Singapur, abucheos desesperados. Sebastian Vettel pone a prueba la paciencia de los aficionados al ganar en Singapur
Abucheos a un ganador. Imagen explícita del tedio que experimenta la Fórmula 1 con un dominador aplastante. Pero envidias aparte, la de Sebastian ha sido una carrera para quitarse el sombrero (hasta Niki Lauda lo ha hecho con su eterna gorra): "pole", vuelta más rápida y victoria de principio a fin. Intachable. Probablemente la Fórmula 1 sea de los pocos deportes en los que quien hace bien su trabajo recibe tantas críticas.
"Por favor, no hagáis eso", decía un sorprendido Mark Brundle cuando entrevistaba a Sebastian Vettel en el podio del Gran Premio de Singapur y gran parte del público no paraba de abuchear. Una situación nada deportiva ni elegante que ya sufrió en el pasado todo piloto que imponía su ley con aplastante dominio, casi dictadura, en el mundial de Fórmula 1. Durante décadas ha sido el fiel reflejo de lo que muchos aficionados sienten cuando ven las carreras y gana siempre el mismo: aburrimiento, cansancio, decepción, tedio? La falta de sorpresas sobre la pista y un único dominador convierten este deporte en una siesta que visita todo el globo terrestre. Claro, eso es visto desde el punto de vista de los perdedores. Los fanáticos del ganador ven una gran demostración de superioridad, de control en todas las circunstancias, de maestría, de valor, de talento, de coraje y valentía. ¿Al final cuál es el punto de vista que importa? Fácil: el de Ecclestone.
EN ESTE DEPORTE GANA EL MEJOR
Bromas aparte, la actuación de Sebastian Vettel, y lo venimos diciendo desde hace meses, ha vuelto a ser apabullante, perfecta, simplemente ganadora. De campeón. Es verdad que siempre estarán presentes las críticas o dudas sobre qué haría Sebastian con otro coche o en otra escudería, pero sería injusto no reconocerle el mérito de sus triunfos igual que en el pasado hicimos con otros pilotos que dominaron aplastantemente, como Nigel Mansell, Alain Prost o Michael Schumacher. No quedan muy lejos las declaraciones del alemán, que entonces corría con Ferrari, cuando pedía literalmente perdón a los aficionados por hacer la Fórmula 1 aburrida al ganar una y otra vez en cada carrera, a comienzos de este siglo. También Fernando Alonso con el Renault azul hizo lo propio cuando tomó el relevo del alemán. Al final todo se resume en las palabras del español que, reconociendo la superioridad de Red Bull y Sebastian Vettel, se limitaba a decir tras la última carrera nocturna: "En este deporte gana el mejor, y nosotros ahora no lo somos".
LAUDA DARÍA HOY EL TÍTULO A VETTEL
Pero es cierto que algo pasa cuando en casi todas las carreras están presentes los abucheos del público. Que ocurra en Monza, donde siempre habrá una reprimenda a quien gane y no vista de rojo, es casi normal. Pero en el resto de los circuitos se está convirtiendo también en una moda: "No está bien", ha declarado Martin Brundle. "Realmente me sorprendieron los abucheos. Este chico ha tenido un impresionante rendimiento deportivo".
Niki Lauda tampoco está de acuerdo en que se abucheé al ganador de una carrera.Por mucho que le enoje a los aficionados rivales, asegura, este deporte le debe respeto al ganador: "Los abucheos son ridículos. Yo me quito el sombrero ante él; le daría el título mundial hoy mismo", aseguraba a Sky Sports. Damon Hill coincidía con el expiloto austríaco en el aspecto deportivo, pero recordaba que quizá el público estaba aún molesto con ciertas actuaciones polémicas del alemán, como el famoso "multi 21" de Malasia. Sea como fuere, el damnificado se limita a sentirse a gusto consigo mismo: "Para mí es un cumplido", asegura Vettel. "Están celosos porque gano. Parece que van de viaje de un circuito a otro [para abuchearme], y que son los suficientemente ricos como para venir a Singapur", bromeaba en la conferencia de prensa.
Fuente: TheF1