Michael Schumacher y la bicicleta de Spa
"Sacúdele, Derek, sacúdele". Nurburgring, agosto de 1991. Mundial de Sport Prototipos. El piloto francés Jean Luis Schlesser jaleaba a Derek Warwick para que diera una lección a un impertinente y joven piloto, mientras que su compatriota Jochen Mass intentaba protegerle. Momentos antes Michael Shumacher había embestido con su Mercedes al Jaguar de Warwick por considerar que el británico le había bloqueado en su vuelta rápida.
Aquella quizás fuera una de las dos peleas determinantes para el debut de Schumacher en la Fórmula 1, ya que esos días se estaba negociando su posible debut el fin de semana siguiente. Quién sabe qué hubiera pasado si Mass no hubiera parado a Warwick. Pero la segunda sí que fue decisiva. Tuvo lugar algunos meses atrás, cuando en una discusión de tráfico el belga Bertrand Gachot, piloto de Jordan, había rociado con un bote de gas defensivo a un taxista londinense, Eric Court. A resultas de la condena judicial, Gachot entró en prisión justo antes del Gran Premio de Bélgica. Así se abrió la puerta para que un jovencísimo Schumacher veintidós años- debutara en la Fórmula 1.
"Aprendía en un año lo que otros en tres o cuatro"
En 1989, Mercedes eligió a los tres mejores pilotos de la Fórmula 3 germana para el Mundial de Sport prototipos y un posible proyecto en la Fórmula 1, previsto para 1992: Karl Wedlinger, Heinz Harald Frentzen y Michael Schumacher. En 1990 y 91 Schumacher "aprendió en un año lo que otros en tres o cuatro", señalaba por entonces el director deportivo de Mercedes, Jochen Neerspach, vimos que era algo más que un buen piloto. Era realmente sobresaliente.
Sauber Mercedes y el manager de Schumacher, Willi Weber, comenzaron a negociar con Arrows en principio y después con Jordan. Se dice que fueron 150.000 dólares los que se pagaron para la carrera de Spa. Famosas son también las veinte vueltas de aclimatación, dos días después del incidente de Nurburgring, en el circuito de Silverstone. "Increíble, en poco tiempo era tan rápido como nosotros hemos ido en Silverstone", declaraba Jordan. Trevor Foster, otro de los responsables del equipo, le pidió que levantara el pie. Schumacher contestó que ni siquiera estaba atacando. Luego le pedirían que conservara el motor porque sería el mismo a utilizar en Bélgica.
Todo fue tan rápido que Schumacher y Weber ni siquiera tenían hotel cerca del circuito, por lo debían realizar largos desplazamientos. Tampoco había corrido nunca en Spa, en contra de lo que le dijo a Jordan. El alemán llegó con su Mercedes cedido por la marca y con una bicicleta, con la que reconoció el trazado por primera vez. Su compañero Andrea de Cesaris, como reconocería Schumacher, se limitó a indicarle cuál era la marcha en cada curva. Con semejante bagaje salió a la pista.
Los errores de Eddie Jordan
Schumacher contaba con la experiencia inmediata de los potentes prototipos del Grupo C, que incluso incorporaban frenos de carbono. Pero nadie podía esperarse semejante actuación en una pista como Spa, descubriendo su luego legendaria capacidad de adaptación. Ya en la primera sesión de libres rodó regularmente entre los diez primeros.
El sábado llegó a rodar primero durante buena parte de la sesión de libres, con un tiempo en el 1.52. En los clasificatorios bajaría a 1.51. "Si hubiera podido dar la segunda vuelta, hubiera bajado a 1.50", declararía posteriormente, porque su vuelta anterior "no fue suficientemente buena, iba tranquilo, intentando asegurar el tiempo para clasificarme, y en la siguiente podía haber arriesgado más", pero no pudo completarla. La anterior le permitió salir séptimo tras la descalificación del italiano Ricardo Patrese, dejando a su compañero Andrea de Cesaris a siete décimas. Todo el mundo quedó anonadado.
Luego se descubriría que Eddie Jordan había cometido dos errores con el piloto alemán. El primero, no sustituir el embrague antes de la carrera, como el propio Schumacher le había pedido. El 191 no llegó a completar siquiera la primera vuelta. El segundo, haber firmado un preacuerdo y no un contrato con el sorprendente piloto alemán y su manager. Flavio Briatore y Tom Walkinshaw se lanzaron como tiburones a por su presa. Incluso intervino Ecclestone, que facilitó el fichaje del alemán por Benetton. Jordan intentó defenderse legalmente, pero sin éxito. Para la siguiente carrera, el Gran Premio de Italia, el brasileño Roberto Moreno recibió una 'patada' en Benetton, y Schumacher se convirtió en el compañero del tricampeón brasileño Nelson Piquet.
Cómo "arrancar la cabeza" a un tricampeón
"En Monza ya sentí que todo iría bien para mí en la Fórmula 1", declararía después Schumacher, al comprender que su talento, su capacidad de aprendizaje y perfeccionismo le llevarían muy lejos en la Fórmula 1. En el circuito italiano, en Suzuka, en Barcelona y Estoril, las siguientes carreras, el alemán fue 0.4 décimas más rápido de media que Piquet. Tan obsesionado estaba el brasileño que, en la última prueba, en Adelaida se concentró solo en la puesta a punto para los entrenamientos. Ganó a Schumacher por dos décimas.
Cuando un ufano Piquet le preguntó por cómo le había ido, el alemán contestó: "Pues fallé un cambio y me salí de la trazada". Desconfiado por lo que consideraba un juego psicológico, Piquet le preguntó a Pat Symonds cuánto le había costado a Schumacher la salida de pista. "Mejor que no lo sepas", le contestó el británico. Era su sexta carrera en la Fórmula 1. Solo un año después, Michael Schumacher había logrado su primer triunfo, precisamente en Spa.
Recordando su trayectoria y acceso a la Fórmula 1, resulta comprensible que Mercedes quiera cerrar el círculo y compartir los últimos momentos de tan impresionante talento y espectacular carrera deportiva. A pesar de que aquella rutilante estrella que comenzó a vibrar en Spa 1991 viva hoy su elegante aunque inevitable ocaso.
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