Hola Heini me alegro te haya gustado y por si siguen las lluvias aquí dejo otra nota del periodista Raymon Blancafort que estoy seguro también será agradable para muchos, esta habla de Jim Hall y hace comparaciones entre diferentes diseñadores de una manera por demás acertada. Un abrazo Heini y saludos a todos los amigos del hilo.
Tributo a Jim Hall y a los grandes ingenieros de la F1, por Raymon Blancafort
Publicado el 21 Oct 2016
Tributo a Jim Hall y a los grandes ingenieros de la F1, por Raymon Blancafort
Ante este GP de Estados Unidos me viene a la mente la figura de Jim Hall. Tejano, millonario desde la juventud cuando heredó el negocio de maquinaria petrolífera de su padre, piloto e ingeniero. Corrió efímeramente en F1 con Lotus, pero la afición lo recuerda sobre todo por sus Chaparral sport, usados en la CAN-AM o en Resistencia, coches absolutamente innovadores en su momento.
Tejano, millonario y piloto, la afición lo recuerda sobre todo por sus Chaparral sport, usados en la CAN-AM o en Resistencia, coches absolutamente innovadores
Si no fuera por Pat Symonds, a quien no se le ha valorado lo suficiente, los últimos veinte años de técnica en la F-1 habrían estado marcados por dos ingenieros: Adrian Newey y Ross Brawn.
Entre ambos acaparan 17 de las veintitres últimas coronas de constructores y buena parte de los títulos de pilotos. Pero ambos dos son antítesis el uno del otro.
Ross es, ante todo, un conductor de hombres, el que sabe hacer funcionar un equipo, el que tiene la visión del conjunto y sobre todo el que sabe interpretar como nadie las reglas. Muchos le adjudican el doble difusor como uno de los inventos estrella de los últimos tiempos en el marco aerodinámico, pero él siempre ha dicho que la idea se le ocurrió a uno de sus aerodinámicos, japonés para más datos.
Lo de Ross es ver la utilidad de una idea y saber llevarla a la práctica. De hecho, detrás de casi todos los títulos de Ross ?excepto el logrado por Brawn? está una mente especial, Rory Byrne, pero el británico es hombre que gustaba más de trabajar en la sombra que de ocupar un primer plano.
Adrian, por contra, es el talento bruto, la imaginación al poder, un visionario del viento al que en ocasiones hay que frenar. Los superiores en Red Bull colocaron al pragmático Geoff Willis a su vera hace cinco años. Sin embargo, ni uno ni otro son a mi modesto entendimiento, los mejores ingenieros de la historia de la F-1.
A su altura -o poco menos? colocaría otro hombre de Ferrari, Mauro Forghieri, el último ingeniero-poeta, tan capaz de hacer un motor como realizar un chasis, que no tenía todavía 30 años cuando ya era el ingeniero jefe de Ferrari y que era capaz de modificar completamente un coche entre dos GP?, claro que con chasis de aluminio y sin tanta aerodinámica esto era mucho más fácil.
Por encima de ellos colocaría a Gordon Murray y, sobre todo, a Colin Chapman. Excelso el primero, absolutamente genial el segundo: chasis monocasco, motor portante o introducción de la aerodinámica son algunos de sus tarjetas de presentación.
Pero cada día siento más admiración por Jim Hall, millonario americano e ingeniero cuando las finanzas se lo permitían. Sus Chaparral destacaron en la CAN-AM, F-Indy y Resistencia. No hizo nunca un F-1? pero muchas de las innovaciones de la F-1 tuvieron en él un precursor. Siempre me he preguntado sobre su posible influencia sobre Colin Chapman porque Hall ?ya millonario por herencia de su padre y también ingeniero- llegó a correr algunos Grandes Premios con Lotus antes de centrarse de nuevo en USA.
Su primer Chaparral tenía chasis de plástico y carrocería de fibra de vidrio (la de carbono estaba todavía una entelequia), todos sus otros coches brillaron en el tema aerodinámico. Fueron los primeros en tener alerón móvil, en llevar las faldillas para ?sellar? los bajosdel coche y tener el máximo efecto suelo, o en montar ?ventiladores extractores? detrás para hacer el vacío bajo el piso y conseguir mayor adherencia. Todas estas tecnologías llegaron a la F-1. Y casi todos sus Chaparral Sport o Grupo 7 (los coches de la CAN-AM) tenían un detalle que asombraba: disponían de cambio automático.
La aerodinámica de los Chaparral fue contemporánea de los trabajos de Colin Champan. John Barnard hizo para McLaren el primer chasis de fibra de carbono justo tras haber sido ingeniero de Chaparral. Las faldillas las adoptó Lotus y el ventilador-extractor del Chaparrak 2G se anticipó al famoso Brabhan BT49 ?del ventilador? de Gordon Murray, rápidamente prohibido por razones de seguridad.
Gran mente la de Hall y su socio-amigo-piloto, Hap Sharp? aunque ningún Chaparral corriera en F1, sí en cambio en Indycar, pero ya muy constreñidos por las reglas.