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Inca Garcilaso De La Vega: Comentarios Reales De Los Incas

Inca Garcilaso De La Vega: Comentarios Reales De Los Incas

SergioAsturies

SergioAsturies

12/11/2009 16:01

Inca Garcilaso De La Vega: Comentarios Reales De Los Incas
Garcilaso de la Vega,El Inca.
(1539-1616).

TOMO I

CAPÍTULO III

Cómo se descubrió el Nuevo Mundo.




CERCA del año de mil y cuatrocientos y ochenta y cuatro, uno más o menos, un piloto natural de la villa de Huelva, en el Condado de Niebla, llamado Alonso Sánchez de Huelva, tenía un navío pequeño, con el cual contratava por la mar, y llevava de España a las Canarias algunas mercaderías que allí se le vendían bien, y de las Canarias cargava de los frutos de aquellas islas y las llevava a la isla de la Madera, y de allí se bolvía a España cargado de acúcar y conservas. Andando en esta su triangular contratación, atravessando de las Canarias a la isla de la Madera, le dió un temporal tan rezio y tempestuoso que, no pudiendo resistirle, se dexó llevar de la tormenta y corrió veinte y ocho o veinte y nueve días sin saber por dónde ni adónde, porque en todo este tiempo no pudo tomar el altura por el sol ni por el Norte. Padescieron los del navío grandíssimo trabajo en la tormenta, porque ni les dexava comer ni dormir. Al cabo deste largo tiempo se aplacó el viento y se hallaron cerca de una isla; no se sabe de cierto cuál fué, mas de que se sospecha que fué la que ahora llaman Sancto Domingo; y es de mucha consideración que el viento que con tanta violencia y tormenta llevó aquel navío no pudo ser otro sino el solano, que llaman leste, porque la isla de Sancto Domingo está al poniente de las Canarias, el cual viento, en aquel viaje, antes aplaca las tormentas que las levanta. Mas el Señor Todopoderoso, cuando quiere hazer misericordias, saca las más misteriosas y necessarias de causas contrarias, como sacó el agua del pedernal y la vista del ciego del lodo que le puso en los ojos, para que notoriamente se muestren ser obras de la miseración y bondad divina, que también usó desta su piedad para embiar su Evangelio y luz verdadera a todo el Nuevo Mundo, que tanta necessidad tenía della, pues vivían, o, por mejor dezir, perescían en las tinieblas de la gentilidad e idolatría tan bárbara y bestial como en el discurso de la historia veremos. El piloto saltó en tierra, tomó el altura y escrivió por menudo todo lo que vió y lo que le sucedió por la mar a ida y a buelta, y, haviendo tomado agua y leña, se bolvió a tiento, sin saber el viaje tampoco a la venida como a la ida, por lo cual gastó más tiempo del iue le convenía. Y por la dilación del camino les faltó el agua y el bastimento de cuya causa, y por el mucho trabajo que a ida y venida havían padescido empecaron a enfermar y morir de tal manera que de diez y sietes hombres que salieron de España no llegaron a la Tercera más de cinco y entre ellos el piloto Alonso Sánchez de Huelva. Fueron a parar a casa del famoso Cristóval Colón ginovés, porque supieron que era gran piloto y cosmógrafo y que hazla cartas de marear, el cual los recibió con mucho amor y les hizo todo regalo por saber cosas acaescidas en tan estraño y largo naufragio como el que dezian haver padescido Y como llegaron tan descaecidos del trabajo passado, por mucho que Cristóval Colon les regaló, no pudieron bolver en sí y murieron todos en su casa dexándole en herencia los trabajos que les causaron la muerte, los cuales aceptó el gran Colón con tanto ánimo y esfuerco, que, haviendo sufrido otros tan grandes y aun mayores (pues duraron más tiempo), salió con la empresa de dar el Nuevo Mundo y sus riquezas a España, como lo puso por blasón en sus armas, diziendo:

"A Castilla y a León,
Nuevo Mundo dio Colón."

Quien quisiere ver las grandes hazañas deste varón, via la Historia General de las Indias que Francisco López de Gómara escrivió que allí las hallará, aunque abreviadas, pero lo que más loa y engr engrandesce a este famoso sobre los famosos es la misma obra desta conquista y descubrimiento. Yo quise añadir esto poco que faltó de la relación de aquel antiguo historiador, que, como escrivió lesos de donde acaecieron estas y la relación se la davan yentes y vinientes, le dixeron muchas cosas de las que passaron, pero imperfectas, y yo las oí en mi tierra a mi padre y a sus contemporáneos, que en aquellos tiempos la mayor y más ordin conversación que tenían era repetir las cosas más ordinaria hazañosas y notables que en sus conquistas havían acaescido, donde contavan la que hermos dicho y otras que adelante diremos, que, como alcancaron a mucho[s] den los primeros descubridores y conquistadores del Nuevo Mundo, huvieron dellos la entera relación de semejantes cosas, y yo, como digo, las oí a mis mayores, aunque (como muchacho) con poca atención, que si entonces la tuviera pudiera ahora escrevir otras muchas cosas de grande admiración, necessarías en esta historia. Diré las que huviere guardado la memoria, con dolor de las que ha perdido. El muy reverendo Padre Joseph de Acosta toca también esta historia del descubrimiento del Nuevo Mundo con pena de no poderla dar entera, que también faltó a Su Paternidid , parte de la relación en este passo, como en otros más modernos, porque se havían acabado ya los conquistadores antiguos cuando Su Paternidid passó a aquellas partes, sobre lo cual dize estas palabras, libro primero capítulo diez y nueve:

"Haviendo mostrado que no lleva camino pensar que los primeros moradores de Indias hayan venido a ellas con navegación hecha para esse fin, bien se sigue que si vinieron por mar haya sido acaso y por fuerca de tormentas el haver llegado a Indias, lo cual, por immenso en el Mar Océano, no es cosa increíble. Porque pues assí suscedió en el descubrimiento de nuestros tiempos cuando aquel marinero (cuyo nombre aún no sabemos, para que negocio tan grande no se atribuya a otro autor sino a Dios), haviendo por un terrible e importuno temporal econoscido el Nuevo Mundo, dexó por paga del buen hospedaje a Cristóval Colón la noticia de cosa tan grande. Assi pudo ser", etc.

Hasta aquí es del Padre Maestro Acosta, sacado a la letra, donde muestra haver hallado Su Paternidad en el Perú parte de nuestra relación, y aunque no toda, pero lo más essencial della. Éste fue el primer principio y origendel descubrimiento del Nuevo Mundo, de la cual grandeza podía loarse la pequeña villa de Huelva, que tal hijo crió, de cuya relación, certificado Cristóval Colón, insistió tanto en su demanda, prometiendo cosas nuncavistas ni oídas, guardando como hombre prudente el secreto dellas, aunquedebaxo de confianca dió cuenta dellas a algunas personas de mucha autoridad acerca de los Reyes Católicos, que le ayudaron a salir con su empresa, que, si no fuera por esta noticia que Alonso Sánchez de Huelva le dió,no pudiera de sola su imaginación de cosmografía prometer tanto y tancertificado como prometió ni salir tan presto con la empresa del descubrimiento, pues, según aquel autor, no tardó Colón más de sesenta y ochodías en el viaje hasta la isla Guanatianico, con detenerse algunos días enla Gomera a tomar refresco, que, si no supiera por la relación de AlonsoSánchez qué rumbos havía de tomar en un mar tan grande, era casi milagro haver ido allá en tan breve tiempo.

Inca Garcilaso De La Vega

Comentarios Reales De Los Incas

EDICIÓN AL CUIDADO DE ÁNGEL ROSENBLAT
DEL INSTITUTO DE FILOLOGÍA DE LA
UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES

PRÓLOGO DE RICARDO ROJAS

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SergioAsturies

SergioAsturies

12/11/2009 16:05

Re: Inca Garcilaso De La Vega: Comentarios Reales De Los Incas
Estatua dedicada a Alonso Sánchez en Huelva.


Años después de los viajes de Colón, comenzaron a aparecer escritos que afirmaban que existía el rumor de que Cristobal Colón no había sido el primero en viajar al Nuevo Mundo, aunque los autores consideraban que podía tratarse de rumores infundados para menoscabar el prestigio del navegante. Es entonces cuando se empieza a hablar de un piloto anónimo que pudo haber llegado a las costas americanas, y que le confiaría estos conocimientos a Colón. El padre Bartolomé de las Casas narra la historia de un navío que se ve envuelto en una tormenta y es desviado de su ruta original para acabar llegando al Nuevo Mundo:
"Díjose que una carabela o navío que había salido de un puerto de España y que iba cargada de mercadería para Flandes o Inglaterra, o para los tractos, la cual, corriendo terrible tormenta, y arrebatada de la violencia e ímpetu de ella, vino diz que, a parar a estas islas y que aquesta fue la primera que las descubrió." (Fray Bartolomé de las Casas)

La primera persona en darle nombre fue el Inca Garcilaso de la Vega en sus Comentarios Reales aparecidos en 1609, donde cuenta que había oído la historia cuando era niño, de boca de viejos conquistadores. De acuerdo con este cronista, Alonso Sánchez hacía frecuentes viajes a Inglaterra, las islas Canarias y Madeira. En una travesía entre estos dos últimos lugares en un navío pequeño y con pocos marineros, fue sorprendido por una tormenta que lo desvió de su ruta y lo llevó hacia el oeste por aguas desconocidas.

Al cabo de varias semanas y con la embarcación bastante dañada, los marineros avistaron tierra, una isla que a juicio del cronista podría haber sido Santo Domingo. Cuando llegó a un puerto extraño construido por los indígenas, desembarcó con los pocos marineros que le quedaban de la tormenta. Los indígenas lo recibieron bien porque eran más altos y tenían barba (los indígenas eran imberbes) y porque su religión les decía que desde el mar vendrían los dioses. Los indígenas le dieron comida, oro y le ofrecieron a sus mujeres como regalos. Fue así como Alonso y sus hombres contrajeron la sífilis.

Después de todo esto empezaron a preparar el viaje de vuelta, pasaron aproximadamente una o dos semanas, y volvieron con un cálculo aproximado de cuando fueron conducidos por la tormenta. Después de casi un mes atracaron en la isla de Porto Santo, donde residía Cristobal Colón. Alonso Sánchez, enfermo y siendo uno de los pocos sobrevivientes, siempre según estas historias orales, tomaría contacto con el navegante, al que trasladó toda la información que recogió el marinero.[1]
"Este fue el primer principio, y origen del descubrimiento del Nuevo Mundo, de la cual grandeza, podrá loarse la pequeña Villa de Huelva, que tal hijo crió, de cuya relación certificado Cristobal Colón, insistió tanto en su demanda." (Inca Garcilaso de la Vega)
"Siendo cierto, que el primero, que dio noticia a Cristobal Colón del Nuevo Mundo, fue Alonso Sánchez de Huelva, marinero natural de Huelva." (Dr. D. Bernardo Aldrete (1615))

La historia del prenauta Alonso Sánchez fue debatida durante siglos. Así, en 1762, José Ceballos, Comendador del convento de los Mercedarios Descalzos de Sevilla, en la censura a una obra sobre historia de Huelva, da como cierta la historia considerando la fuente del Inca Garcilaso de la Vega como original e irrefutable.

En la ciudad de Huelva son varios los elementos que recuerdan a este navegante: un monumento en los Jardines del Muelle, obra del escultor León Ortega, el Parque Alonso Sánchez, un instituto de educación secundaria o un barco de salvamento del puerto.





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Alvarow

Alvarow

26/11/2009 19:43

la madre de dios!!
no es por criticar pero, ¿tu tienes mucho tiempo libre no?
me he leido el primer párrafo y gracias! pero weno, lo que he leido me ha parecido curioso

#2

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RiverStone

RiverStone

06/03/2017 07:35

O.K

#3

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