mujer no comas ansias, lo que ha de ser será, ni mas, ni menos
y a veces uno lee a personas que dicen que Schumi era un arrogante, un par de de anecdotas de los mensajes que pone Ferrari a diario
Gerald Brussoz (Ingeniero), 15 de febrero ; Te conocí en 2005 y yo para entonces había trabajado con casi todos los pilotos de F1 de esa época. Desde el primer momento vi que eras diferente. Diferente por tu percepción, diferente por tu habilidad para adaptarte a todas las situaciones, pero especialmente por lo cercano que eras con tus ingenieros y el equipo. Siempre tuviste claro que para ser campeón del mundo no hacía falta solo con saber pilotar. Para ti contaban todos los pequeños detalles. Tus cualidades humanas marcaban la diferencia y te ayudaron a ser el hombre que todos conocemos, el gran Schumi para siempre.
Estuve presente en tu última carrera con Ferrari en Sao Paulo en 2006, que se suponía que iba ser tu última carrera de todas y nunca lo olvidaré. Este evento plasmó a la perfección el tipo de hombre que eres: ¡un luchador. Tras unas vueltas te encontrabas en última posición por un pinchazo. Aunque era evidente que tus posibilidades de ganar otro título mundial eran cortas, realizaste uno de los mejores Grandes Premios de tu carrera, completando una increíble remontada, adelantando a varios coches para terminar en cuarta posición. Cuando apagaste el motor por última vez, ¡se me escapó una lágrima!
Eres un luchador sobre la pista y en la vida real. Eso te ayudará, estoy convencido, para recuperarte de este accidente. Solíamos hablar de esquí, ya que yo soy de Alta Saboya y me encanta la vida en las montañas. Todos sabemos que esta actividad es peligrosa, pero el placer que proporciona es tal, que solamente los que lo conocemos lo podemos comprender.
En Grenoble puedes ver las montañas desde tu ventana y te están esperando, ya que eres un luchador. Con el apoyo de tu familia y tus seres queridos podrás hacer una carrera como la de Sao Paulo en 2006. ¡Hazlo por favor!
Sandro Selva (Ingeniero), 18 de febrero ; Fue allá por el año 2002, yo era un ingeniero electrónico muy joven en mis primeros entrenamientos con Ferrari en el circuito de Fiorano. Estaba muy nervioso porque pilotabas tú y sentía una gran responsabilidad. Cuando volví a la sala de ingenieros, tras realizar unos chequeos en el coche, vi que habías tomado mi asiento y que estabas charlando con Chris sobre el comportamiento del coche; no tuve coraje para decirte que te levantaras, así que seguí trabajando de pie, junto a ti. Me viste y te levantaste, disculpándote, mientras me devolvías mi asiento. Cuando dije que no hacía falta, contestaste con tono imperioso: "no, ¡estás trabajando! Yo puedo charlar de pie sin problemas". Ahora los papeles se han invertido y soy yo quien está hablando del pasado, mientras tú trabajas duro para volver. No te rindas, ¡te estamos esperando!