Tensión, números y sincronización: la vida de un experto en telemetría a Maranello
En Fórmula 1 se habla mucho de telemetría, de lo sofisticado e indispensable que es. Sin embargo se trata de un tema muy complejo. Para intentar entenderlo hablamos con Andrea Beneventi, director de la Gestión de Productos Electrónicos en Scuderia Ferrari. Andrea, de 47 años, lleva en Ferrari desde el año 2000 y es un auténtico experto en la materia.
Miles de parámetros:
Se piensa generalmente que la telemetría es un sistema que recoge información y parámetros vinculados con el funcionamiento del coche y que permiten su funcionamiento, explica en www.ferrari.com. Se sigue de cerca cada componente. Es fundamental para los ingenieros y pilotos porque les permite detectar problemas y solucionarlos con más facilidad. Sin embargo, aún tienen que tomar decisiones. Obviamente es imposible monitorizar continuamente todos los datos del coche, porque se limitan a mil los canales de monitorización, pero se pueden montar el doble de parámetros y sensores en el coche. Por lo tanto debes encontrar muy rápidamente la información útil. Por ejemplo un piloto puede quejarse de que el coche tiene un manejo extraño. En este caso, los ingenieros intentan descubrir qué puede causarlo, seleccionando información de los componentes que pueden ser los causantes de este fallo. Mientras más rápido y hábiles sean los ingenieros, antes se detectará y resolverá el problema.
Cifras impresionantes:
La telemetría ha avanzado muchísimo. Hace veinte años, los datos de un Gran Premio entero se podían subir a un disquete, mientras que ahora, hace falta un disco duro. De media, en cada vuelta, un coche de Fórmula 1 produce 35 megabytes de información, mientras que a lo largo de un fin de semana de carrera con dos coches, se acumulan alrededor de 30 gigabytes. Ningún otro tipo de automovilismo usa la telemetría tan eficientemente como la Fórmula 1, asegura Beneventi. Por ejemplo, en GP2 probablemente se monitorizan 35-40% menos de parámetros, porque la complejidad de la telemetría va unida a la del coche. Hoy, por ejemplo, los coches que compiten en las 24 horas de Le Mans tienen un sistema muy sofisticado de telemetría.
Herramienta fundamental:
A lo largo de un fin de semana de carrera, hay por lo menos cien personas en el circuito y en el garaje remoto de Maranello estudiando los datos de las unidades de control electrónicas de los coches y el análisis continúa en la semana siguiente a la carrera. La información llega vía radio en tiempo real, con un retraso de entre 2 o 4 segundos. El elevado número de ingenieros que monitorizan los datos por lo tanto ofrecen al piloto las respuestas más precisas a sus preguntas. Por lo tanto es fundamental que el piloto sepa cómo leer la telemetría. Para ayudarle en esta tarea están el ingeniero de pista y el ingeniero de rendimiento, que en un periodo muy corto de tiempo y con exactitud, deben tener la habilidad de interpretar los datos más importantes para marcar un buen tiempo de vuelta. Durante los entrenamientos y la clasificación, los ingenieros muestran al piloto los datos de las vueltas anteriores, indicando dónde podría ganar unas centésimas de segundo. Para esto, se desarrolla una relación casi simbiótica entre el ingeniero de pista, rendimiento y el piloto, siendo fundamental la confianza del uno en el otro.
Ser un experto en telemetría:
Dominar la telemetría no es fácil. La cantidad de datos, su complejidad, el ritmo frenético en el que funciona, la habilidad para reaccionar ante las adversidades que aparecen, hacen que sea un verdadero arte y uno que no es nada fácil de dominar, antes de empezar a trabajar en este campo. Normalmente, la gente que lo lleva a cabo son ingenieros informáticos o especialistas en sistemas de control. En la Scuderia Ferrari realizamos muchas pruebas, en salas específicas donde simulamos distintas situaciones. Se utiliza para la gente que trabaja en este campo, pero también para todo el equipo, porque nadie debería verse afectado por un problema real. Normalmente un ingeniero debe completar unas prácticas de al menos seis meses, pero pueden llegar a durar un año. Además, no existe ninguna garantía de que todos acaben el curso. En este frente también juega un papel la personalidad de la persona, opina Beneventi. Es muy complejo y los chicos de telemetría son de los primeros en llegar al circuito. Ayudan a montar el garaje e instalar todos los cables. Viven el fin de semana al lado de los pilotos y para ellos la carrera también es un maratón, pasando 90 minutos sin un respiro.