PARTE 2Nacido para correr...Garibay cuenta que el chamaco una vez se le bajó del coche en pleno tráfico, porque no quería que lo llevara a la peluquería, por lo que tuvo que corretearlo entre los coches, sin importarle que dejó el carro, que estorbaba abierto, en el arroyo vehicular.
Su papá, corajes más, corajes menos, regaños y castigos después, no pudo quitarle los gokarts al "Pecas" definitivamente, porque no nos engañemos, el más feliz viéndolo correr era él, a pesar de las amenazas de Marilú de que si algo le pasaba los niños sería su culpa.
El futbol y los Tecos, que por cierto ahora perdieron la categoría y descendieron, se quedaron sin un delantero de promedio a malo, y el automovilismo ganó un piloto. La internacionalización de Checo iba a llegar tarde o temprano, pero se aceleró el día que ganó una carrera y lo descalificaron por ser demasiado chico. Algunos pilotos adultos no soportaban ser vencidos por el hijo de Garibay, a pesar de que lo "lastraban" para que diera el peso reglamentario y no tuviera ventaja de ser tan ligero, fue descalificado, y esa fue la gota que derramó el vaso, habría que buscar camino fuera de México.
Paradójicamente fue Pepe Sánchez Jassen, presidente la Federación Mexicana de Automovilismo, quien en su momento avaló la prohibición para que Checo corriera una competencia de Mustangs.
El primer paso más allá de la frontera fue en Estados Unidos, en 2004, dentro de la Skip Barber National Series. El contacto de Checo con los autos fórmula definió su vocación.
Así, antes de cumplir 15 años, Checo se fue con Günther Unterreitmeier a Vilsbiburg, Alemania. El jefe del equipo GU Racing lo recibió en su casa. Telmex pagaba el asiento en la escudería que competía en la Fórmula BMW ADAC, pero la manutención del muchacho era por cuenta de la familia, así que la solución fue que el pequeño Sergio viviera en la trastienda del restaurante de Günther.
Los resultados deportivos no fueron tan sobresalientes como el aprendizaje y la madurez que ganó el que antes era un niño de casa. Ahora sin lujos ni cuidados, Checo comprobó que tenía hambre.
El podio en Hockenheim, un segundo sitio apenas en su segunda carrera en la categoría dieron una probadita del talento a los de los equipos poderosos de la serie, como el alemán Nico Hulkenberg, quien entonces contaba con todos los apoyos.
En 2006, mientras México se entretenía con el Mundial de Futbol, el mexicano Pérez se batía con los mejores volantes jóvenes del mundo de nuevo en la competida serie, donde al final obtuvo dos terceros lugares y 15 de 18 carreras entró en el top 7.
2007 sació la sed de triunfos que ya le hacían falta a Checo al cambiar a la Fórmula Tres Británica en su categoría nacional, donde se llevó el campeonato, tercer mexicano en conseguirlo tras Fernando Plata (1989) y Salvador Durán (2005). Ganó 14 de 22 carreras, pero las fechas más memorables fueron sus triunfos del 24 de junio en Monza, ahí el mundo comenzó a creer en el talento de Pérez que le dio un baño a varios pilotos de la clase Championship.
Al final de ese año, como piloto sustituto de la A1GP, fue convocado para las carreras de China, que resultaron un fiasco, pero al menos la experiencia en un monoplaza de más potencia sirvió al tapatío.
La escudería Telmex nunca quiso ponerle las cosas en bandeja de plata Checo, tenía los asientos, pero no con los mejores equipos, querían que Pérez demostrara como piloto bajo circunstancias difíciles, pra forjarlo además como hombre con carácter. Así en 2008, lo ascendieron a la Clase Championship de la F3 Inglesa, pero con el motor Mugen Honda.
De los 19 primeros del campeonato, sólo uno tenía motor Mugen Honda y el resto Mercedes, el más poderoso y de mayor desarrollo, pues ese piloto con el motor 'huérfano' era Checo.
Aún así fue cuarto en el campeonato con cuatro victorias, dos de ellas de nuevo en la pista que parece tener tatuada en la destino: Monza. Los rebases conseguidos esos 17 y 18 de mayo, todavía acumulan visitas en Youtube , como una hazaña propia de un superdotado.
El carácter parecía haberse formado, entonces Telmex lo promovió a la GP2, antesala de la Fórmula Uno. Ganó dos carreras en la miniserie asiática con el equipo Campos, para entrar al campeonato largo con Arden.
No fue del todo satisfactorio ese primer año en GP2 cuando sin el equipo adecuado apenas pudo subir al podio dos veces y marcar una vuelta rápida, pero nuevamente fue más importante lo que mostró con pocos recursos, lo que le valió ganar un asiento para el 2010 en el equipo Barwa Addax.
Sencillo no fue en lo absoluto, la presión de bajarlo si no daba resultados se oía por todos lados, pero fue subcampeón con cinco victorias y una pole position.
El test invernal con Sauber le dio el ansiado asiento en la Fórmula Uno para 2011, y luego de casi 30 años desde que Héctor Rebaque había dejado el Gran Circo, regresó a México a la Máxima Categoría y e convirtió en apenas el quinto piloto nacional en lograrlo.
Su debut excepcional, a pesar de la descalificación de su equipo, con un séptimo lugar en Melbourne, hizo que rápido lo compararan con Hamilton.
Maestro en el cuidado de los neumáticos, pronto se ganó un respeto que se respaldó con podios en 2012, cuando estuvo a nada de triunfar en Malasia, dio un carrerón en Montreal y luego deslumbró con su manejo, de nuevo en su pista, Monza.
Así McLaren puso su ojo en él y el resto de la historia, posiblemente lo mejor, está por venir.