Estrategias
Jo Ramírez
14 Sep. 09
Desde la calificación de la edición 58 del Gran Premio de Italia vimos que sería una interesante carrera por la arriesgada estrategia que los tres primeros, Hamilton, Sutil y Raikkonen, adoptaron a dos paradas, mientras el resto iba a una.
El favorito de los expertos era Heikki Kovalainen, quien arrancaba cuarto, a una parada y con KERS. Por desgracia no pudo consolidar su calificación, partió mal y perdió (tal vez) su último chance de conservar su asiento en McLaren. Una gran pena porque es un magnífico chico, con muy buena relación con Lewis, pero no lo suficiente rápido para empujarlo. Hamilton manejo al 110 por ciento, como un gran campeón que no lucha por el título, sino por triunfos, pero falló en la última vuelta y tuvo que disculparse con su equipo y aficionados.
Por el lado positivo, parece que McLaren ya tiene un auto que anda bien en todas las pistas. Los Brawn volvieron a recuperar su forma, su estrategia era perfecta y el rejuvenecido Rubens Barrichello fue el mismo avión que en Valencia, dejando a su compañero y líder del mundial Jenson Button como su sombra. Con la mala actuación de los Red Bull, la batalla por el título se redujo de cuatro a dos hombres.
Felicidades nuevamente a Force India. Demostraron que Bélgica no fue una chiripa y que son una "Forza" para tener en cuenta. Felicidades Adrian Sutil, quien salvo un error que le costó la pole en la calificación no puso una rueda fuera en todo el fin de semana. Su coequipero Vitantonio Liuzzi llegó sin pruebas a un auto vencedor y no defraudó, por el contrario, hizo una estupenda faena hasta que el auto lo dejó a pie.
El hombre de los sueños con Ferrari, Giancarlo Fisichella, batalló con un auto distinto y complicado, se estrelló el sábado en la parabólica, pero llevó su coche al final.
Y de este bonito fin de semana a la espera del veredicto FIA de una de las más horribles controversias que ha tenido la F1 en años recientes: el caso de la presunta orden de Renault a Nelson Piquet de chocar contra el muro para beneficiar a Fernando Alonso en el Gran Premio de Singapur 2008.
Pese a que la telemetría y las grabaciones entre Piquet y Renault pueden ser reveladoras, no puedo creer que el equipo le pidiera tal cosa. Es inimaginable que Piquet, siendo tan coqueto, mujeriego y creyéndose tan guapo, se hubiera estrellado tan fuerte con riesgo para su vida o su buen parecido. Lo peor de este penoso capítulo, con la ya adolorida Fórmula Uno, es que independientemente del resultado está otra vez en duda la continuidad de Renault en la F1... y esto podría ser el último clavo en el ataúd.
En Singapur, Renault tenía un auto ganador con el que Alonso no necesitaba ayuda de su coequipero, como lo demostró ganando la siguiente carrera en Japón.
Hasta la próxima, irónicamente en Singapur y de noche.