Una vez más, la Fórmula Uno nos enseñó cómo una carrera puede cambiar el destino del Campeonato Mundial aún encontrándose en la recta final. Un error de concentración, cálculo o sólo la presión de ser monarca mundial, Mark Webber echó a perder todo lo cosechando durante el año y tal vez le costará el título. Dejó abierta la puerta a Fernando Alonso, quien vive la mejor etapa de su carrera y ahora lidera la tabla con un Ferrari muy mejorado y que ira muy bien en los circuitos de Brasil y Abu Dhabi.
Mientras Corea hacía historia con su primer Gran Premio, yo disfrutaba de mi quinta Carrera Panamericana. Un año diferente al tener la meta en Zacatecas en lugar de Nuevo Laredo, decisión que fue bien recibida, no sólo por la seguridad sino también por ahorrarnos 700 km de aburridas rectas.
La calificación fue en el Autódromo de Tuxtla Gutiérrez, y creo que siendo la primera vez que nos subíamos al coche Beto Cruz y yo nos picamos ¡y dimos cinco vueltas en lugar de cuatro! Como consecuencia, quedamos a más de un minuto de nuestra posición real, aunque sirvió porque en esa última vuelta salieron muchos problemas con el auto.
En el primer día, de Tuxtla a Oaxaca, cronometraje nos tenían como si no hubiéramos participado y no nos dieron tiempos. Sin embargo, en Puebla, la organización vio el error, nos dieron una disculpa pública y nos situaron en el segundo lugar de la categoría Histórica A Plus.
Rumbo a Puebla perdimos la tercera velocidad y nos rezagamos un poco por ser un recorrido sinuoso. Cronometraje nos clasificó en el puesto 104 y séptimo de la categoría, pero con nuestros tiempos terminábamos terceros. Dos días después, la organización aceptó el error.
De Puebla a Querétaro fue nuestro peor día, con falta de potencia del motor, lo que se solucionó en la etapa a Morelia, mi preferida, y nos llevamos el segundo lugar. Otro podio lo conseguimos al llegar a Aguascalientes, sin estar al nivel de los autos Alfa Romeo, BMW y Porsche de nuestra categoría al pesar 200 kilos menos que nuestro Volvo y con una tecnología más deportiva. El cuarto puesto fue lo más que pudimos conseguir.
Pudimos completar otra maravillosa Carrera Panamericana. Desgraciadamente, este año ocurrieron más problemas con el cronometraje que los de costumbre, sin mencionar que los equipos debíamos esperar hasta la media noche para saber los resultados y después levantarnos a las 6 am para preparar la salida.
La organización está consciente que necesitan mejorar, ya que muchos de los pilotos habituales amenazaban con no regresar. Prometen tener un sistema de cronometraje profesional, como lo merece un evento de esta magnitud.
Jo Ramírez
30-Oct-2010