#BEBRAVE: EL COMIENZO
10 de nuestras historias más valientes
El equipo de McLaren Racing no había sido diseñado específicamente para encadenar un drama tras otro, como parece que ocurrió frenéticamente durante sus primeros años de formación. Pero, con un equipo y recursos mínimos, así como las ansias por comerse el mundo y ganar, estaba claro que no iba a ser un camino de rosas.
No obstante, McLaren fue fortaleciéndose a lo largo de las primeras pruebas en las décadas de los 60 y 70, ganó experiencia y endureció su carácter. Es posible que en su primera década difícil perdiera a un líder, pero halló un rumbo y un objetivo. También descubrió el éxito y ganó no solo en la Fórmula 1, sino también en la Can-Am, donde dominó totalmente, y en la Indy, donde ganó en tres ocasiones durante la década de los 70.
Dicen que no importa el tamaño del luchador, sino las ganas que tiene de luchar: un lema que se puede aplicar a McLaren. Se convirtió en un constructor de bólidos reconocido a nivel mundial, que ganaba carreras en todo el mundo, pero que trabajaba desde una humilde fábrica de ladrillos rojos al final de un callejón sin salida en un polígono industrial cerca de Heathrow.
Como relatamos aquí, nunca fue un camino de rosas.
1. Un valiente comienzo
De niño, Bruce pasó dos años postrado en una estructura metálica luchando contra la enfermedad de Perthes, que le dejaría una pierna más corta que la otra, así como una cojera permanente. Puede que le hiciera retroceder, pero nunca dejó que la enfermedad se interpusiera en su carrera.
“Los efectos de la enfermedad de Perthes no supusieron un obstáculo porque llevaba calzas en los zapatos. Solo cojeaba cuando se ponía las botas de competición. Solía caminar de puntillas con ese pie. En esos momentos, su cojera era bastante perceptible pero, por lo demás, era imposible darse cuenta. Se rumoreaba que de hecho estaba empeorando. Él se mostraba estoico con respecto a ese tema. Nunca se quejó del dolor ni de nada parecido.”
Wally Willmott, mecánico de McLaren
“Aparentemente, se temía que no pudiera volver a caminar. Llevaba las piernas escayoladas y estuvo postrado durante meses.”
Eoin Young, secretario de Bruce
2. El imperio de la mugre
Hablemos de empezar desde lo más bajo. Nuestra primera fábrica era una estructura de hormigón compartida en el barrio londinense de New Malden, en 1963. Tenía pocas comodidades, e incluso tenía el suelo mugriento– muy distinto de las impolutas zonas de desmontaje en las que el equipo trabaja en la actualidad. No había tiempo para pensar en comodidades, puesto que el pequeño equipo tenía mucho trabajo por delante: preparar el Cooper-Oldsmobile de Bruce para su primera carrera.
“Dios, era horrible: sucio, mugriento. Creo que estábamos en el único trozo de cemento que podía encontrarse bajo toda esa suciedad en todo el edificio. Con todas esas excavadoras alrededor. Apenas se podía caminar alrededor del coche.”
Tyler Alexander