Sebastian Vettel ha reconocido que sufrió una fuerte resaca tras la fiesta que le organizó el equipo Red Bull el pasado domingo en Suzuka para celebrar su segundo título de campeón del mundo. No era para menos. La ocasión lo merecía, pero es evidente que el alcohol pasa factura al día siguiente y más en una persona poco acostumbrada a ese tipo de excesos como es el joven piloto alemán.
Se sabe que Sebastian no se lo pensó dos veces a la hora de coger el micrófono para cantar en el karaoke canciones de los Beatles como "Hey Jude" o "Yellow Submarine" y también el "My Way" de Frank Sinatra.
"Lo pasamos muy bien con los chicos en el karaoke. Después de un par de copas todo el mundo estaba feliz, fue una noche muy especial".
Lo que no se sabía es que después del karaoke Sebastian continuó la fiesta con su amigo Michael Schumacher, que le puso sobre la mesa un par de copas más que, quizás, sobraban:
"Después de tomar unas copas con los chicos vino Michael y nos tomamos un par de copas más los dos juntos. Creo que después de eso empecé a encontrarme un poco peor porque mezclé demasiado y esa no es una buena estrategia. A pesar de todo fue una gran noche para todos".
El alemán ha explicado que al día siguiente lo pasó mal en un acto publicitario por la mañana:
"Al día siguiente tuve un evento con un sponsor y no estaba tan en forma como de costumbre. La verdad es que estaba muy cansado. Solo a partir del martes tuve un poco de tiempo para mí solo y para ser consciente de lo que había conseguido".
jajajja la situacion lo merecia, yo tambien me hubiera puesto a cantar y a beber jajaja soy yo campeon del mundo y bailo desnudo en el techo del motor home si hace falta