El ritmo de Kubica · Analizamos el trabajo del polaco en los tests
RAÚL MOLINA RECIO | 3 AGO 2017 - 14:05
Muchos eran los aficionados que esperaban ayer el regreso de Robert Kubica a la F1, a la de los coches actuales de alta carga aerodinámica, como la que él dejó en su día después de un terrible accidente en un rally, que le dejó el brazo derecho en muy malas condiciones. Renault le ha dado una oportunidad en los meses anteriores para rodar con F1 –como permite el reglamento– de otras temporadas, le ha adaptado el volante, ha probado en el simulador y, por fin, lo hemos visto subido a un coche de este año en unos tests oficiales, los de mitad de temporada en Hungaroring.
Las razones que han llevado a Renault a embarcarse en esta aventura son desconocidas para todos y no las han hecho públicas. ¿Una magnífica operación de marketing con el trasfondo de la superación personal? Sería espectacular, por qué no decirlo. Si detrás de ello hay una búsqueda de sustituir a Palmer, tras su bajísimo rendimiento esta temporada, mejor aún.
Sea como fuere, la mayor parte de la afición a la F1 –si no toda– arde en deseos de ver al polaco otra vez en un coche en una parrilla de una carrera de verdad. Baste como ejemplo cómo estaban hoy las gradas en el circuito húngaro, a rebosar, con cánticos futboleros, pancartas y todo el apoyo que se pueda dar a alguien que todos sabemos que podía haber sido un gran campeón.
Al margen de estas cuestiones, hoy le hemos visto rodar y gracias al trabajo de Martí Muñoz, desplazado en Hungaroring como enviado especial de Soy Motor, tenemos a nuestra disposición las tandas que ha realizado el polaco.
Cuidado, estamos ante un test tan sólo del equipo, no sabemos las cargas de carburante ni las circunstancias de cada tanda, por otro lado, como siempre ocurre en cualquier test de F1, por lo que cualquier conclusión hay que ponerla muy en cuarentena.
La curiosidad nos puede y teniendo estos jugosos datos no vamos a dejar de usarlos, pero que nadie interprete este pequeño análisis como datos 100% reales y exhaustivos. Ésos los tiene Renault y sólo ellos podrán valorar el estado objetivo del polaco.
Pasemos a ver qué descubrimos.
Como podemos ver en las siguientes tandas de la mañana, Kubica ha estado haciendo tandas de ajuste del setup del coche y, sobre todo, de adaptación en la realidad a la carga aerodinámica de estos coches, al paso por curva y, por supuesto, al complejísimo manejo de estos monoplazas. Resulta increíble, prácticamente con una sola mano, pues la derecha sólo puede usarla como apoyo. Como decía hoy en Twitter José Antonio Fernández, más conocido como @WinfieldF1, estos tipos están hecho de otra pasta.
Éstas son las primeras tandas de la mañana:
Han seguido una serie de tandas cortas y medias –entre cinco y nueve giros– típicas del inicio de cualquier test de un equipo de F1 donde hemos visto vueltas rápidas, de enfriamiento y más ajustes del rendimiento del coche con gomas superblandas y en tiempos muy competitivos (recordemos que la media en carrera –muchas más vueltas, claro, pero sólo hablo de ritmo en términos generales, sobre el que volveré- de los Renaults fue de 1:23,7 y 1:23,8, firmando la primera Hulkenberg y la segunda Palmer).
Se aprecia cómo del stint 6 al 10 el polaco va ganando confianza y velocidad pasando de vueltas en 1:20 a 1:19 con giros de enfriamiento de gomas, recarga de baterías y todas las cosas que se hacen hoy en día con estas modernas unidades de potencia.
Después han venido ya las tandas largas de simulación de carrera que todos los equipos –salvo simulación completa de un Gran Premio, que se hace una o dos veces en toda una pretemporada- suelen hacer de unas 15 vueltas, o un poco menos, para ver el ritmo del coche con más carga de carburante, la consistencia del piloto, su regularidad y, como no, su rapidez en una carrera, a fin de cuentas, lo más importante de cara a un Gran Premio.
Veamos las que ha firmado el polaco.
En principio, llama la atención el ritmo tan constante de Kubica en estas tandas largas, pero también rápido del polaco. Llevaba blandos, la gomas más dura, que usó en carrera y sus medias de vuelta fueron mejores que las que firmaron Hulkenberg y Palmer en su último stint de carrera.
Veámoslas: el último stint de Nico Hülkenberg –con blandos- antes de abandonar a dos vueltas del final fue de 20 giros con una media de 1:23.324. Jolyon Palmer hizo con las mismas gomas 22 vueltas con una media de 1:22.480. Aquí os dejamos su vuelta a vuelta en la carrera según datos oficiales de la FIA:
Si analizamos gráficamente el ritmo de Kubica en cada una de esas tandas largas vemos la constancia de su ritmo:
Comparemos ahora el ritmo de los pilotos de Renault en carrera con lo que hemos visto en el día de hoy:
Aunque esto no es nada 100% objetivo, como hemos dicho, podemos apreciar que el ritmo del polaco (en rojo) es en todas las tandas más rápido que el de los pilotos oficiales. Eso sí, contando con los muchos problemas que tuvo Hulkenberg y que al final le obligaron a abandonar. Aún así, para ser un primer test, la constancia y el ritmo de Kubica es bastante bueno.
Tras este trabajo de carrera –y todas las prácticas de salida que ha practicado, como nos contaba Martí Muñoz en el directo- Renault ha puesto al polaco a hacer tandas de rendimiento, de clasificación, que podemos ver a continuación:
Como se puede apreciar, la progresión del piloto, más los cambios de reglajes que se hagan en el coche, por supuesto, le hacen progresar hasta el 1:18.5 con ultrablandos. No está nada mal: sus compañeros con superblandos marcaron en clasificación un 1:18.137 –Hülkenberg– y 1:18.699 –Palmer–. Es sólo la primera toma de contacto con el coche y las condiciones de la pista no son las mismas, pero en cualquier caso las cosas pintan bien para él. Ojalá.
Sea como fuere, hoy ha firmado el cuarto mejor tiempo de la jornada y ha podido dar, nada menos, que 142 vueltas, es decir, dos GPs de Hungría completos. Ha aguantado y los números avalan su rendimiento. Veremos qué hace Renault finalmente, pero sería un gran regalo de final de vacaciones ver al polaco como piloto oficial en Spa. ¡No hay mejor lugar para cualquier regreso!