Jean Todt ! haz algo por favor!
Jean Todt ! haz algo por favor!
El fin de semana del Gran Premio de Gran Bretaña de Fórmula 1 ha sido un esperpento que afortunadamente ha sido salvado por el magnífico espectáculo que nos deparó la carrera. Pero todo lo que ocurrió antes fue indigno de este campeonato, porque no es admisible bajo ningún aspecto que el reglamento vaya cambiando a lo largo del fin de semana, para acabar, tras una larga serie de despropósitos, dejándolo todo para otro día.
Una Federación es un ente cuya misión esencial es reglamentar y velar por el cumplimiento de una serie de normas y reglamentos pertenecientes o relativos a su deporte. Esto tan sencillo de escribir no es tan fácil de llevar a cabo, y cuanto más grande y mediático es un deporte, más difícil es dirigirlo.
Y lo es especialmente porque sus rectores se ven sometidos a las presiones generadas por los intereses económicos (del cual muchas veces ellos mismos y sus propias federaciones forman parte) convirtiendo la simple gestión de un deporte en una despiadada lucha de grupos de presión, ?lobbys? y otros intereses ajenos al deporte en si mismo.
La NASCAR es propiedad de la familia France.
Por eso algunos han ido prescindiendo de las Federaciones tal como hacen en Estados Unidos, donde son los propios deportes quienes gestionan todo su contenido: véase la NBA o la NFL para el básquet o el fútbol americano, o más cerrado aún, la NASCAR, un campeonato que pertenece a una sola familia que ostenta todos los derechos, aplica todas las normas y hace y deshace a su antojo.
Sin embargo estos sistemas también tienen muchos fallos, y sobre todo son difíciles de asimilar para la mentalidad europea, pero lo que tiene que llegar a su fin es el obsoleto funcionamiento de la FIA, un ente que se supone es de ámbito mundial y que regula tanto el automóvil como medio de transporte, como el deporte y dentro de él, la Fórmula 1.
Y que un campeonato que es el tercer acontecimiento deportivo de mayor renombre mundial sólo por detrás de los Mundiales de Fútbol y de los Juegos Olímpicos se vea manipulado, estropeado, falseado y ridiculizado por un par de individuos que hace mucho tiempo que deberían estar jubilados no ya de la Fórmula 1 sino de la vida civil, es imperdonable.
"Hay que pararlos como sea".
Porque no me cabe la menor duda de que todo este esperpento que hemos vivido en estas últimas semanas intentado prohibir las mapaturas del motor de sábado a domingo, variando el soplado de los escapes de un día para otro e incluso dentro de una misma jornada, obedece sólo a que Bernie Ecclestone, preocupado por la marcha imparable de los Red Bull, le pidió a su mano derecha, Charlie Whiting, que parara esos coches como fuera.
Y mientras el uno daba la orden y el otro la ejecutaba con la brillantez, lucidez, claridad de ideas, conocimiento de ingeniería y sagacidad política que hemos visto estos días, el supuesto Presidente de la FIA, en última instancia jefe supremo de todo el tinglado, se lo miraba sin decir esta boca es mía, sin hacer nada y dejando que sean estos dos quienes siguen manipulando toda la Fórmula 1 a su antojo como vienen haciendo desde hace veinte años.
No voy a entrar en el debate de si la victoria de Alonso ha estado mediatizada por todos estos cambios reglamentarios. Creo que hoy el Ferrari habría ganado con más o menos soplado, o los Red Bull no habrían perdido de no haber tenido problemas en sus paradas. Si el campeonato está o no manipulado es algo que no se puede juzgar por el resultado de una sola carrera en la que, favoritismos aparte, Fernando Alonso ha dado una lección magistral, bien ayudado por el muro.
Con ?soplado? o sin él, la victoria de Alonso fue indiscutible.
Pero independientemente de que hayamos tenido otra vez una buena carrera, lo que no puede ser que esta Federación haga el ridículo que hizo con el GP de Bahrein, o con este tema de los escapes y que aquí no se marche nadie, no dimita nadie y todo sigan siendo empujones para salir en la foto. ¿Cómo puede ser que después de conocerse el informe de Carlos Gracia en Bahrein y todo lo que pasó después, éste siga siendo vicepresidente? ¿Cómo se entiende que Whiting siga año tras año siendo el ?cerebro? del campeonato? En cualquier empresa medianamente seria habrían sido fulminados rápidamente. Y no quiero ahora hacer sangre con Carlos Gracia, simplemente es uno de tantos ejemplos de la falta de rigor y seriedad con que trabaja la FIA.
Jean Todt, por favor, ¡actúa! ¡Demuestra que en esta Federación que comandas hay un Presidente ejecutivo! ¡El caos de este fin de semana es indigno de este deporte, haz rodar cabezas de una vez! ¡Acaba con esta gerontocracia vergonzosa! No podemos seguir eternamente en manos de un individuo cuyo único afán es seguir enriqueciéndose hasta el día de su muerte, y de su fiel ayudante desde los tiempos en que era su jefe de mecánicos. No niego todo lo bueno que ha hecho Ecclestone, pero ahora ya es tiempo de buscar otras maneras de regir la Fórmula 1 y el automovilismo en general, con criterios estrictamente profesionales y respetuosos con el deporte, los deportistas, y sobre todo los aficionados, que asistimos perplejos a este bochornoso espectáculo.
Fuente: Blog de Carlos Castellá
Una Federación es un ente cuya misión esencial es reglamentar y velar por el cumplimiento de una serie de normas y reglamentos pertenecientes o relativos a su deporte. Esto tan sencillo de escribir no es tan fácil de llevar a cabo, y cuanto más grande y mediático es un deporte, más difícil es dirigirlo.
Y lo es especialmente porque sus rectores se ven sometidos a las presiones generadas por los intereses económicos (del cual muchas veces ellos mismos y sus propias federaciones forman parte) convirtiendo la simple gestión de un deporte en una despiadada lucha de grupos de presión, ?lobbys? y otros intereses ajenos al deporte en si mismo.
La NASCAR es propiedad de la familia France.
Por eso algunos han ido prescindiendo de las Federaciones tal como hacen en Estados Unidos, donde son los propios deportes quienes gestionan todo su contenido: véase la NBA o la NFL para el básquet o el fútbol americano, o más cerrado aún, la NASCAR, un campeonato que pertenece a una sola familia que ostenta todos los derechos, aplica todas las normas y hace y deshace a su antojo.
Sin embargo estos sistemas también tienen muchos fallos, y sobre todo son difíciles de asimilar para la mentalidad europea, pero lo que tiene que llegar a su fin es el obsoleto funcionamiento de la FIA, un ente que se supone es de ámbito mundial y que regula tanto el automóvil como medio de transporte, como el deporte y dentro de él, la Fórmula 1.
Y que un campeonato que es el tercer acontecimiento deportivo de mayor renombre mundial sólo por detrás de los Mundiales de Fútbol y de los Juegos Olímpicos se vea manipulado, estropeado, falseado y ridiculizado por un par de individuos que hace mucho tiempo que deberían estar jubilados no ya de la Fórmula 1 sino de la vida civil, es imperdonable.
"Hay que pararlos como sea".
Porque no me cabe la menor duda de que todo este esperpento que hemos vivido en estas últimas semanas intentado prohibir las mapaturas del motor de sábado a domingo, variando el soplado de los escapes de un día para otro e incluso dentro de una misma jornada, obedece sólo a que Bernie Ecclestone, preocupado por la marcha imparable de los Red Bull, le pidió a su mano derecha, Charlie Whiting, que parara esos coches como fuera.
Y mientras el uno daba la orden y el otro la ejecutaba con la brillantez, lucidez, claridad de ideas, conocimiento de ingeniería y sagacidad política que hemos visto estos días, el supuesto Presidente de la FIA, en última instancia jefe supremo de todo el tinglado, se lo miraba sin decir esta boca es mía, sin hacer nada y dejando que sean estos dos quienes siguen manipulando toda la Fórmula 1 a su antojo como vienen haciendo desde hace veinte años.
No voy a entrar en el debate de si la victoria de Alonso ha estado mediatizada por todos estos cambios reglamentarios. Creo que hoy el Ferrari habría ganado con más o menos soplado, o los Red Bull no habrían perdido de no haber tenido problemas en sus paradas. Si el campeonato está o no manipulado es algo que no se puede juzgar por el resultado de una sola carrera en la que, favoritismos aparte, Fernando Alonso ha dado una lección magistral, bien ayudado por el muro.
Con ?soplado? o sin él, la victoria de Alonso fue indiscutible.
Pero independientemente de que hayamos tenido otra vez una buena carrera, lo que no puede ser que esta Federación haga el ridículo que hizo con el GP de Bahrein, o con este tema de los escapes y que aquí no se marche nadie, no dimita nadie y todo sigan siendo empujones para salir en la foto. ¿Cómo puede ser que después de conocerse el informe de Carlos Gracia en Bahrein y todo lo que pasó después, éste siga siendo vicepresidente? ¿Cómo se entiende que Whiting siga año tras año siendo el ?cerebro? del campeonato? En cualquier empresa medianamente seria habrían sido fulminados rápidamente. Y no quiero ahora hacer sangre con Carlos Gracia, simplemente es uno de tantos ejemplos de la falta de rigor y seriedad con que trabaja la FIA.
Jean Todt, por favor, ¡actúa! ¡Demuestra que en esta Federación que comandas hay un Presidente ejecutivo! ¡El caos de este fin de semana es indigno de este deporte, haz rodar cabezas de una vez! ¡Acaba con esta gerontocracia vergonzosa! No podemos seguir eternamente en manos de un individuo cuyo único afán es seguir enriqueciéndose hasta el día de su muerte, y de su fiel ayudante desde los tiempos en que era su jefe de mecánicos. No niego todo lo bueno que ha hecho Ecclestone, pero ahora ya es tiempo de buscar otras maneras de regir la Fórmula 1 y el automovilismo en general, con criterios estrictamente profesionales y respetuosos con el deporte, los deportistas, y sobre todo los aficionados, que asistimos perplejos a este bochornoso espectáculo.
Fuente: Blog de Carlos Castellá