferrari ha hecho a lo largo de estos años para solucionar sus problemas de organización (Todt), gestión y estrategia (Brawn) y diseño (Byrne)?



Degradar a Chris Dyer y señalarle como culpable de lo ocurrido en Abu Dabi.



Empiezo a pensar que Montezemolo está más pendiente de su carrera política que de la Scuderia.

Fuente: David Plaza Grand Prix