Gracias @Richie por la bienvenida pero yo ya soy viejo por estos lares!
JAIME RODRÍGUEZ
Alonso quiere la verdad
El piloto, que el viernes aún no recordaba el accidente, exigirá a McLaren saber qué falló en el coche para garantizar su seguridad
Los médicos no encontraron signos de electrocución
La imagen de la escudería y de Honda, en juego
Poco a poco, plano a plano, Fernando Alonso va rebobinando la película del domingo pasado. El choque a 150 kilómetros por hora le dejó KO, sin recuerdo de lo sucedido. Su memoria, desde entonces, ha ido dibujando la escena, descubriendo lo que sus ojos vieron y su cuerpo sintió antes de estrellarse contra el muro de la curva 4 del circuito de Montmeló.
El viernes por la mañana ya visualizaba su desayuno de aquel día, cómo llegó al trazado, el ambiente en el garaje, los sponsors que allí estaban... A la hora de comer regresó a su mente la conversación precisa que tuvo justo antes de subirse al coche. Va encajando piezas con impaciencia. Hoy, quizá mañana, está seguro de que recuperará por completo la memoria del accidente. Y entonces podrá dar su versión, la real, lo que sintió en esas décimas de segundo antes de acabar inconsciente en el lateral de la pista. Pondrá luz al agujero negro que arrastra desde el pasado domingo a las 12.37 de la mañana.
Contará su verdad y pasará a exigir una explicación a McLaren. Incluso sin recordar aún el momento del accidente, él y su gente están convencidos de que algo fue mal en el coche y quieren averiguarlo por su propia seguridad.
En esa máquina competirá durante todo el año, cuando se recupere, y no está dispuesto a asumir más riesgos que los inherentes a su peligroso oficio. Él y el resto de pilotos reconocen que hacía mucho aire en ese tramo del circuito y que un golpe de viento pudo estar en la mezcla de factores del incidente, pero no puede ser el único motivo. Su experiencia en el circuito y la escasa velocidad que llevaba -era la vuelta de lanzamiento- adelgazan esta teoría. Los monoplazas de F1 son ingenios aerodinámicos hechos para correr contra el viento. Poco diría de su construcción si una racha de aire le desvía violentamente.
Temen que en el origen se encuentre un grave fallo del monoplaza. ¿Una rotura de la suspensión? ¿Excesiva rigidez del chasis? La tesis que más ha crecido durante la semana en el paddock es la que apunta a que el piloto se estrelló al quedar inconsciente tras recibir una descarga eléctrica. En su entorno dudan de esta posibilidad, confiados en la opinión de los médicos, que no han encontrado rastros de electrocución alguna, y en las explicaciones técnicas y físicas de los ingenieros.
Desde que se instaló la tecnología híbrida en los monoplazas, buscando una Fórmula 1 más ecológica, los equipos deben seguir a rajatabla unos protocolos de seguridad en la fabricación y manejo de los coches durante las carreras, para evitar que sus mecánicos o los pilotos reciban descargas eléctricas. Al detenerse el vehículo un indicador luminoso señala si se puede proceder a su manipulación. Cuando se paró Alonso tras chocar contra las protecciones de hormigón de la curva 4, la luz de su McLaren estaba en verde. La telemetría, como pudo comprobar el ingeniero de pista del español, Andrea Stella (recién llegado desde Ferrari), reflejaba actividad del piloto en el accidente: frenaba y reducía marchas antes de golpearse. Sin conocimiento no podría haber maniobrado. ¿Se trata simplemente de un mal golpe en la cabeza, de un impacto en un ángulo traidor de la sien, a pesar del triple escudo que supone el casco, el collarín (HANS) y la estructura de protección del monoplaza?
Desde la escudería inglesa se intentaba poner freno sin éxito a las especulaciones. Ron Dennis, el patrón, espera también con ansiedad la versión de Alonso, aunque seguramente no le guste lo que vaya a escuchar. La fiabilidad y calidad del nuevo monoplaza podría quedar en entredicho. También se juega su imagen Honda, el gigante de la automoción que esta temporada se ha unido a McLaren como principal sponsor y suministrador de motores.
Precisamente en estos momentos, la compañía está inmersa en una grave crisis tras descubrirse irregularidades en el sistema de seguridad (en los airbags) de millones de coches, que tanto en Japón como en Estados Unidos han sido llamados a revisión. El presidente, Takanobu Ito, ha dimitido por este asunto.
Ni Alonso, ni su familia, ni los médicos han podido confirmar aún qué pasó. Desde el hospital se reclamó a McLaren el vídeo del accidente, como atestado del mismo para descifrar el porqué del delicado estado en el que ingresó el piloto. Sólo recibieron fotografías. El equipo, como dijo en rueda de prensa Dennis el jueves, defiende que la secuencia de las cámaras fijas de Montmeló es de muy baja calidad y que no aclara nada. Fuentes del Circuit garantizaban a este periódico que, a pesar de que las imágenes son pobres, se aprecia perfectamente la extraña trayectoria del monoplaza. Esta prueba ya la estudia la FIA en su investigación abierta sobre el caso.
Lo cierto es que Alonso ingresó grogui, que cinco días después no recuerda el accidente y que su presencia en la primera carrera del Mundial, el 15 de marzo, está seriamente comprometida, no porque no se encuentre físicamente bien, que lo está (lo aseguró en un vídeo), sino por los plazos de control médico que debe seguir ahora. El lunes o martes se hará nuevas pruebas de seguimiento, que podrían ser otra vez en el Hospital General de Cataluña o en un centro especializado en el extranjero que McLaren pueda recomendarle. Mientras tanto, reposa en su casa de Oviedo y recibe decenas de llamadas de amigos y conocidos. El Rey Juan Carlos entre ellos.